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DOI: https://doi.org/10.48160/18517072re59.367
Sobre los paradigmas tecnológicos de G. Dosi:
encuentros y desencuentros con la teoría del cambio
científico de T. Kuhn
Marcelo Jose García Farjat
*
Resumen
El presente trabajo tiene como objetivo principal identificar y discutir los rasgos
comunes entre la teoría paradigmática de Giovanni Dosi y la teoría del cambio
científico de Thomas Kuhn, así como sus diferencias. De todas las vías analíticas
que ofrece la propuesta de Dosi, interesa someter a escrutinio, en clave
epistemológica, el paralelismo trazado por el autor entre el desarrollo científico y el
desarrollo tecnológico. De este examen se espera determinar no solo en qué medida
los planteamientos de Dosi pueden interpretarse a la luz de la teoría de Kuhn, sino
también cuáles son los límites que su aplicación le impone al análisis del cambio
tecnológico en los términos planteados por el economista italiano. Finalmente, este
trabajo aspira a evaluar la plausibilidad de la analogía conceptual establecida por
Dosi entre paradigmas científicos y tecnológicos.
Palabras clave
DOSI KUHN - CAMBIO TECNOLÓGICO ANALOGÍA EPISTEMOLOGÍA
*
Centro de Estudios Avanzados, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Córdoba.
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Revista Redes 59 ISSN 1851-7072
Introducción
Aunque muchas veces se presentan de forma implícita, la economía y la
epistemología se retroalimentan y se encuentran profundamente imbricadas. La
actividad y el pensamiento económicos están imbuidos de presupuestos
epistemológicos que los orientan y dotan de sentido, constituyéndose así en el
núcleo orientador de sus respectivos aparatos teóricos. Entre la amplia gama de
teorías económicas que pueden examinarse desde una perspectiva epistemológica,
la presente propuesta se enfoca en una en particular: el evolucionismo económico.
De acuerdo con Luján y Moreno (1996), esta corriente forma parte de un
intento de reformulación teórica que se presenta como alternativa heterodoxa ante
las inconsistencias y limitaciones que comportan las teorías neoclásicas y los
modelos lineales de innovación para la conceptualización del cambio tecnológico.
Dentro de la diversidad de autores de inspiración evolucionista, este trabajo se
centra en la propuesta del economista italiano Giovanni Dosi, quien busca explicar
las fuerzas que dinamizan el cambio tecnológico a partir de la noción de paradigma
tecnológico, propuesta en semejanza al paradigma científico de Thomas Kuhn.
De todas las vías analíticas que ofrecen sus trabajos, resulta especialmente
relevante examinar y discutir los posibles encuentros y desencuentros entre la teoría
de Dosi y la propuesta por Kuhn para el estudio de la ciencia con el propósito de
evaluar la fertilidad de la analogía que establece entre los paradigmas científicos y
los paradigmas tecnológicos. En este sentido, el autor traza un paralelismo entre el
desarrollo científico y el tecnológico en términos de continuidad y discontinuidad, de
estabilidad y cambio, lo cual resulta plenamente compatible con una epistemología
evolucionista de cariz kuhniano. En otras palabras, para Dosi, los mecanismos que
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rigen al desarrollo de las tecnologías coinciden abiertamente con los que, según
Kuhn, orientan el desarrollo científico.
La influencia de las ideas de Kuhn en las formulaciones de Dosi está lejos de
ser casual. A pesar del carácter polisémico y ambiguo del concepto de paradigma,
su uso como recurso explicativo y heurístico ha trascendido ampliamente el ámbito
científico: “repentinamente, paradigmas fueron detectados, no solo en ciencia, sino
también en las más diversas actividades, ya sea en economía, en artes, pasando por
la medicina y los deportes” (Cupani, 2017:13). Los trabajos de Dosi, desde el campo
de la economía, no son una excepción a esta tendencia señalada por el filósofo
argentino, especialmente al considerar la plausibilidad de las categorías kuhnianas
para una adecuada comprensión del cambio tecnológico
1
.
