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DOI: https://doi.org/10.48160/18517072re51.44
Gobernanza en el Sistema Público de Investigación
de la Argentina. La investigación científica en el
Conicet entre 1976 y 1989
*
Fernando Svampa
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Resumen
El interés del artículo es debatir la gobernanza en la investigación científica durante el
período 1976-1989 en el Sistema Público de Investigación, tomando al Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de la Argentina como
caso de estudio. El artículo intenta responder a la siguiente pregunta: ¿Qué cambios
en la gobernanza interna del Conicet influyeron en la autoridad relativa de los diversos
actores que intervienen en el Consejo, y en el vínculo con las universidades públicas
entre 1976 y 1989? Se analizan las características de la gobernanza jerárquica al
interior del Conicet durante la última dictadura militar y el modelo de gobernanza en
*
Este artículo procede de una investigación financiada por la Agencia Nacional de Promoción Científica
y Tecnológica (ANPCyT), a través del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (Foncyt)
mediante el PICT 2015-3739: “Análisis de la evolución de las políticas de ciencia y tecnología en Brasil
y Argentina. El papel de los actores en la construcción de la agenda y la definición de las políticas
(1983-2013)”.
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Becario doctoral en el Centro de Estudios en Ciencia, Tecnología, Cultura y Desarrollo (CITECDE),
Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). Correo electrónico: fsvampa@unrn.edu.ar
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red entre 1984 y 1989. Se plantea que los cambios en los modelos de gobernanza al
interior del Consejo afectaron a la autoridad relativa de los actores inmersos en los
principales instrumentos de promoción científica del Conicet y el vínculo con las
universidades públicas. Las principales cnicas de recolección de información fueron,
por un lado, la entrevista semi-estructurada y, por el otro, el análisis de diversos tipos
de documentos fuentes primarias como material documental, memorias, registros y
actas, informes oficiales, leyes, planes de CyT, resoluciones, y estadísticas oficiales,
etcétera
Palabras Clave
INTERMEDIARIOS; INNOVACIÓN; FINANCIAMIENTO; FORTALECIMIENTO.
Introducción
A partir de la década de 1950 se establecieron las principales instituciones en la
Argentina destinadas a diseñar, promover y ejecutar el desarrollo científico y
tecnológico del país, tales como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el
Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (CITEFA),
el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA), la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), entre
otras (Hurtado, 2005). En 1958, con la creación del Conicet, se inauguró el primer
organismo dedicado exclusivamente a la investigación científica con presupuesto
propio. Anteriormente, desde 1955 las universidades nacionales habían iniciado un
proceso de modernización académica, donde se forjaron las bases materiales e
institucionales para la profesionalización de la investigación como actividad
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especializada (Prego y Vallejos, 2010). A principios de 1966 y en particular con la
última dictadura militar de 1976 se produjo un reordenamiento de los recursos
destinados a la investigación; tanto en el Conicet, como en las universidades
nacionales se inic un peodo de disciplinamiento que incluyó un estricto control
ideológico y la expulsión de docentes e investigadores por motivos políticos, como así
también la transferencia presupuestaria desde las universidades nacionales hacia el
Conicet (Bekerman, 2016). En el caso de las universidades, el proceso de recorte
presupuestario, se dio en paralelo a una profunda desarticulación de grupos enteros
de investigación, la imposición del examen de ingreso, la instalación de cupos por
carrera y por universidad, y el arancelamiento de los servicios educativos. Sin
embargo, en el Conicet se dio un periodo contradictorio, con un primer momento de
cercenamiento seguido por la expansión presupuestaria, institucional y de recursos
humanos (Feld, 2015).
A partir de 1976 el Conicet comenzó percibir el “25,4% del presupuesto de
finalidad 8, y las universidades bajaron su participación en las erogaciones del mismo
año a un 8%(Conicet, 1985: 6-7). Este hecho se mantendría hasta el final del período
y comenzaría a revertirse con el retorno de la democracia. Sin embargo, durante la
última dictadura militar, se conjugó al interior del Conicet un crecimiento en la cantidad
de centros regionales e institutos, como así también en personal de investigación,
técnico y administrativo comisión de evaluación de institutos, comisión de programas,
comisión de institutos del directorio, comisión de objetivos, políticas y prioridades, la
comisión de evaluación de los centros regionales (Conicet, 1985).
En este marco, el Sistema Público de Investigación (SPI) en la Argentina ha
atravesado cambios desde principios de la década de 1970 hasta fines de la década
de 1980, con un período de dictadura militar y luego de reapertura democrática, que
plantean el interés por ahondar sobre la relación entre los cambios en los esquemas
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de gobernanza al interior Conicet, y las implicancias en la investigación científica en
el SPI entre 1976 y 1989.
Este acercamiento a la temática lleva a la siguiente pregunta que se aborda en
el artículo, que tiene Conicet como caso de estudio entre las diversas instituciones del
SPI de la Argentina. ¿Qué cambios en la gobernanza interna del Conicet influyeron en
la autoridad relativa de los diversos actores que intervienen en el Consejo, y en el
vínculo con las universidades públicas a través de diversos instrumentos de política
científica entre 1976 y 1989? Para ello, en la primera sección se aborda el marco
teórico y metodológicos empleados para el artículo. En la segunda sección, se
retoman los estudios previos sobre la creación del Conicet en la década de 1950 y el
rol en el SPI de la Argentina. En la tercera sección se describen los cambios en la
gobernanza interna del Conicet entre 1976 y 1983 con la última dictadura militar, las
consecuencias en la composición y distribución de la autonomía relativa entre los
actores inmersos en el funcionamiento de los principales instrumentos de política
científica del Consejo. En la cuarta sección se analiza la gobernanza en red al interior
del Conicet entre 1984 y 1989 y los efectos en la autonomía relativa entre los actores,
implicados en la dinámica de los instrumentos de política científica durante la gestión
del Dr. Carlos Abeledo en el Conicet. En la quinta sección se comparten las reflexiones
finales de artículo.
Aportes teóricos y metodológicos para el estudio de los SPI
El concepto de SPI es una herramienta analítica propuesta por Whitley (2011) que
resulta de utilidad para analizar cómo se organiza la ciencia, la segmentación de
metas de investigación y la distribución de recursos entre diferentes actores
individuales y colectivos que integran al sistema. Whitley entiende al SPI como un
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conjunto de entidades cuyos recursos humanos son asignados en mayor medida a la
investigación, a través de un entramado institucional y canales de financiación, gestión
y evaluación de recursos. Los SPI, están afectados por cuatro características que rigen
la política científica: i) el nivel de delegación por el Estado a las élites científicas
organizacionales sobre las decisiones relacionadas al uso y control de los recursos;
ii) la concentración del control administrativo dentro de las organizaciones de
investigación; iii) la estabilidad y la fuerza de la jerarquía de las organizaciones de
investigación; iv) la segmentación de los objetivos de las organizaciones en las
temáticas de trabajo. Según Whitley (2012), una de las diferencias importantes entre
los SPI en cuanto a la organización y el control de la producción del conocimiento,
reside en el margen que tienen los investigadores para controlar de forma colectiva,
los estándares que determinan las prioridades de investigación y la evaluación de los
resultados.
En este marco, es difícil encontrar en los espacios científicos formas de poder
que se ejerzan de manera independiente de la autoridad. El solapamiento entre las
relaciones de poder y autoridad se generan en la vida científica, por el hecho de la
profunda vinculación que lo social y lo cognitivo presentan en estos espacios. De esta
manera, “la incorporación de los intereses define un universo de estrategias posibles
y son resultados de una estructura social, de una construcción por medio de la
interacción o de un cálculo utilitarista” (Sanz Menéndez, 1997: 44).
Un caso representativo del control de las oportunidades de empleo y promoción
en el ámbito científico, son los Consejos de Investigación (CI), que en su momento
fueron pensados como instituciones a medio camino entre “un parlamento de
científicos y una burocracia gubernamental” (Rip, 1996: 2). Según Rip, los CI surgieron
y se desarrollaron como canales del patronazgo estatal de la ciencia para ejercer la
función promotora, es decir, un organismo que administraba fondos para que los
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ejecuten terceros. Sin embargo, con los años fueron cooptados por las élites
científicas, a través de la participación en los mecanismos de financiamiento y en la
definición de los criterios de evaluacn académica. De este modo “la mano oculta de
la opinión científica se hace visible, en cierta medida, en la manera en que un Consejo
de Investigación se inspira en los juicios de los científicos” (Rip, 1996: 4). Estas
instituciones, centralizaron la política científica y la asignación de recursos a la ciencia
desde mediados del siglo XX, al mismo tiempo que fueron un espacio de
representación de la élite del campo científico; reservándose la toma de decisiones en
lo que respecta a cuestiones cognitivas y sociales de la ciencia, criterios académicos
y estándares que legitiman el trabajo sustantivo (Mulkay, 1976).
Así, para analizar el entramado de actores e instituciones que hacen o no posible
la administración de una organización, el término de gobernanza, es de utilidad en
tanto posibilita interpretar los “mecanismos y estrategias de coordinación adoptados
frente a la compleja interdependencia recíproca entre actores, organizaciones y
sistemas funcionales autónomos y operativos” (Jessop, 2004: 52). En este marco
amplio, como ha señalado Mayntz (2001), la gobernanza es una categoría analítica
que permite interpretar la complejidad de los patrones de acción colectiva a partir de
la identificación del sistema de reglas, como así también modos de funcionamiento,
aspectos de coordinación y control entre actores autónomos, pero interdependientes.
