
104 HERNÁN THOMAS / LUCAS BECERRA / FLORENCIA TRENTINI
Considerada como una manera objetiva y justa de diferenciar lo bueno
de lo malo, lo deseable de lo indeseable, esta forma de asignación de méri-
tos derivó en una regla básica para todas las comunidades científicas:
“publish or perish”.
Privilegiada sobre todo otro criterio de ponderación, la excelencia aca-
démica medida según cantidad de publicaciones científicas –y la “calidad”
de las revistas en que se publica, que también se establece a partir de una
medición cuantitativa– pasó a ser el criterio principal, desplazando y subor-
dinando toda otra consideración.
Durante décadas, esta fue la ley. Inicialmente resistida en algunos
medios, en algunas disciplinas, en algunos campos de actividad, en algunas
instituciones. En las últimas décadas, es aceptada, hegemónicamente, en
diferentes territorios, por diferentes comunidades científicas, en distintas
disciplinas, como un criterio tan válido como homogéneo.
No obstante, en los últimos años, diferentes voces comenzaron a cues-
tionar esta homogeneidad, a problematizar las consecuencias de tal hege-
monía, a describir los efectos no deseados de las instrumentalizaciones que
se fueron conformando a medida que se universalizaba su aplicación.
Así, en diferentes regiones, en distintas comunidades epistémicas,
comenzaron a expresarse objeciones de distinto tipo, heterogéneas.
Algunas planteando cuestiones de forma –predominio de criterios cuan-
titativos, problematización de la construcción de indicadores de impacto
y citación, etc.–, otras, explicitando planteos contrahegemónicos –gober-
nanza de agendas científicas, predominio de comunidades científicas
radicadas en países centrales, subordinación de problemáticas periféricas,
etcétera.
Esas voces disidentes crecieron en escala y alcance hasta evidenciar un
verdadero “malestar en la cultura” de la evaluación académica.
Los contraargumentos han alcanzado tal volumen y profundidad que
resulta ineludible dar espacio a un debate. De eso se trata el presente dos-
sier: de generar un insumo para la efectivización de esa discusión.
No solo es relevante abordar esta temática porque se vincula con la
estructuración de las carreras de los investigadores científicos, de ingenieros
y tecnólogos, sino –y fundamentalmente– porque hoy la forma de evalua-
ción académica incide –directa y poderosamente– en la determinación de
qué investigar, qué agendas priorizar, qué procesos de desarrollo subsidiar,
qué tecnologías producir, qué sociedades construir. O, en otros términos,
porque no se trata de un problema intracomunitario –mucho menos cor-
porativo– de la comunidad científica, sino de una discusión clave en la
construcción de futuros de la humanidad.