En esta estela de apreciaciones iniciales, conviene señalar los motivos
principales que justifican una labor de esta índole. En primer lugar, buena parte de
los estudios ocupados en el abordaje del cambio tecnológico en lengua castellana
exhibe un carácter general y propedéutico en relación con los desarrollos
conceptuales del evolucionismo económico
2
. Y los estudios referidos al pensamiento
de Dosi no escapan a esta propensión, evidenciándose una carencia de estudios
sistemáticos y rigurosos que aborden su propuesta en los términos planteados en
este artículo.
1
Otros autores, como por ejemplo Constant (1980), Granberg y Stankiewicz (1981), Johnston
(1984) y Crilly (2010), también recurren, aunque con niveles diferentes de intensidad y de apropiación
conceptuales, a las ideas kuhnianas para el abordaje del cambio tecnológico y las innovaciones.
2
De todas maneras, conviene destacar los esfuerzos realizados recientemente por establecer
manuales de economía de la innovación en español, como los de Barletta et al. (2014), Heijs y Buesa
(2016) y Barletta et al. (2021).
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Asimismo, y en línea con von Tunzelmann, Malerba, Nightingale y Metcalfe
(2008), es necesario reconocer que el trabajo pionero de Dosi (1982) allanó el
camino para nuevos estudios sobre la variedad y especificidad de las tecnologías en
un momento en el que la disciplina económica estaba dominada por las teorías
neoclásicas.
Peine, por su parte, resalta el valor de sus ideas al haber impulsado nuevas
líneas de investigación en innovación, particularmente para aquellos que abordan su
estudio desde una matriz teórica kuhniana: “especially Dosi’s article spawned and
influenced a number of studies in the innovation literature that more or less directly
used Kuhnian ideas to analyze technological change” (2006:7).
Por último, aquí se coincide con el pensamiento de Elster, quien subraya la
potencia y la plausibilidad del cambio tecnológico para ser abordado
epistemológicamente: “el análisis de dicha temática se adapta a un análisis
epistemológico, al hallarse en la intersección de las ciencias sociales y naturales y, a
su vez, cubre el vacío entre la ciencia pura y asuntos cotidianos” (2006:14).
La propuesta se organiza de la siguiente manera. En un primer momento, se
identifican y se discuten las posibles continuidades entre ambas formulaciones
paradigmáticas. Enseguida, se analizan algunas dificultades que implica la
aplicación del aparato teórico de Kuhn para la explicación del cambio tecnológico.
Posteriormente, se examina la escasa atención que reciben los conceptos de crisis y
anomalías en la teoría de Dosi, pese a su centralidad en la matriz teórica kuhniana.
Finalmente, se evalúa la fertilidad explicativa de la analogía propuesta por Dosi entre
el desarrollo científico y el desarrollo tecnológico.
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Continuidades en las explicaciones kuhniana del cambio
científico y dosiana sobre el cambio tecnológico
Si hay algo que caracteriza a la propuesta evolucionista de Dosi es su afirmación
acerca de la existencia de mecanismos y pautas similares de comportamiento entre
la ciencia y la tecnología: “pareciera que hay paradigmas tecnológicos (o programas
de investigación) que cumplen un rol semejante a los de los paradigmas (o
programas de investigación) científicos” (1982:99). En efecto, el concepto de
paradigma puede considerarse como el sello distintivo de los cuerpos teóricos de
ambos autores: el paradigma científico para la explicación del cambio y progreso en
la ciencia y el paradigma tecnológico para el abordaje de las dinámicas tecnológicas
y económicas de una firma.