Así, autores como Benz (2007), plantean que existirían diferentes formas de
coordinación y control entre actores, que hacen a la gobernanza en un sistema o al
interior de institución. Para este artículo nos centraremos en aplicar en el análisis, los
esquemas de gobernanza corporativa o jerárquica y la gobernanza en red.
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Otros esquemas de gobernabilidad planteadas por el autor son, la gobernanza por ajustes mutuos o
competencia entre diversos actores y la gobernanza por medio de negociaciones.
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La gobernanza jerárquica designa un esquema caracterizado por la dirección o
subordinación de actores; implica una diferenciación funcional entre las posiciones
que ocupan los actores al interior de una institución o un sistema de instituciones. Es
una estructura de relaciones sociales asimétricas y de interacciones repetidas. En
cambio, los esquemas de gobernanza en redes, tienden a incluir a los actores en
relaciones que son más o menos simétricas (Benz, 2007). En contraste con las
jerarquías, los actores están motivados para unirse a las redes por la adhesión a las
normas u orientaciones colectivas.
Asimismo, la tipología como herramienta de análisis, es empleada en este
artículo como un instrumento auxiliar en la organización de la información, en vista de
un marco conceptual definido. Así, se hace uso del concepto de autoridad relativa de
Withley (2011) para describir la capacidad de acción que tienen los actores al interior
de una institucn científica. Los actores que entrar en el análisis de este trabajo según
el tipo de gobernanza al interior del Conicet son: i) el Presidente en tanto máxima
autoridad en la institución; ii) el Directorio como órgano colegiado de conducción de
las políticas científicas y tecnológicas del Consejo; iii) Comisiones Asesoras
disciplinares que asesoran al Directorio en los diversos instrumentos de promoción
científica; iv) las Comisiones Asesoras de institutos que asesoran al Directorio en el
funcionamiento de los institutos y centros regionales del Conicet; v) Junta de
Clasificación y Promoción que asesoran al directorio al compatibilizar los criterios entre
disciplinas, para la evaluación de las promociones e ingresos en las carreras del
Conicet; vi) miembros de la carrera de investigador científico y tecnogico del
Consejo, en tanto personas que se dedican exclusivamente a la investigación y
docencia durante el periodo analizado en el artículo; vii) investigadores universitarios
que llevan a cabo la práctica de investigación dentro de unidades académicas de la
universidad pública; viii) rectores o decanos como las máximas autoridades de una
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universidad pública; ix) directores de institutos del Conicet como integrantes de una
élite científica organizacional, que disponen de capacidad administrativa y
organizacional, como atambién influencia en los lineamientos temáticas al interior
de los institutos. En el artículo se proponen las categorías de baja, media y alta para
analizar los procesos al interior del Conicet. La autoridad relativa baja refiere a la
escasa capacidad de influencia y de organización del trabajo científico por un actor.
Por autoridad relativa media se entiende una limitada capacidad de influencia y de
organización del trabajo científico por un actor. Por último, la autoridad relativa alta
indica una elevada capacidad de influencia y de organización del trabajo científico por
un actor. Este trabajo se basó en la triangulación de teórica y de datos. Las principales
técnicas de recolección de información fueron, por un lado, la entrevista semi-
estructurada y, por el otro, el análisis de diversos tipos de documentos fuentes
primarias como material documental, memorias, registros y actas, informes oficiales,
leyes, planes de CyT, resoluciones, y estadísticas oficiales, etcétera.
Gobernanza e investigación científica en el SPI de la
Argentina entre 1955 y 1973
La Segunda Guerra Mundial impulsó un dinámico proceso político y cultural, donde en
primer lugar, se desató una resignificación de las actividades científico y tecnológicas
(Feld, 2015). Eso se marcó, en actividades científicas que comenzaron a tener
implicancias directas en el curso de los sucesos internacionales, a tal punto que los
Estados se tornaron más conscientes de la existencia de un área de responsabilidad
que ya no podían eludir. En segundo lugar, la causa de ese cambio de concepción
radicó en el interés por la movilización de recursos humanos y materiales e
infraestructura científica, convirtiendo al Estado en un actor central en la financiación
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de la investigación científica (Hurtado, 2010). A partir de 1955 se inició una etapa que
se prolongó hasta 1966, en la que el empate entre diversas fuerzas políticas se
expresó en la alternancia cívica y militar en el Estado, como así también en la debilidad
de cada uno de los gobiernos, cuyas gestiones comenzaron con compromisos
basados en presiones de diversos actores sociales y en su propia heterogeneidad
interna, lo que limisu capacidad de acción. En este contexto histórico y político, la
promoción de la ciencia con el fin de contribuir al desarrollo de las economías
nacionales, se vio influenciada en la Argentina por los organismos internacionales
como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) durante las décadas de
1950 y 1960, en un proceso que en términos de Oteiza fue calificado como
transferencia de modelos organizacionales (Oteiza, 1992) y que Hurtado describe
como adaptación acrítica de fórmulas lógicas en contextos de países desarrollados
(Hurtado, 2010).
A fines de 1956, el gobierno de facto de Aramburu, por medio del vicepresidente
almirante Isaac Rojas, envió a la Academia Nacional de Ciencias un pedido de opinión
acerca de la ciencia nacional en Argentina, en particular sobre qué se debía hacer con
la Dirección Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas (DNICyT).
La DNICyT llevó a cabo consultas con diferentes referentes académicos y publi
un documento titulado “Los consejos nacionales de investigación científica en el
extranjero” basado en un relevamiento realizado por la Unesco entre sus países
miembros (Feld, 2015), que tenía como propósito analizar las características de los
múltiples modelos institucionales existentes en diferentes partes del mundo. Frente a
la disyuntiva de crear dos Consejos de Investigación uno para las ciencias básicas y
otro para las ciencias aplicadas según el relevamiento realizado por la Unesco; el
proyecto de la DNICyT destacaba la conveniencia de crear un solo Consejo, que
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dependiera directamente de la Presidencia. Esta relación con el Poder Ejecutivo,
revestiría a la institución de una alta jerarquía y autonomía para coordinar las labores
de la investigación de centros e institutos. El documento de la DNICyT fue entregado al
gobierno en enero de 1957 y proponía la creación de un organismo central que contara
con la autoridad y los medios para cumplir la misión de promover, coordinar y orientar
la investigación nacional (Feld, 2015). La creación del Conicet, se integraría a un
proceso de surgimiento de los Consejos Nacionales que inició en el año 1916, fecha
en que fue fundado el Consejo consultivo para la Investigación científica e industrial
en Inglaterra, y el Consejo Nacional de Investigación en Canadá. Otro caso, fue en
1916, en Estados Unidos cuando se creó el Consejo Nacional de Investigación, con
el tiempo, más de treinta países en el mundo, empezarían a crear instituciones
centrales para la promoción y coordinación de la investigación científica. En Italia, en
1923 se creó el Consiglio Nazionale delle Richerche, organismo del Estado que tenía
como función asesorar a la actividad científica; Centre National de la Recherche
Scientifique en Francia surgió en 1939, en España el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas se creó en el mismo año. En América Latina, ya existía
desde 1951, una institución que asumía funciones similares, que era el Conselho
Nacional de Pesquisas brasilero.
El Conicet creado en 1958 bajo la dependencia de la Presidencia de la Nación,
según lo fundamentado en el Decreto-Ley 1.291 (Argentina Gobierno, 1958), se le
asignaba las funciones de “coordinar y promover las investigaciones científicas y
contribuir al adelanto cultural de la nación […] y a resolver problemas vinculados a la
seguridad nacional y a la defensa del Estado” (Caldelari et al., 1992: 169). La función
de promoción de la investigación científica se valdría de tres instrumentos principales
en un comienzo: la carrera de investigación científico y tecnológico (CIC), el sistema
de becas internas y externas para la formación de investigadores, la creación de
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institutos y centros regionales (Feld, 2015). Así, quedó establecida la concepción de
la ciencia como un elemento constituyente del patrimonio cultural, sin ataduras a fines
y autónoma del poder político. Sin embargo, la ley también agregaba un aspecto
interesante para el desarrollo de las ciencias, en cuanto éstas proponían el
mejoramiento de la salud pública, la utilización de las riquezas naturales, al incremento
de la productividad industrial. En este sentido, la ley dejó abierto un conjunto de
posibilidades dentro del Conicet, que desa proyectos alternativos y tensiones
internas. Al ser creado como una institución autárquica, en jurisdicción de la
Presidencia de la Nación, para llevar a cabo sus funciones fue dotado de capacidades
para programar y administrar un presupuesto anual; como así también, la creación de
instrumentos y criterios para llevar a cabo la función de promoción científica (Caldelari
et al., 1992; Del Bello et al., 2007; Hurtado y Feld, 2008).
Durante los primeros años del Conicet, las políticas científicas de la institución
estuvieron vinculadas a las universidades públicas, por diversos intereses: i) la
creación del Consejo movilizó demandas que provenían de actores relacionados al
campo universitario; ii) fue a las universidades públicas donde el Conicet derivó la
mayor parte de su presupuesto; iii) los criterios de evaluación que utilizó el Consejo al
momento de evaluar el desempeño de los científicos del SPI, tenían similitudes con las
herramientas analíticas y normativas de política universitaria (Feld, 2015). La
concepción de la política universitaria en este período recibió una fuerte impronta de
la tendencia desarrollista de la época, del planeamiento educativo promovido desde
diversos organismos internacionales como la Unesco, la OEA y la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (Aguiar, Davyt y Nupia, 2017).