Es de notar que este concepto -en sus dos versiones- se encarga de
circunscribir las definiciones de los problemas significativos que enfrentan una firma
o comunidad científica y de proporcionar, de acuerdo a ciertos principios, reglas,
herramientas y procedimientos, recetas y pautas para su resolución. Asimismo, un
paradigma representa un conjunto de ejemplares modelo que guía y dinamiza el
quehacer científico y tecnológico dentro del marco de alternativas ofrecidas por el
paradigma reinante. Dicho de otro modo, señala “cómo hacer las cosas y cómo
mejorarlas” (Dosi y Sylos-Labini, 2007). En tal sentido, el paradigma provee un
esquema de referencia y de acción a quienes actúan bajo su influencia:
Podemos dizer que uma característica importante de um paradigma tecnológico é que existe
uma estrutura cognitiva que envolve a forma de interpretação do problema e os princípios
empregados para sua solução a qual é partilhada por toda a comunidade tecnológica e pelos
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agentes econômicos e com base na qual procuram-se melhorias em eficiência de processo e
desempenho de produto (Corazza e Fracalanza, 2004:134).
Siguiendo este hilo conductor, Dosi afirma: “tanto los paradigmas científicos como
los paradigmas tecnológicos incorporan una perspectiva, una definición de los
problemas relevantes, un esquema de indagación” (1992:277). Considerando lo
dicho, un paradigma no solo condiciona la dirección y ritmo de la ciencia o la
tecnología, sino que también establece los criterios intraparadigmáticos para la toma
de decisiones.
Más allá del locus diferente de cada propuesta -ciencia, por un lado, y
tecnología, por el otro-, tanto el desarrollo científico como el tecnológico permiten, en
etapas de progreso normal e incremental, procesos de especialización,
profundización y acumulación de conocimiento y de experiencias previas en un
escenario de evolución gradual y continua (Dosi, 1982, 1984, 1992; Dosi y Sylos-
Labini, 2007; Dosi y Nelson, 2010, 2013). El paradigma especifica las tecnologías a
emplear y los principios científicos y formales que procuran concretar la resolución
de problemas y necesidades que surgen dentro de sus límites.
Al igual que Kuhn, quien concibe a la ciencia lejos de miradas simplistas,
lineales, acumulativistas y progresivas, la teoría evolucionista de Dosi se distancia
considerablemente de este tipo de perspectivas al entender al desarrollo tecnológico
por medio de continuidades y discontinuidades. Las continuidades se manifiestan en
cambios y avances que ocurren a lo largo de una trayectoria tecnológica. Mientras
que las discontinuidades, que son las que efectivamente permiten un verdadero
cambio o revolución tecnológica, se asocian con el surgimiento de un nuevo
paradigma (Dosi: 1982:99).
En este sentido, el paradigma científico determina la ciencia normal en la cual
los científicos llevan a cabo sus actividades de acuerdo con un conjunto de
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presupuestos y ejemplares modelo que les permite trabajar en un marco de elevada
seguridad y previsibilidad. El compromiso de la comunidad científica con las mismas
reglas y normas de la práctica científica junto al consenso entre sus miembros, se
convierte en un prerrequisito sustantivo de la ciencia normal (Kuhn, 2004); lo que
posibilita, en definitiva, el avance y continuidad de la empresa científica.
El paradigma tecnológico, por su parte, presupone la evolución tecnológica
mediante el perfeccionamiento y refinamiento de modelos y procedimientos
específicos (Dosi, 1992:277), así como la búsqueda, el aprendizaje y la exploración
de nuevas tecnologías bajo el amparo de una trayectoria tecnológica determinada.
El concepto de trayectoria goza de preeminencia en el marco de la analogía
trazada por Dosi, al presentarse como el equivalente conceptual de los periodos
kuhnianos de ciencia normal: las trayectorias son patrones normales que permiten
resolver problemas tecnológicos de diversa índole- con base en sus conocimientos,
experiencias y materiales- que prescriben los caminos a ser seguidos o evitados
(Neves Monteiro y Afonso de Aguilar Filho, 2012:26-27). Dicho de otro modo, su
función principal es señalar los caminos del desarrollo tecnológico en la etapa de
innovación normal, lo que revela el sentido normativo que comporta un paradigma
tecnológico, en consonancia con la noción de “normalidad kuhniana:
In general, the notion of technological trajectories is associated with the progressive realization
of the innovative opportunities underlying each paradigm, which can in principle be measured in
terms of the changes in the fundamental technoeconomic characteristics of artifacts and
production process (Dosi and Sylos-Labini, 2007:333).