A pesar de la debilidad presupuestaria del Conicet entre 1958-1966, logró tener
un rol simbólico relevante en la profesionalización de la investigación dentro del ámbito
universitario y en el SPI (Bekerman, 2016; Feld, 2015). La CIC del Conicet fue creada
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en 1961, “Para su funcionamiento se acordó autonomía, autoridad y responsabilidad
plena al Consejo, reteniendo éste las atribuciones de controlar, evaluar y promover la
actividad científica” (Conicet, 2006: 52). El énfasis estaría dirigido a la investigación
básica y a la necesidad de incrementar la población de investigadores en la Argentina.
La CIC y el sistema de becas del Conicet, fueron elementos que fortalecieron la
concepción de las figuras del investigador y del becario de investigación, el sistema
de evaluación por pares y de criterios de evaluación centrados en la producción
científica. Dicho fenómeno contribuyó a mantener constante en el tiempo, la imagen
del investigador en un contexto en el que su definición era aún difusa y su nivel de
institucionalización variable entre diversas disciplinas e instituciones. Sin embargo, el
Conicet no fue la única institución que participó en la transformación del rol del
investigador en el SPI de la Argentina. Según, Neiburg (1988) en la Universidad de
Buenos Aires (UBA), ya había un cambio desde mediados de la década de 1950, en
los criterios de evaluación a partir del cual la valoración de la erudición termidando
lugar, a la apreciación del conocimiento y de la experiencia en investigación dentro de
campos y disciplinas específicas.
Desde mediados de la década de 1960, empezaron a surgir tensiones en las
universidades nacionales, en un contexto de creciente politización de los estudiantes,
en paralelo con el accionar de grupos de las Fuerzas Armadas que iniciaron con
ataques en muchas facultades que consideraban centros de infiltración (Bekerman,
2016; Buchbinder, 2005). El 29 de julio de 1966, durante el gobierno de facto de Juan
Carlos Onganía, se sancionó la Ley 16.912 que ponía fin a la autonomía universitaria
y limitaba los espacios para la actividad científica (Argentina Gobierno, 1966). Por
otro lado, el régimen militar creó en 1969 el Consejo Nacional de Ciencia y Técnica
(CONACyT), con una secretaría (SECONACyT), “para planificar y centralizar la dispersión
institucional del sector” (Bekerman, 2016: 18). En aquel momento, el Conicet se
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expresó en contra de la creación de la SECONACyT, dado que interpretaba que la
dirección de la política científica nacional no debía estar a cargo del Estado, lo cual
complicó las relaciones entre el campo científico y los intentos del gobierno de
introducir en la política científica la planificación centralizada, ligado al pensamiento
desarrollista de la época. A fines de la cada de 1960, el descontento social,
estudiantil y popular empezó a manifestarse en el espacio público; la escalada de
conflicto derivó en la destitución del presidente de facto Juan Carlos Onganía en 1970
y su reemplazo por Alejandro Agustín Lanusse, quien convirtió la SECONACyT en
Subsecretaría de Ciencia y Técnica (SUBCyT).
En 1973, asum un nuevo gobierno democrático encabezado brevemente por
Héctor Cámpora quien intervino las universidades y el Conicet,
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posteriormente, con
la asunción de Perón como presidente, se promulgó la Ley universitaria orgánica y de
normalización 20.654 (Argentina Gobierno, 1973a). Durante estos os, se
facilitó la creatividad intelectual y social en el espacio universitario, sin embargo, con
la muerte de Perón en 1974, se designó a Oscar Ivanissevich como ministro de
Educación, quien instaló una concepción jerárquica y autoritaria en la universidad
pública, lo cual se profundizaría con el golpe militar en 1976.
Gobernanza en las instituciones científicas. La relación
entre el Conicet y la universidad pública entre 1976 y 1983
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Con la muerte de Bernardo Houssay, en septiembre de 1971, se abrió un periodo donde el Conicet
fue intervenido hasta 1981. Luego de las transitorias gestiones de Orlando Villamayor 1972 y Juan
Burgos 1973, en el marco de la creciente conflictividad de 1973 se determinó la intervención del
Consejo, su traspaso de modo análogo a lo sucedido con la SUBCyT desde la Presidencia al
Ministerio de Educación y el reemplazo del Directorio por una comisión asesora (Feld, 2015).
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Los desequilibrios políticos y cambios en la dirección de las políticas públicas entre
1973 hasta 1983, tuvieron implicancias en las instituciones del SPI de la Argentina. En
lo que respecta a la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT), creada durante el
gobierno de Juan Carlos Onganía se vio sometido a cambios continuos en las
autoridades, en su dependencia y denominación. “Así, en el transcurso de 15 años
(1969-1982) se sucedieron diez secretarias o subsecretarios de Ciencia y Tecnología
ninguno de los cuales alcanzó a completar siquiera tres años de gestión y el
organismo cambió cinco veces de denominación y dependencia.” (Feld, 2015: 313).
En 1973, tres años antes del último golpe militar, se había aprobado por ley un
nuevo estatuto para la CIC Y el personal de apoyo a la investigación y desarrollo (CPA)
del Conicet, que significó un cambio notorio en las relaciones de trabajo (Argentina
Gobierno, 1973b). El mismo estableció a la CIC y CPA bajo las normas del estatuto y
escalan del personal civil de la Administración Pública Nacional. “La carrera del
investigador, se constituyó a partir de este momento en un incentivo económico, una
herramienta de la gobernanza formal, hacia el interior de la comunidad y en su relación
con las universidades” (Del Bello et al., 2007: 11). Se abandoel suplemento y se
pasó a un régimen donde el investigador ocupó el rol de un empleado de carrera en
la administración pública. La CIC durante el período 1961-1973, funcionaba como un
sistema de categorización de investigadores según su nivel de experiencia
profesional, acompañado de un estipendio que complementaba el salario de los
investigadores localizados en otras instituciones del SPI (Del Bello et al., 2007). En la
práctica ese instrumento de política científica fortalecía la dedicación completa a la
investigación y la docencia en las universidades. En este sentido, los recursos
humanos seguían siendo de las universidades, pero el Conicet reforzaba su salario
para que pudieran dedicarse íntegramente a la investigación. De esta manera se
preservaba cierta armonía y coherencia entre el Consejo y las universidades públicas,
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las últimas eran quienes ejercían la investigación, quienes ejecutaban, mientras que
el Conicet financiaba los proyectos y reforzaba los perfiles investigadores de las
instituciones del SPI.
Entre 1961 hasta 1973, el Conicet destinaba un suplemento a los investigadores
miembros de la CIC, y si éstos estaban en la universidad públicas dependían
enteramente de ella, de sus reglamentos docentes y administrativos. La CIC, desde su
origen funcionó como una pirámide, con muchos en las primeras clases y pocos y
selectos en las más altas. Con el nuevo estatuto de la CIC, la sumatoria de nuevos
valores y criterios de evaluación académica, el establecimiento de la dedicación
exclusiva a la investigación dentro del Conicet, como así también la sistematización
de la formación de investigadores, serían cambios que moldearían una relación
conflictiva entre el Consejo con las universidades nacionales. El nuevo estatuto de la
CIC estableció las siguientes normativas para cada categoría: i) investigador asistente
con trayectoria en la labor personal de investigación cienfica, o algún desarrollo o
labor tecnológica creativos, demostrando aptitudes para ejecutarlas bajo la guía o
supervisión de otros; ii) investigador adjunto que debía haber alcanzado la capacidad
de planear y ejecutar una investigación, así como de colaborar eficientemente en
equipos. El Directorio del Consejo se reservaba el derecho de designar un director o
asesor en caso que lo juzgara necesario; iii) otra categoría era el investigador
independiente, individuos que habían realizado trabajos originales de importancia en
investigación científica o en desarrollo. Como así también, estar en condiciones de
elegir los temas, planear y efectuar las investigaciones en forma independiente; iv)
después estaba el investigador principal en tanto personas que reflejaban una labor
científica o de desarrollo tecnológico, de originalidad y alta jerarquía reconocida,
revelada por sus publicaciones y por la influencia de investigaciones. Así también,
debían denotar capacidad para la formación de discípulos y para la dirección de
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grupos de investigación; v) por último se encontraba el investigador superior, para lo
cual se requería haber realizado una extensa labor original de investigación científica
o de desarrollo tecnológico, de alta jerarquía que lo situara entre el núcleo de los
especialistas reconocidos en el ámbito internacional. Destacándose así también en la
formación de discípulos y la direccn de centros de investigación.
Con el nuevo estatuto de la CIC y CPA en 1973, la carrera de investigador dejó de
ser un instrumento importante en la construcción del vínculo con las universidades,
dado que el investigador comenzó a responder a las obligaciones asignadas por el
Conicet, quien pasó a tener el control completo de los estándares que determinaban
las prioridades de investigación y la evaluación de los resultados. A partir de este
momento, la CIC comenzó a orientarse a la búsqueda por alcanzar mejores niveles de
prestigio y reconocimiento en el campo científico. Los mecanismos de producción de
conocimiento, la evaluación y la coordinación la carrera, establecieron una separación
y división del trabajo entre, por un lado, las universidades públicas ligadas a la
docencia y despojadas de investigación y el Conicet abocado a la promoción y
ejecución de la ciencia, y a la tarea de otorgar reputaciones altamente valoradas en
los miembros de la CIC en el SPI.
De la misma forma que en el ámbito económico se dio una combinación entre
las políticas liberales y las estrategias procorporativistas, un liberalismo corporativo
según Pucciarelli (2004), el Proceso de Reorganización Nacional inten organizar y
redireccionar el SPI sobre las bases de un regreso al laissez faire a partir de 1976.
Desde 1974, la Secretaria había manifestado un progresivo debilitamiento en relación
a su vocación inicial, que se expresó en el descenso dentro de la estructura jerárquica
en el SPI, como así también en un acotado presupuesto, que limitaba su capacidad de
orientar las líneas de acción en lo que refería a las universidades y al Conicet (Feld,
2015). A partir de 1976, el gobierno militar llevó a cabo una concepción tecnocrática
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de las políticas, a lo cual sumó la práctica represiva en la investigación científica. Las
universidades blicas fueron intervenidas, cooptadas en su capacidad autónoma del
modelo de gobierno tripartito (Bekerman, 2016). A pesar de que, en el Conicet al igual
que en los espacios universitarios, se dio una política similar de control y depuración
ideológica, se destacó un camino diferente en lo que respecta al presupuesto y
dinámica de ambas instituciones. Fue a partir de la última dictadura militar, que el
Ministerio de Educación ejecutó una política de transferencia de recursos para
investigación, desde las universidades hacia el Conicet (Bekerman, 2009).
El Consejo, representó un espacio de resguardo para los investigadores durante
la última dictadura militar, incorporando una amplia cantidad de recursos humanos,
como así también incrementando el número de institutos y programas (Conicet, 1983).
En 1979, el Conicet fue beneficiario de un préstamo del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), con la misión de fortalecer la descentralización de la investigación
científica (Conicet, 1980a). La obtención de este préstamo permitió llevar a cabo la
regionalización y expansión de la institución, a partir de la creación de Centros
Regionales, Institutos y Programas (Bekerman, 2010, 2016; Hurtado, 2010).
3
En este
marco “los distintos institutos de las facultades fueron por lo general cerrados y se
canalizó la actividad investigativa en el Conicet, creándose en su marco nuevos
institutos que buscaban suplir los anteriores” (Perel, Raices y Perel, 2006: 138). Se
hizo necesario nuevas normativas y comisiones de institutos para gestionar el
personal, líneas de investigacn, presupuestos para gastos de funcionamiento
comisiones de evaluación de institutos, de programas, de institutos del directorio, de
objetivos, políticas y prioridades y de evaluación de los centros regionales (Conicet,
3
En 1981 se elaboró el Programa de Desarrollo del Conicet (PRODECO), que alcanzaba a
investigadores del Conicet que estuviera o no en unidades ejecutoras.
18
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
1985). Esta política científica se mantendría hasta el final del peodo y comenzaría a
revertirse con el retorno de la democracia en 1983.
El objetivo de descentralización de la investigación cienfica fue un interés
político del gobierno militar (Hurtado, 2010) en el marco de las reformas en el SPI. El
préstamo del BID (en adelante, BID-I) permitió, en sintonía con la política que se estaba
llevando a cabo: i) fomentar la descentralización de la actividad científica, tecnológica
y desarrollo del Consejo; ii) fortalecer la actividad del Conicet a través de cuatro
centros regionales (Conicet, 1980a). Además, el préstamo contribuyó a la expansión
y federalizacn del Conicet, permitiendo una política que direccionó los fondos a la
creación de centros e institutos descentralizados, dedicados a la investigación con
fondos propios, desvinculados de la educación universitaria (Aguiar, Davyt y Nupia,
2017). El Subprograma Conicet fue el que recibió mayor financiación dentro del
Programa BID-I. El principal destino de los fondos era financiar la construcción y
equipamiento de cuatro Centros Regionales, formación de recursos humanos fuera y
dentro del país, financiar el aumento del número de científicos y personal de apoyo,
entre otros aspectos (Conicet, 1980a). Los Centros Regionales que conformaban el
Programa BID-I se instalaron fuera del área metropolitana de Buenos Aires y se
distribuyeron en diferentes puntos de la Argentina: Bahía Blanca Provincia de
Buenos Aires; Mendoza; Santa Fe; y Puerto Madryn Chubut. Dentro de cada Centro
se seleccionaron diferentes líneas de investigación y se financiaron 93 proyectos de
investigación, distribuidos entre ocho institutos de los cuatro centros regionales que
abarcaba el programa (Feld, 2015). A pesar de esta gran variedad de líneas de
investigación seleccionadas, tres de ellas fueron las que concentraron el porcentaje
más alto de fondos alrededor del 55%. Así, la petroquímica concentel 24,3% de
los fondos, seguida por la oceanografía con el 17,2% y las zonas áridas con el 13,7%
(Conicet, 1980a). Estas tres líneas recibieron más de 48 millones de lares de
19
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
inversión lo que permitió a los Centros donde se desarrollaban incrementar sus
recursos humanos y su producción (Feld, 2015).
Quedaba, pues, establecida una línea divisoria: para los institutos la prioridad (presupuestaria,
de asignación de becas, de personal de apoyo, de convenios internacionales, de atención
burocrática); para el resto de la comunidad científica argentina, el resto de las disponibilidades
sen el buen entender de los representantes de institutos. (Conicet, 1985: 7).
A partir de 1976, los institutos del Conicet pasaron a ocupar un lugar central en la
política del Consejo. De sesenta institutos en 1976, en 1981 pasó a haber 135
unidades ejecutoras al interior del país (Bekerman, 2010). La misma SECyT apoyó está
política, por medio de la Resolución 341/80, donde dispuso como objetivo
específico del Programa de Desarrollo del Conicet 1982-1985 “Contribuir a la
descentralización de la Región Metropolitana y Pampeana y el crecimiento racional
del país con sentido geopolítico, a través del desarrollo de la actividad científica en el
interior.” (Conicet, 1980b: 4).
La política de crecimiento de la investigación científica en espacios
extrauniversitarios durante el período 1976-1983, implicó un profundo debilitamiento
de los vínculos entre el Conicet y las universidades (Bekerman, 2010; Feld, 2015).
Este proceso profundizó la brecha entre el Consejo y las universidades públicas, que
venía desarrollándose desde los cambios en la CIC y el nuevo estatuto en 1973.
Democratización de la investigación científica. La relación
del Conicet con la universidad pública entre 1984 y 1989
Cambios en la gobernanza del SPI con la reapertura democrática
20
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
Con el retorno de la democracia a fines de 1983, el gobierno se desarrolló en un
contexto de profundas limitaciones financieras, en ese marco los recursos para el SPI
permanecieron congelados. En el área de la Secretaría de Ciencia y Técnica, había
dos sub-áreas: La Subsecretaría de Ciencia y Tecnología (SUBCyT), bajo la
dependencia de la Secretaría de Planeamiento, y el Conicet en el espacio del
Ministerio de Educación. Con la asunción de Raúl Alfonsín como presidente, se
devuelve a la Subsecretaria de CyT el rango de Secretaría, un compromiso político
que había asumido el radicalismo durante la campaña electoral.
4
Para dirigir a la SECyT
se desig a Manuel Sadosky, fuertemente influenciado por las ideas del Pensamiento
Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Sociedad (PLACTS). El equipo de Sadosky,
estaba constituido por investigadores reformistas de la Facultad de Ciencias Exactas
de la UBA, muchos de ellos habían sido expulsados en 1966, luego de la noche de los
bastones largos.
Sadosky y su gabinete establecieron algunos lineamientos generales para su
gestión: i) articular e integrar las políticas científicas y tecnogicas con las políticas de
desarrollo económico y social. En este sentido, consideraba que la “ciencia y la
tecnología no eran elementos de lujo” (Sadosky, 1989: 14) para el país, sino
instrumentos de importancia para la independencia y el desarrollo nacional. En esta
línea, se buscaba lograr una fructífera vinculación entre el sistema científico y la
planificación nacional, fortaleciendo la relación entre la investigación tecnológica con
el sistema productivo, la investigación científica y el sistema educativo; ii) devolver el
lugar central a la educación y a las universidades nacionales en el sistema científico y
4
Durante 1982, las ideas sobre la política de CyT fueron discutidos por grupos de intelectuales en el
Centro de Participación Política de la UCR que dirigía Jorge Roulet (Sadosky, 1989).
21
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
tecnológico; iii) diseñar y poner en funcionamiento nuevas estructuras en la SECyT,
que hicieran de éste efectivamente la institución responsable de la formulación de
políticas y de planificación global de la ciencia y la tecnología. Para lo cual era
necesario, reestructurar el Conicet, como institución central de la promoción científica,
consolidar un espacio de articulación y diálogos con otras instituciones de CyT.
El presupuesto de finalidad 8 para Ciencia y Técnica del Presupuesto Nacional
se incrementó en los primeros años del gobierno radical (Azpiazu, 1992; Sadosky,
1989), no obstante, la inflación creciente que terminaría en el fenómeno de
hiperinflación más importante de Argentina, llevaría a profundizar los desajustes
presupuestarios con impactos desiguales en las distintas instituciones de CyT
(Hurtado, 2010). El presupuesto se vio debilitado principalmente en la CNEA, en el INTI,
siendo el Conicet el único organismo que incrementó su participación presupuestaria
a lo largo del gobierno radical. Según Sadosky (1989), la ventaja del Conicet en el SPI,
radicó en la posibilidad de ser beneficiario de un préstamo importante del BID (en
adelante, BID-II) (Aguiar, Davyt y Nupia, 2017). En paralelo, la SECyT dio continuidad a
los Programas Nacionales que se habían iniciado en 1973 y que recibían su principal
financiamiento del Programa 930 del Conicet acciones de refuerzo en el Área de
Ciencia y Técnica (Sadosky, 1989). Al momento del retorno a la democracia, el
financiamiento de los programas era escaso y fue disminuyendo durante toda la
década de 1980 fruto de la crisis económica (Aristimuño, 2017). Constituían foros de
concertación entre investigadores y representantes del empresariado y nodos de
planificación científica y productiva sectoriales, pero en los hechos habían devenido
en una segunda ventanilla de menor rango para financiar proyectos de investigación.