Análogamente a lo que ocurre en la ciencia normal, durante los periodos de
innovación normal se aprecia una reducción significativa de la incertidumbre fuerte,
predominante en etapa preparadigmática. Definida por Dosi (1992:286) como aquel
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momento en el cual no se tiene conocimiento de la lista de sucesos posibles y
tampoco sobre las consecuencias de acciones concretas para un suceso dado, su
disminución se explica por la capacidad del paradigma para restringir y concentrar la
dirección de búsqueda y de actuación de una firma bajo los condicionamientos que
este impone. Es precisamente ese “hacia donde nos dirigimos” lo que guía las
trayectorias tecnológicas y distingue a la etapa de investigación normal: reglas
estables, rutinas organizativas y procesos de investigación corporativa internalizados
actúan como mecanismos claves que reducen la incertidumbre, cuya eliminación
total, según Dosi (1992), es fácticamente imposible.
Esta concepción es congruente con lo enunciado por Kuhn sobre cómo
trabajan los científicos en tiempos de ciencia normal. Como señala Klimovsky
(1997), el significado de lo “normal” -extensible a los periodos de innovación normal
en Dosi- posee un sentido descriptivo y no valorativo, indicando una acción
estereotipada de acción mucho más potente y efectiva que la observada en etapa de
preciencia.
Algo que queda en evidencia con estas apreciaciones son ciertos rasgos en
común que sustentan a la noción de progreso en ambos modelos teóricos. En las
etapas de ciencia normal e innovación normal, el progreso se define por su carácter
continuo, evolutivo y acumulativo; mientras que en los momentos de revolución
científica o tecnológica -o de ruptura paradigmática-, se produce el reemplazo del
paradigma vigente por uno nuevo, más exitoso y efectivo.
Para ser más precisos, lo que ambas explicaciones hacen es poner el foco, por
un lado, en la presencia de periodos de relativa estabilidad caracterizados por el
perfeccionamiento, la continuidad y la acumulación intraparadigmática. Y por otro, en
el aspecto discontinuo del cambio científico y tecnológico, asociado al agotamiento y
triunfo de un nuevo paradigma. Así, la naturaleza cíclica del cambio tecnológico
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implica la alternancia entre fases de cambio incremental con fases de cambio radical
(Peine, 2006).
En suma, las explicaciones formuladas por Kuhn y Dosi, lejos de ser
“continuistas”, suponen cambios cualitativos y discontinuos en etapa de
transformación y de reemplazo de paradigma, así como también modificaciones
menores, cuantitativos e incrementales durante los periodos de ciencia o innovación
norma. Es esta tensión entre lo normal y lo extraordinario la que define, en última
instancia, las dinámicas de cambio científico y tecnológico, respectivamente.
En otro orden de cosas, y al igual que el paradigma científico, la teoría de Dosi
exige indagar por qué ciertos paradigmas tecnológicos logran ser seleccionados, se
imponen y prevalecen en desmedro de aquellos que, por motivos de diferente cuño,
quedan relegados. En palabras de Kuhn (2004:242) cabe preguntarse: ¿Cuál es el
proceso mediante el cual un nuevo candidato a paradigma sustituye a
supredecesor? Para responder a este interrogante, resulta necesario, en un primer
momento, separar el análisis de las condiciones que propician el surgimiento de un
paradigma de los procesos que permiten su establecimiento y dominio
3
(Cimoli y
Dosi, 1994).
Centrándose en el primero de estos aspectos, Dosi toma distancia de cualquier
intento determinista de explicación. En este sentido, un paradigma tecnológico busca
superar aquellas teorías que colocan al progreso científico general o a las fuerzas
del mercado como factores únicos y excluyentes -desde una mirada monocausal- en
la determinación de las oportunidades tecnológicas y del desarrollo de tecnologías
en un momento dado. Por el contrario, y de acuerdo con Vence Deza, “un paradigma
3
Según Cimoli y Dosi (1994), existen razones suficientes (aunque no explicitadas) para
sostener que no es posible formular una teoría general sobre el surgimiento de un paradigma
tecnológico.