Cambios institucionales dentro del Conicet en la década de 1980
22
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
En este contexto, en 1984 se designó al Dr. Carlos Abeledo, Subsecretario de
Promoción de la SECyT, como Presidente del Conicet, quien encabezó un proceso de
encauzamiento de la institución que permitió normalizar el Consejo en agosto de 1986
con un nuevo Directorio (Conicet, 1989a). Al posicionar al Conicet por debajo de la
línea de influencia de la SECyT, se buscaba promover mejores mecanismos de
coordinación entre el Conicet y el resto de las instituciones del SPI, especialmente con
las universidades públicas (Svampa y Aguiar, 2019). En este marco, para cambiar la
herencia institucional del Conicet dejado por la dictadura militar, se derogaron las
disposiciones que habían establecido controles políticos o ideológicos ligados a los
servicios de inteligencia durante la dictadura, y se buscó remediar las situaciones de
injusticia en el campo académico y científico (Abeledo, 2009). La SECyT llevó a cabo
en 1984 la creación del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Técnica (CICyT) para
coordinar las políticas en CyT. Este Consejo estaba presidido por el Dr. Sadosky e
integrado por representantes de Conicet, INTI, INTA, CNEA y universidades públicas. La
experiencia del CICyT se mantuvo un año y medio en el SPI, representó un intento
desde actores burocráticos del gobierno por coordinar a las diferentes instituciones
del sector, en un marco de gobernanza en red, donde se tenda fomentar políticas
que reforzaran los vínculos entre diversas instituciones del SPI. En esta dirección, a
través de la SECyT se pretendió establecer los lineamientos para el desarrollo científico
y tecnológico del país, la política llevada a cabo estuvo basada por el esfuerzo en la
normalización y/o democratización de las actividades de CyT del SPI.
Fue necesario establecer las estrategias, misiones y criterios de evaluación del
Conicet como principal institución de promoción científica. Esta gobernanza
enmarcada en un contexto democrático tuvo como objetivo central la inclusión de los
actores marginados al Conicet y el acercamiento a las universidades. La interacción
de los diferentes actores internos al Consejo y sus vínculos con otras instituciones del
23
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
SPI, impliuna reconstrucción política de los espacios científicos, buscando aumentar
la autoridad y restituir la autonomía de los actores y campos disciplinares debilitados
durante la última dictadura militar. Uno de los aspectos más importantes de esta
gobernanza en red fue la toma de decisiones compartidas por un Directorio y
Presidente del Conicet, cuyas acciones buscaron estar en sintonía con la política de
la SECyT.
Desde el Conicet el nuevo Directorio, presidido por el Dr. Abeledo, definió líneas
prioritarias de acción para el Consejo: i) transparentar las acciones del gobierno,
poniendo en funcionamiento la posibilidad de evaluaciones de las comisiones
asesoras disciplinares, garantizando el derecho de defensa y el uso de los recursos
previstos por la legislación; ii) democratizar los mecanismos de acceso a la
investigación a través de cambios en los instrumentos de financiamiento científico del
Consejo; iii) reestructurar la vinculación con la universidad, apoyando a la
investigación en las facultades, centros, departamentos e institutos que el CONICET
consideraba como prioritarios; iv) proponer mecanismos alternativos de apoyo a la
investigación cienfica y tecnológica, recurriendo a organismos internacionales para
encarar problemas que no podían tratarse con recursos locales; vi) fortalecer la
relación entre los laboratorios de investigación y el sector productivo, fomentando
contactos y garantizando los convenios de vinculación tecnológica. (Conicet, 1989a).
Con el Decreto 724/86 (Argentina Gobierno, 1986a) se reformó la carta
orgánica del Conicet, a partir del cual el Directorio se redujo a un Presidente y cinco
Directores, propuestos por el Secretario de la SECyT. Entre esos seis integrantes del
Directorio, el Poder Ejecutivo designaba al Presidente del Conicet y el Directorio elegía
a su Vicepresidente. El nuevo órgano colegiado empezó a funcionar en 1986 a partir
del Decreto 982/86 (Argentina Gobierno, 1986b), con un mandato normativo de
dos años. Los miembros del Directorio se incorporaron bajo la figura institucional de
24
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
directores rentados con remuneraciones equivalentes a la categoa de investigador
superior de la CIC (Del Bello et al., 2007). Así también, se determique los cargos de
los miembros del Directorio, serían incompatibles con otros cargos públicos o
privados, a excepción de la actividad docente. Durante la nueva gestión en el Conicet,
el Directorio mantuvo los vínculos con el Consejo Científico y Tecnológico (CCT),
órgano interno del Consejo creado en 1983. El CCT funcionaba como consejo asesor,
estaba conformado por 18 investigadores de prestigio propuestos por diversas
instituciones del SPI, y por tres miembros que representaban al sector productivo. Este
consejo asesor estaba presidido por el Dr. Sadosky e implicó cambios en las
estrategias de coordinación y control al interior del Directorio del Conicet (Svampa y
Aguiar, 2019). Se reunían periódicamente, se sacaban ideas, se sugerían que
caminos a seguir. Se buscaba que el Conicet se vinculara con otros organismos de
CyT, universidades y con participación de industriales.” (Entrevista Fanchiotti, 2019).
Cuadro N°1
Cambios en la autoridad relativa según características de la gobernanza interna
dentro del Conicet
Autoridad relativa
Gobernanza interna del Conicet
1976-1983
1984-1989
Regulación corporativa
Ajustes mutuos o
competencia
Presidencia
BAJA
ALTA
Directorio*
ALTA
BAJA
Directores de Institutos
ALTA
BAJA
Investigadores del SPI
BAJA
ALTA
25
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
CCT**
----------
MEDIA
Juntas de Clasificación y
Promoción
ALTA
ALTA
Comisiones Asesoras
Disciplinares
MEDIA
ALTA
Comisiones Asesoras de
Institutos
ALTA
BAJA
Referencias
* Conformado entre 1973-1986 por un interventor y una Comisión Asesora. A partir de 1986, por un
presidente y cinco miembros.
** Concejo Científico y Tecnológico, creado a fines de 1983.
*** SECyT: en 1983, con el retorno de la democracia, la SUBSECyT fue elevada al rango de secretaría de
estado.
Fuente: Elaboración propia, a partir del análisis de resoluciones del Directorio y del Presidente entre
1984 y 1989, entrevistas al Presidente y miembros del Directorio, directores de Institutos y miembros
de Comisiones Asesoras y de Juntas de Calificación.
5
En el Cuadro 1, se sintetiza los cambios en la autoridad relativa de los diversos
actores del Conicet, según el tipo de gobernanza interna de esta institución entre 1976
5
Resoluciones del Directorio del Conicet: RD 08-08-1986-01; RD 08-08-1986-04; RD 14-08-1986-11;
RD 14-08-1986-16; RD 06-11-1986-405; RD 06-11-1986-411; RD 13-11-1986-421; RD 13-11-1986-421;
RD 20-11-1986-461; RD 20-11-1986-466; RD 25-11-1986-471; RD 25-11-1986-474; RD 05-03-1987-141.
Resoluciones del Presidente del Conicet Carlos Abeledo: RDAC 16-01-1984-01; RDAC 20-01-3; RDAC
01-02-1984-4 RDAC 01-02-1984-15; RDAC 16-02-1984-49; RDAC 03-02-1984-19; RDAC 20-03-1984-217;
RDAC 06-09-1984- 919; RDAC 06-11-1984-1191; RDAC 02-12-1984-687; RDAC 31-12-1984-1723.
Resoluciones del Secretario Ejecutivo del Directorio del Conicet Hector Ciapuscio: RDSE 03-01-1985-
01; RDSE 06-02-1985-08; RDSE 28-02-1985-13; RDSE 11-03-1985-19; RDSE 30-09-1985-162; RDSE 03-
10-1985-166; RDSE 07-10-1985-170.
26
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
y 1989. Así, durante el período 1976-1983, en el Conicet se dio una gobernanza
interna jerárquica y corporativa, que restringió la delegación de la financiación
científica a las élites científicas organizacionales los directores de institutos,
comisiones asesoras de institutos y disciplinares, juntas de calificación y promoción.
En el Directorio, la autoridad relativa fue baja, con escasa capacidad de influencia y
organización del trabajo científico, como consecuencia de la intervención y un
funcionamiento fragmentado hasta 1981. En este contexto, la competencia intelectual
y la coordinación entre unidades organizacionales resultaron escasas. Así, a los
objetivos burocráticos y políticos del Conicet entre 1976 y 1983, la cultura académica
se vio fortalecida en los actores que fueron beneficiarios de la política de crecimiento
interno y descentralización en el marco del BID-I. Los intereses científicos no fueron
cubiertos a una mayoría, dado que gran parte de la comunidad científica del SPI fue
desplazada durante la dictadura y muchas disciplinas perdieron autonomía. Así, la
investigación en el Conicet a través de sus principales instrumentos, condicionó la
organización y el control de las oportunidades de empleo y promoción en los espacios
científicos y académicos entre 1976 y 1983.