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emerge a partir de nuevas posibilidades ofrecidas por la ciencia, pero su
configuración no deriva directa y exclusivamente de la ciencia, sino que en ella
intervienen criterios de discriminación y selección emanados de instancias
económicas e institucionales” (1995:244).
Partiendo de que un paradigma es fruto de la aparición de una innovación
radical (Dosi, 1982), resulta pertinente retomar aquella cuestión inicial acerca de
cómo se origina, bajo qué condiciones y cómo logra imponerse por sobre otros. Para
ello, es necesario analizar primero lo que sucede en etapa preparadigmática, donde
múltiples paradigmas se encuentran en pugna por ser considerados referencia en un
contexto exploratorio marcado por la falta de consenso y certidumbre: “a first crucial
role -as already mentioned- is the selection operated at each level, from research to
production-related technological efforts, among the possible 'paths', on the grounds
of some rather obvious and broad criteria such as feasibility, marketability,
profitability” (Dosi, 1984:18).
En este período exploratorio, la búsqueda de innovaciones se enfrenta a una
doble incertidumbre: por un lado, respecto de los resultados prácticos de la
búsqueda de innovaciones, y por otro, en relación a los principios científicos y
tecnológicos y los procedimientos de resolución de problemas sobre los cuales
podrían basarse los potenciales avances tecnológicos (Dosi, 1988:286). En este
contexto adquieren especial relevancia los avances científicos: “su progreso y
acrecentamiento promueve un conjunto creciente de paradigmas tecnológicos
potenciales de los cuales unos pocos son realmente desarrollados, aplicados
económicamente y con frecuencia se convierten en dominantes” (Dosi, 1992:289).
Considerada la incertidumbre inherente a todo proceso innovador, Dosi (1982)
menciona una serie de criterios -positivos y negativos- que interviene decididamente
en la selección de un paradigma: por un lado, qué desarrollos deben ser excluidos
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(criterio negativo) y por otro, qué tecnologías deben ser escogidas (criterio positivo).
Asimismo, el economista italiano incorpora criterios generales de carácter
económico, como la posibilidad de comercialización, la potencial rentabilidad de una
tecnología y su capacidad de reducción de costos, mano de obra y tiempo.
En este sentido, Dosi (1992:289) puntualiza los aspectos que deben
considerarse en lo referido a los procesos de selección de un paradigma, a saber:
a) la naturaleza e intereses de las instituciones puente, entre la investigación pura y
las aplicaciones económicas.
b) con (bastante) frecuencia, especialmente en este siglo (XX), factores
estrictamente institucionales tales como agencias públicas.
c) los mecanismos de prueba y error para la exploración de nuevas tecnologías, a
menudo asociadas con la empresa schumpeteriana.
d) el criterio de selección de mercados y/o los requisitos tecnoeconómicos de los
primeros usuarios.
De estas descripciones se desprende un asunto de sumo interés para la
comprensión de la teoría del cambio tecnológico propuesta por Dosi: la indagación
acerca de las razones por las cuales solo ciertos paradigmas logran desarrollarse y
volverse dominantes. Como señala el propio autor: “a crucial question relates to how
an established technological paradigm emerged in the first place and how it was
'preferred' to other possible ones” (Dosi, 1984:16). No obstante, aun cuando Dosi
reconozca la relevancia de esta cuestión, no es tratada con la suficiente profundidad
en sus trabajos. La falta de un análisis riguroso sobre los procesos de emergencia
de un paradigma, así como sobre las condiciones que posibilitan su conformación y
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la consecuente estabilización de las tecnologías (OCDE, 1996) será uno de los temas
que concitará buena parte de la atención en lo que sigue.
Dificultades acerca del paralelismo entre paradigmas
científicos y tecnológicos
El carácter monoparadigmático de la propuesta dosiana
Un rasgo fundamental de todo paradigma tecnológico es la incorporación de
prescripciones significativas sobre las direcciones a seguir (heurística positiva) y las
que deben excluirse o evitarse para la resolución de problemas (heurística negativa).
En este sentido, el cambio tecnológico se dirige fuertemente hacia ciertas áreas
problemáticas mientras descarta otras.
De este modo, el desarrollo de una firma se halla lejos de las reglas del azar y
de la aleatoriedad al estar circunscrito a zonas específicas de acción. En otras
palabras, un paradigma impone, así, severas constricciones en la futura dirección del
desarrollo y progreso tecnológicos (Dosi, 1984; von Tunzelmann et al., 2008). Dosi lo
expresa en los siguientes términos:
Los paradigmas tecnológicos tienen un fuerte efecto de exclusión: los esfuerzos y la
imaginación tecnológica de los ingenieros y las organizaciones en las que se encuentran, se
enfocan en precisas direcciones mientras son, por así decirlo, ‘ciegos’ con respecto a otras
posibilidades tecnológicas (Dosi, 1982:153).
Estas aserciones se aplican también a las oportunidades tecnológicas, las cuales se
encuentran limitadas por las características del paradigma y por su grado de
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madurez y proceden, en parte, de los avances científicos exógenos y del
conocimiento acumulado por las firmas (Dosi, 1992). En este sentido, las
oportunidades tecnológicas se hallan “encerradas” dentro de los límites fijados por el
paradigma (Pittaluga, 2000).
Sin desconocer las potencialidades del paradigma como herramienta
heurística, lo que aquí se busca es tensionar ese carácter constrictor y de exclusión
que le es atribuido. A este respecto, resulta pertinente recuperar lo explicitado por
Teece, ya que nos introduce en la discusión que se pretende establecer a
continuación:
The enterprise needs to not only work “inside the paradigm” to sustain product and process
improvements, but also to figure out how to augment innovative activities by performing deeply
entrepreneurial and possibly radical activities that transcend established engineering and
commercial operations…In short, the paradigms approach is a good descriptive model of
innovation. But it should not be used normatively to prescribe how all innovation should proceed
at the enterprise level. While the paradigms perspective gives comfort as it helps explain how
most innovation occurs, it also yields false comfort if it is viewed prescriptively (Teece,
2008:509-510).
Si bien un paradigma destaca por señalar “cómo hacer las cosas” (Dosi, 1982) en un
marco de una elevada seguridad y certidumbre para quienes actúan en él, su
carácter restrictivo es proclive a anular la consideración de opciones por fuera del
esquema de acción dominante. En tal sentido, el progreso tecnológico sería visto en
una sola dirección: no se estaría en condiciones de reconocer posibles bifurcaciones
y caminos alternativos al establecido, ya que tanto las oportunidades como los
procesos de búsqueda tecnológica se desarrollan dentro de los límites impuestos por
el paradigma. Y si bien pueden ser modificados y redinamizados, ello es posible
únicamente a partir de la aparición de nuevos paradigmas (Pittaluga, 2000), lo que
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refuerza la idea de que las trayectorias tecnológicas se encuentran circunscritas y
determinadas por la formación paradigmática imperante:
La capacidad de las innovaciones incrementales de producir mejoras encuentra
inevitablemente sus límites, tanto técnicos como económicos. Sólo una nueva innovación
radical, al determinar un nuevo horizonte de potencialidades, puede desplegar un abanico de
innovaciones incrementales potenciales (Pittaluga, 2000:6).
Buena parte de lo expuesto guarda una estrecha relación con la teoría del cambio
científico de Kuhn. Esta teoría dictamina que, durante los periodos de ciencia
normal, la novedad no forma parte del quehacer de la comunidad de científicos y las
reglas de juego se mantienen inalterables. Tampoco se intentan buscar nuevas
teorías o esquemas de pensamiento, ni se juzga el marco de supuestos básicos,
valores, compromisos y técnicas del paradigma vigente. Incluso, las voces críticas
suelen ser desautorizadas por la propia comunidad científica (García Farjat y
Salguero, 2020).