Con el retorno de la democracia a fines de 1983, se produjeron cambios en la
gobernanza del SPI, que afectaron a los mecanismos de gobernabilidad interna del
Conicet y a la autoridad relativa de los diversos actores que forman parte de la
estructura, a través de modificaciones en los criterios de evaluación e instrumentos
del financiamiento de la investigación, cambios en la carta orgánica que elevaron la
autoridad relativa limitada al Directorio y nuevos perfiles burocráticos y académicos
que fueron ocupando posición en el Consejo. Los nuevos actores que aparecen en la
década de 1980 en el organismo son: el Presidente del Conicet Dr. Abeledo con
una alta autoridad relativa y de capacidad de influencia y organización del trabajo
científico, en acompañamiento con el CCT presidido por el Dr. Sadosky que legitimó
27
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
un nuevo enfoque institucional basado en lineamientos políticos e interés por la
planificación y coordinación del Conicet.
Las comisiones de institutos perdieron autoridad luego de que 75 de los
programas registrados hasta 1984 fueran evaluados por las comisiones asesoras y
reconvertidas como Proyectos de Investigación y Desarrollo (PID). Así, en lo vinculado
al manejo de fondos, desde el Directorio comenzó a exigirse la presentación del
presupuesto anual a los directores de instituto. Los PID y Proyectos de Investigación
Anual (PIA), como se verá en el siguiente apartado, tendieron a privilegiar la calidad
del proyecto y a permitir la participación de investigadores que no necesariamente
tenían relación con el Conicet. Este instrumento tendió a disminuir la autoridad de los
directores de institutos del Conicet, como así también de los miembros de las
comisiones de institutos encargados de evaluar y aprobar políticas de estos actores.
Cambios en los instrumentos de promoción científica del Conicet
Como se mencionó anteriormente, a fines de 1986 se aprobó un préstamo otorgado
por el BID por 151 millones de lares, en el marco del Programa Especial de
Promoción en Ciencia y Tecnología, que comenzó a operar en 1988 (Conicet, 1989b).
Éste estaría conformado por fondos aportados en un 40% por el BID 61 millones de
dólares y un 60% por la contraparte local noventa millones, dirigidos al
financiamiento directo de investigaciones, equipos de laboratorio y formación de
recursos humanos, y también a la difusión de los conocimientos generados por la
comunidad de usuarios (Aguiar et al., 2016; Aristimuño, 2017).
El préstamo tendría como principal destinatario la promoción de actividades de
investigación científica a través del estímulo a la oferta de conocimiento. De este
modo, surgió un Programa, cuyos instrumentos se agruparon en cuatro subprogramas
a ejecutar por el Conicet.
28
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
El Subprograma A de fomento a la investigación científica y tecnológica, estuvo
orientado a fortalecer las fuentes de financiamiento de los PID y PIA correspondientes
a la subvención a proyectos que resultaran pertinentes al desarrollo disciplinar en
ciencias naturales, exactas, médicas, sociales, económicas e ingenieriles.
En paralelo, el Subprograma B se correspondió con el financiamiento para
establecimientos y equipamientos, los Laboratorios Nacionales de Investigación y
Servicios (LANAIS), creados como centros de apoyo a la investigación. Esta categoría
recibiría unos 26,4 millones de dólares, que serían conformados en proporciones
relativamente similares entre los fondos del BID y los de contraparte local (Aristimuño,
2017).
Por otro lado, el Subprograma C se destinaría a la asistencia en la formación de
recursos humanos, a partir del otorgamiento de becas de capacitación en instituciones
nacionales y en el extranjero (Conicet, 1989b).
Por último, estaba el Subprograma D de vinculación tecnológica, que consistiría
en una serie de instrumentos piloto para promover la comunicación entre las empresas
y los grupos de investigación, en especial con las universidades (Aguiar, Davyt y
Nupia, 2017). Este subprograma será analizado más adelante en el artículo.
El préstamo BID-II contribuyó a fortalecer instrumentos que el Conicet había
comenzado a aplicar en la nueva gestión con la apertura democrática. Los PID fueron
el instrumento más importante del Programa en rminos de montos (SECyT, 1989).
Contribuyeron a un cambio notable en el sistema de financiamiento de la investigación,
al habilitar canales de promoción para investigadores y grupos que no pertenecían
orgánicamente al Conicet y estaban radicados en las universidades.
29
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
Gráfico N° 1. Adjudicaciones de PID y PIA a investigadores del Conicet, por rama
de conocimiento (1984-1989)
Fuente: Elaboración propia a partir de Conicet (1989c).
Según el Gráfico 1, el Conicet mantuvo un sistema caracterizado por la
preeminencia de las ciencias exactas y naturales, de las biológicas y de salud por
medio de los PID. De esta forma, las Ciencias Médicas concentraron el 23,90% de las
adjudicaciones de los PID, las Ciencias Químicas el 14,60%, las Ingenierías y
Tecnologías 11,40% y las Ciencias Biológicas un 11,30%. Por otro lado, los PIA
también estuvieron dirigidos a fortalecer a las Ciencias Médicas con un 13,74% y
Ciencias Biológicas con un 12,52%; sin embargo, se destacó una mayor participación
de las Ciencias Sociales y Humanidades en las adjudicaciones, sumando un total de
un 24,18% sobre el total de proyectos financiados. Con la puesta en marcha de los
PID se logró igualar las oportunidades de acceso al financiamiento de grupos de
30
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
investigación. Esta transferencia en el manejo de los subsidios hacia los grupos de
investigación ya fueran del Conicet o de las universidades públicas se desarrolló en
paralelo a un mayor seguimiento de la actividad de los directores de institutos y el
control presupuestario (Abeledo, 2009; Bekerman, 2018; Del Bello et al., 2007;
Svampa y Aguiar, 2019).
Cuadro N° 2. Participación en el presupuesto del Conicet por áreas (1984-1987)
Area
Período
1986
CIC/CPA/PA*
29,18%
Becas Internas
8,68%
Becas Externas
1,29%
PID y PIA
28,49%
Subsidios Secyt (Programa 930)
8,61%
Equipamiento**
3,03%
Construcciones
9,57%
Bienes y Servicios
3,48%
Intereses y amortizaciones***
7,67%
Total
100,00%
Fuente: Elaboración propia a partir de Conicet (1989a).
Referencias:
* Salarios Carrera de Investigador Científico y Tecnológico / Carrera de Personal de Apoyo / Personal
Administrativo
** Licitaciones
*** Subprograma Conicet. Préstamo BID-II
31
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
Una mirada comparativa a lo largo del periodo, permite dar cuenta que el presupuesto
del Conicet, estuvo más dirigido a fortalecer los vínculos con otros actores del SPI,
particularmente con las universidades públicas a través de los PID y los PIA. Así
también, se denota un decrecimiento del presupuesto destinado a los institutos del
Consejo y a la construcción de infraestructura. En lo que respecta al presupuesto de
becas internas, tiende a disminuir y estabilizarse en 1987, luego de haber respondido
a una elevada demanda en 1984 y 1985, producto de numerosos jóvenes postergados
en la última dictadura militar. En lo que refiere a la CIC, CPA y PA, se registró una
disminución del presupuesto durante la década de 1980. Las características de la CIC
se mantuvieron, aunque se abrieron las posibilidades de carrera a todos los
investigadores, sin discriminaciones o marginaciones ideológicas. Así también, se
llevó a cabo una revisión del reglamento que conllevó a la posibilidad de una tercera
alternativa al momento de la evaluación del cargo de carrera o promociones internas.
Esta nueva alternativa fue la categoría de observado, aceptado con observaciones”
(Conicet, 1989d: 7), que daba la posibilidad al investigador de rehacer los informes
bianuales. Esta democratización en el acceso, la hizo más competitiva, en el marco
de procedimientos de evaluación transparentes y rigurosos de las diversas instancias
sucesivas.
Cuadro 3. Distribución de los miembros de la CIC del Conicet por categoría
según períodos (1983-1989)
Categorías de la
CIC
Período
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
(f)
%
(f)
%
(f)
%
(f)
%
(f)
%
(f)
%
(f)
%
Superior
91
5,51
98
5,10
95
4,50
90
4,20
88
4,10
87
3,90
81
4,10
32
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
Principal
234
14,16
279
14,50
320
15,20
319
14,80
337
15,60
350
15,90
293
14,70
Independiente
469
28,39
506
26,30
552
26,20
545
25,40
552
25,50
569
25,80
484
24,30
Adjunto
475
28,75
576
29,90
644
30,50
654
30,40
702
32,50
728
33,00
684
34,30
Asistente
383
23,18
466
24,20
499
23,60
541
25,20
482
22,30
471
21,40
449
22,60
Total
1.652
100,00
1.925
100,00
2.110
100,00
2.149
100,00
2.161
100,00
2.205
100,00
1.991
100,00
Fuente: Elaboración propia a partir de Memorias anuales del Conicet años 1983 a 1989 y SECyT
(1989).
Gráfico 2. Distribución de los miembros de la CIC del Conicet por categoría
(1983-1989)
Fuente: Elaboración propia a partir de Memorias anuales del Conicet años 1983 a 1989 y SECyT
(1989).
El cuadro N° 3 y el gráfico N° 2, dan cuenta de la evolución de los miembros de la CIC
desde principios desde 1983 hasta 1989. El número de investigadores haa
aumentado de forma sostenida previamente al retorno de la democracia, mientras que
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
a partir de 1984, la curva refleja un estancamiento en las diversas categorías de la CIC
acorde a la crisis económica y financiera atravesada por el país. Si en 1976 había 752
investigadores, con un crecimiento por quinquenio del 52,45%, la cifra había
aumentado en 1981 a 1.283, con un crecimiento del 72,29%. Sin embargo, cinco años
más tarde el número de investigadores era de 2.149, evidenciando un menor
crecimiento, del 66,98%. Por otro lado, lo que se observa durante el periodo es un
crecimiento en la categoría intermedia de investigador adjunto que pasó de 28,75%
en 1983 a 34,40% en 1989 con una diferencia porcentual de 5,56%. En cambio, en la
categoría de investigador independiente, se dio una disminución porcentual a lo largo
del período, de un 28,39% en 1983 a un 24,30% en 1989 con una diferencia
porcentual de 4,09%. La categoría de investigador asistente representaba el 23,18%
de los miembros de CIC en 1983 y aumentó a un 25,20% en 1985 con una diferencia
porcentual de 2,02%, sin embargo, disminuen 1989 a 22,60%. En este contexto
en 1987, la situación presupuestaria del Conicet, llevó a la decisión de establecer
cupos para el ingreso a CIC, reforzando la tendencia anterior (Conicet, 1989d). Dado
que el presupuesto del Conicet no aumentaba al ritmo del crecimiento que venía
registrándose en la carrera, el Directorio llevó a cabo un reajuste de los fondos
destinados a sueldos y los que se adjudicaban para financiar las actividades de
investigación equipamiento, bibliografía, viáticos, congresos.
La principal novedad en los cambios presupuestarios, fue la modificación en los
instrumentos de financiamiento del Conicet a través de la Resolución 511/84
(Conicet, 1984), donde las asignaciones de subsidios para investigación dejaban de
ser otorgados a los directores de centros o institutos y se asignaban directamente a
los grupos de investigación, disminuyendo la autoridad relativa de los directores de los
institutos del Conicet y aumentando la autoridad de los grupos de investigación de la
institución, pero principalmente de otros espacios académicos y universitarios. Los
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
convenios de colaboración académica fueron una vía privilegiada para orientar la
relación del Conicet con las universidades nacionales, por medio de grupos de
investigación y diversos instrumentos.
Así, en 1988 se crel Sistema de Apoyo para Investigadores Universitarios
(SAPIU) el cual fue un instrumento dirigido a promover el apoyo a las tareas de
investigación en el espacio universitario. El mismo tenía como destinatarios a los
docentes miembros de la CIC de Conicet, y a los investigadores universitarios que se
dedicaban a la docencia y a la investigación. En lo que respecta a los criterios de
evaluación, el énfasis estaba puesto en valorar la actividad de investigación en las
universidades públicas. Posteriormente, en la Resolución 1299/88 (Conicet, 1988),
el Directorio reglamentó el Programa de Apoyo a los Núcleos Universitarios de
Investigación (PROANUI) para fortalecer los vínculos de los centros de investigación
propios de las universidades con miembros de la CIC. De esta forma se pretendía
resolver las dificultades al momento de consolidar programas de investigación,
acumulación y formación de recursos humanos.
6
Cuadro N°4. Autoridad relativa de actores del SPI según instrumentos de política
científica del Conicet (1983-1989)
Autoridad relativa de actores
Instrumentos de política científica del Conicet
PID y PIA
SAPIU
PROANUI
6
Durante la gestión de Raúl Matera como Presidente del Conicet entre 1990 y 1994, se fortaleció la
función de ejecución del Conicet, en lugar de la función de promoción. Se desactivaron los programas
que buscaban reforzar el vínculo del Consejo con las universidades tales como el SAPIU y el
PROANUI.
35
Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
Individuales
Miembros de la
CIC
MEDIA
BAJA
ALTA
Investigadores
del SPI
ALTA
ALTA
ALTA
Rectores y
decanos
ALTA
ALTA
ALTA
Directores de
institutos del
Conicet
BAJA
BAJA
BAJA
Colectivos
Directorio del
Conicet
ALTA
ALTA
ALTA
Comisiones
Asesoras
ALTA
ALTA
BAJA
Consejo Científico
Tecnológico
MEDIA
MEDIA
MEDIA
Fuente: Elaboración propia, a partir del análisis de resoluciones del Directorio y del Presidente entre
1984 y 1989, entrevistas al Presidente y miembros del Directorio, directores de Institutos y miembros
de Comisiones Asesoras y de Juntas de Calificación.
Tanto con la creación de los PID, PIA para investigación, el SAPIU o PROANUI dirigido a
fortalecer la investigación en las universidades, diversos actores intervinieron en los
instrumentos relevantes del Conicet durante la cada de 1980, bajo la lógica de
garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a los recursos, y reconfigurar las
relaciones asimétricas de poder heredadas de la última dictadura militar. Así, en un
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
contexto donde se buscó revincular al Conicet con la universidad pública, según el
cuadro N°4 puede desprenderse el siguiente análisis:
i) Los PID y PIA a través de las convocatorias competitivas, tendieron a privilegiar la
calidad del proyecto y a permitir la participación de investigadores que no
necesariamente tenían relación con el Conicet. Este instrumento tendió a disminuir la
autoridad relativa de los directores de institutos del Conicet y miembros de las
comisiones de institutos que desde 1976 hasta 1983 gozaron de una elevada
autoridad en la asignación de recursos al interior de los institutos y la definición de
agendas de investigación y formación de becarios.
ii) Los PID y PIA aumentaron la autoridad relativa de los diversos investigadores
radicados en las universidades públicas. A también implicó un aumento de la
autoridad de las comisiones asesoras disciplinares, dado que era el actor que se
encargaba de la evaluación de los proyectos presentados. Estos cambios en la
autoridad relativa se dieron a partir un aumento en el uso de criterios académicos en
las instancias de evaluación, tanto para el financiamiento de proyectos de
investigación como de formación de recursos humanos a través de becas de
posgrado.
iii) Tanto el Directorio del Conicet como el Consejo Científico Tecnológico órgano
asesor del Consejo, tuvieron una autoridad media en la dinámica de los PID y PIA. El
Directorio era el encargado de la evaluación final de los dictámenes que elaboraban
las Comisiones Asesoras y emitir las resoluciones de aprobación de PID y PIA. El
Directorio, como el Consejo Científico Tecnológico, buscó que los instrumentos de
financiamiento científico fueran no solo transparentes, sino que se amoldaran a una
nueva política administrativa, de coordinación y planificación eficaz de los recursos,
en un contexto de fuerte debacle económico y de constante inflación.
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
La Oficina de Transferencia Tecnológica del Conicet en la década de
1980
Anteriormente, entre la década de 1960 y comienzos de la de 1980, fueron creados y
comenzaron a funcionar los primeros establecimientos científicos y tecnológicos
públicos que se atribuían entre sus funciones una orientación al desarrollo productivo
y a la resolución de problemas regionales (Buschini y Di Bello, 2015). Alguno de ellos
fueron el Servicio de Asistencia cnica a la Industria de la CNEA, creado en la década
de 1960 con el objetivo de ofrecer servicios a la industria con base en equipamientos;
la empresa Invap, creada en el año 1976 como Sociedad del Estado entre la CNEA y
el gobierno de la provincia de Río Negro; el Polo de Investigación y Desarrollo del
Complejo Petroquímico Bahía Blanca, programa impulsado por un grupo de
investigación radicado en la Universidad Nacional del Sur y el Conicet, que proveía
servicios tecnológicos, capacitación técnica y adaptación de tecnologías a las
empresas petroquímicas instaladas en el Polo de Bahía Blanca; y la empresa
Investigación y Desarrollo Minero Sociedad Anónima, una sociedad con participación
estatal creada a comienzos de la década de 1980 entre el gobierno de la provincia de
San Juan y una cooperadora de los investigadores del Instituto de Investigaciones
Mineras de la Universidad de San Juan. Así, los diferentes actores vinculados al
ámbito universitario y científico, que empezaron a discutir una política científica y
tecnológica para el escenario posdictatorial del SPI, contaban con todo un legado
intelectual e institucional en relación a la vinculación tecnológica. Otras experiencias
que formaban parte del mismo cuadro, fue la institucionalización de la vinculación
tecnológica en las universidades en general (Vaccarezza, 1999) o en la UBA en
particular (García de Fanelli, 1993; Vasen, 2013).
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
En este marco, una de las líneas de financiamiento del préstamo BID-II era el
Subprograma D dirigido al intercambio tecnológico, se dispuso del 4% del monto global
del crédito (Aguiar et al., 2019). En su mayor parte consistió en una serie de
instrumentos piloto para promover la comunicación entre las empresas, los grupos de
investigación y en especial con las universidades (Aguiar, Davyt y Nupia, 2017). Estos
instrumentos consistieron en oficinas de vinculación tecnológica, fondos de riesgo
compartido, cursos, seminarios y el intercambio formal de información entre agentes
del sector público y privado. El diseño del Subprograma D contemplaba dos líneas de
acción orientadas a: i) difusión de la oferta tecnológica del sector científico; ii)
promoción de la demanda.
El diseño del Subprograma D se articulaba con el Área de Transferencia de
Tecnología (ATT) del Conicet creado en 1984, que derivó en 1985 en la puesta en
marcha de la Oficina de Transferencia de Tecnología (OTT), que se responsabilizó de
llevar a cabo una política de acercamiento y colaboración entre el sector productivo y
los grupos de investigación del Conicet, con el apoyo de la comisión asesora de
desarrollo tecnológico que evaluaba las propuestas (Babini, Casalet y Oteiza, 1992;
Conicet, 1989e). Según Nívoli, las condiciones para la creación del instrumento de
vinculación fueron las siguientes: i) existía un potencial de conocimiento de grupos de
investigación del Conicet para interactuar con empresas y configurar ofertas
tecnológicas concretas; ii) había una conjunción de necesidades tecnológicas desde
las empresas que definían una demanda tecnológica concreta; iii) posibilidad de
fomentar la gestión de la vinculación tecnológica a partir del vínculo entre
investigadores, empresas y circunstancias favorables (Nívoli, 1989).
Poner la investigación al servicio de la sociedad. Para este fin creo la Oficina de Transferencia
de Tecnología, designando al ingeniero Marcelo voli, quien generó las bases para que la
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transferencia dejara de ser algo abominable en la cabeza de los científicos y gestores de Conicet.
Nívoli, merece el mayor reconocimiento y homenaje. Se creó la figura de las asesorías y de los
convenios con entidades gubernamentales y no gubernamentales. (Entrevista Neiff, 2019).
Al crearse en 1984 el ATT, la nueva conducción del Conicet, dio los primeros pasos
para insertar la cuestión de la promoción de la vinculación tecnológica en la acción
institucional del Consejo, lo cual se manifestó en la creación de la OTT en 1985. Hasta
ese momento, la cuestión de la transferencia tecnológica no era un objetivo de los
instrumentos del Consejo. Los Núcleos de Vinculación Tecnológica (NVT) fueron
estructuras flexibles y novedosas para vincular investigación y empresas, conformado
por empresarios e investigadores. Los NVT se estructuraban alrededor de una
universidad, con grupos de investigación dependientes del Conicet y debían contar
con la participación de entidades empresarias y empresas de la región. Otra de las
actividades a destacar fue la creación de un fondo de riesgo compartido, para el cual
se destinó un monto de un millón y medio de dólares a lo largo de, destinados a apoyar
proyectos que contaran con el aporte empresarial y fueran ejecutados por grupos de
investigación del sistema. Del presupuesto acordado entre un grupo de investigación
y unaa empresa, el Conicet financiaba una parte, bajo la forma de subsidio al grupo
de investigación.
La OTT era concebida por sus autoridades como una señal clara desde las
autoridades del Conicet para incorporar la función de vinculación al organismo, “en
sus inicios la OTT contaba únicamente con su director y luego se incorporaron tan solo
otras tres personas; la oficina encontró resistencias por parte de otros directivos de la
institución que contaban para ello con el respaldo del sector más influyente de la
comunidad científica–” (Buschini y Di Bello, 2015: 149).
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
Dada la poca experiencia de vinculación en el Conicet, resulta interesante
remarcar el impacto que tuvo al interior del sector científico la aparición de la OTT,
durante sus primeros años de funcionamiento, logrando oficializar en el Consejo la
posibilidad de establecer vínculos legales con el sector productivo. Sin embargo, la
experiencia mostró limitaciones, tanto por el fracaso de algunas iniciativas como por
la resistencia de algunos sectores en la institución. Con Abeledo fuera de la
presidencia a finales del periodo, el respaldo otorgado por los científicos
representados por la Comisión Asesora de Ingeniería no logró mantener la autoridad
suficiente frente al avance de los grupos más “básicos”, las atribuciones de la oficina
se diluyeron y se perdió así el espíritu de vinculación inicial.
Sin embargo, aunque la creación de la oficina significó una novedad en el
Conicet a fines de la década de 1980, los instrumentos de vinculación tecnológica no
lograron asegurar legitimidad, en un organismo que históricamente estuvo
estructurado sobre la política científica, con escasa relación con los problemas
económicos y sociales. Esto refleja la continua desconexión del SPI con las
necesidades del sector productivo, así la OTT difícilmente logró cambiar este problema
estructural en el Consejo. El fenómeno, es una consecuencia no solo de la función del
Conicet, también deviene del desarrollo histórico del SPI y por lo tanto de la ciencia y
la tecnología, de un sector productivo que en la década de 1980 seguía ignorando la
oferta tecnológica del campo científico.
Reflexiones finales
A lo largo de la década de 1970, la comunidad científica y académica fue
configurándose como actores polivalentes en la gobernanza del SPI de la argentina.
Esta polivalencia se expresó a través del desplazamiento de diversos grupos de la
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
comunidad académica y científica durante la última dictadura militar, como así
también, la ocupación de nuevos puestos y roles de aquellos actores científicos y
burocráticos que fueron usuarios de los planes y programas que financiaron. Durante
la década de 1970, con la reforma en las características de la CIC del Conicet en 1973
y el crecimiento exponencial de esta institución a partir de 1976, no solo se desfinanció
a las universidades como lugares de formación de recursos humanos, sino que
además se la desligó de la investigación científica.
Dado que la autonomía relativa de una institución es elástica, esta se contrae o
expande en función de diversas intervenciones externas, pero también de la
participación de los actores involucrados en los procesos de decisión y ejecución de
la política científica. En este sentido, la gobernanza interna del Conicet, tendió a
caracterizarse por una regulación jerárquica coporativista, en donde creció la
autoridad y el poder discrecional de la élite científica organizacional del Consejo que
ocupaban los cargos en las comisiones de institutos, juntas de calificación y promoción
y en particular en los directores de institutos. La tendencia de concentrar la
investigación en el Conicet fue despojando a las universidades de los espacios para
el desarrollo de la investigación científica. Lo que se configuró durante el período
1976-1983 fue un sistema dual de gobernanza, donde el Estado ejerció un alto grado
de control en determinadas áreas del SPI, pero tendió a delegar el manejo de recursos
y funciones en instituciones con un mayor grado de autonomía relativa. Esta dualidad
se manifestó en el préstamo BID-I de 1979; por un lado, estaban los programas
nacionales y los centros regionales, donde una institución de nivel ministerial era la
que planteaba los objetivos y asignaba recursos; por otro lado, los directores de
institutos del Conicet, quienes ejecutaban esos recursos con un alto grado de
discrecionalidad en lo referido a la orientación temática y al manejo de personal. El
incremento de autoridad de estos actores fue en detrimento del poder de los
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
investigadores de CIC y de los investigadores universitarios o de otras instituciones
científicas del SPI.
Con el retorno de la democracia en 1983, se produjeron cambios en la
gobernanza del SPI, que afectó los mecanismos de gobernabilidad interna y en la
autoridad relativa del Conicet, a través de modificaciones en los criterios de evaluación
e instrumentos del financiamiento de la investigación y adjudicación de becas. El
instrumento que tuvo mayor impacto en este sentido fue la creación de los subsidios
PID y PIA por medio de llamados competitivos, primero financiados con fondos del
tesoro nacional y luego con fondos del préstamo BID-II. Estas políticas disminuyeron la
autoridad de los directores de los institutos del Conicet y de las comisiones de
institutos, aumentaron la autoridad tanto de los investigadores de CIC y de las
universidades públicas, como así también las comisiones asesoras que empezaron a
evaluar los diversos proyectos que se presentaban en las convocatorias. Estos
cambios en la autoridad relativa se dieron a partir del creciente uso de criterios
académicos como la publicación en revistas indexadas al momento de evaluar la
asignación de recursos tanto para el financiamiento de proyectos de investigación,
como de formación de recursos humanos a través de becas de posgrado. A lo largo
del gobierno radical del presidente Alfonsín, el equipo de gestión de ambos
organismos SECyT y Conicet, estaba muy cohesionado en términos políticos y
científicos, dado que mucho de sus miembros habían sido profesores e investigadores
afines al movimiento reformista universitario y exiliados luego de la intervención militar
de 1966.
Así, en el marco de una democratización de las instituciones públicas, una
cultura burocrática interesada principalmente por la administración, coordinación,
planificación y organización eficaz de los recursos de una institución se fortaleció a
partir del aumento de rango de la SECyT en 1984 y su direccionamiento sobre
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Revista Redes 51 ISSN 1851-7072
determinadas líneas de acción del Conicet. La SECyT fortaleció su rol de diseñador de
las políticas de CyT del país, restándole peso al Conicet en esa función. Por otro lado,
con el nuevo Directorio que operó entre 1984 y 1989, tenía un perfil burocrático,
enmarcado en la tendencia de democratización y recuperación de las instituciones.
Plantearon nuevos parámetros de funcionamiento en el Conicet, con el objetivo de
lograr transparencia en las acciones del gobierno. La gobernanza interna del Conicet
en la década de 1980 se caracterizó por un esquema de regulación en red entre
diversos actores que según la posición que ocupaban en la estructura interna del
Consejo, simpatizaban con rasgos culturales específicos. Así, la gestión del Conicet a
partir de 1984 y hasta 1989 tuvo un marco ético democrático y pluralista, con el
objetivo de reconstruir una institución que igualara las oportunidades de acceso a una
amplia mayoría de investigadores del SPI. La cultura científica dentro del Conicet, vio
representados sus intereses y conjuntos dinámicos de significaciones ligados a la
democratización y restitución de áreas de conocimiento, investigadores marginados y
prácticas de investigación puestas en discusión. Difícilmente pueda encapsularse a
los actores que intervienen en los Consejos de Investigaciones acordes a una cultura
académica o burocrática, es más se considera que por las características intrínsecas
del Conicet, tienden a solaparse rasgos de ambas culturas en el funcionamiento
institucional, como así también en sus instrumentos de política científica.
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Entrevistas
Fanchiotti, Huner: miembro del Directorio del Conicet (1986-1988), Vicepresidente del
Conicet (1988-1989). Entrevista: Fernando Svampa. Realizada en octubre de
2019.
Neiff, Jose Juan: Director del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (cecoal) (1985-
2015). Entrevista: Fernando Svampa. Realizada en noviembre de 2019.
Artículo recibido el 23 de junio de 2020
Aprobado para su publicación el 3 de diciembre de 2020