En este contexto, el paradigma se torna incuestionable a raíz de la confianza
depositada en su capacidad resolutiva y por la seguridad que brinda. Dispone,
además, de una protección semántica y social que, según esta perspectiva, permite
el correcto desarrollo de la empresa científica conforme sus lineamientos.
Como bien señala Klimovsky (1997:346), por más que sea la llave maestra
para la inspección del mundo y dirija el quehacer de los científicos, los fundamentos
de un paradigma -excepto en momentos de crisis- no son puestos en tela de juicio
en el modelo de Kuhn. En efecto, en este modelo, la ciencia normal se distingue por
su fuerte carácter restrictivo: “suprime frecuentemente innovaciones fundamentales,
debido a que resultan necesariamente subversivas para sus compromisos básicos”
(Kuhn: 2004:26).
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En esta misma línea, Bunge (1985) advierte que el propio quehacer científico,
tal como lo describe Kuhn en tiempos de ciencia normal, impide generar nuevos
problemas. La novedad queda relegada y absorbida por el marco impuesto y los
científicos, rara vez, descubren nuevas teorías con lo cual la visión y las zonas de
análisis tienden a estrecharse:
Entre los objetivos de la ciencia normal no hay ninguno que exija nuevos tipos de fenómenos, y
en realidad los que no encajan en esos compartimentos frecuentemente ni siquiera se ven.
Tampoco entra normalmente entre los objetivos de los científicos inventar teorías nuevas, y a
menudo son intolerantes con las inventadas por otros… las áreas investigadas por la ciencia
normal son minúsculas, por supuesto, pues la empresa que ahora se discute posee una visión
drásticamente reducida (Kuhn, 2004:59).
Estas cavilaciones tienen como propósito central poner en tensión la seguridad
propia de la ciencia normal para la explicación del cambio tecnológico, más allá de
las anomalías que puedan surgir y que se intentan resolver, asimilar o minimizar,
solo desde el marco prescriptivo provisto por el paradigma dominante.
Por estos motivos, el paradigma en cuestión se hallaría, de momento, exento
de estas (posibles) dificultades, dado que tampoco es “su obligación” resolver todos
los problemas que puedan presentarse. Solamente al suscitarse su agotamiento, se
daría un verdadero cambio, una revolución en términos kuhnianos, en la cual
coexistirían, de manera provisional, propuestas rivales hasta que una de ellas se
imponga y logre estabilizarse.
Estos señalamientos buscan señalar ciertas limitaciones que se le impone al
desarrollo y a la búsqueda de tecnologías a partir de la exclusiva circunscripción a
los parámetros del esquema de acción imperante; a la lealtad cognoscitiva y
metodológica de quienes operan bajo su influencia.
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Si bien Kuhn (2004) no descarta la posible aparición de fenómenos
inesperados e inéditos en el curso de la investigación científica, ese carácter
restrictivo atribuido a la ciencia normal podría limitar de buena manera la valoración
positiva del concepto de paradigma tecnológico como herramienta de explicación.
En esta línea expositiva, aunque desde un marco teórico diferente, Bunge
(1983) reconoce la existencia de uno o varios marcos conceptuales en cada campo
de conocimiento. Según su perspectiva, los investigadores adhieren a los
lineamientos generales de un esquema general de pensamiento que incluye un
cuerpo de conocimiento con métodos y técnicas específicos que motorizan la
investigación científica.
No obstante, para Bunge (1983,1985), Kuhn no ha dilucidado correctamente
las nociones de paradigma y de marco conceptual. Su concepción catastrofista se
vuelve objeto especial de crítica. En pocas palabras, el catastrofismo asume que el
cambio científico ocurre por medio de reemplazos y no por adición, tal como rezuma
la noción de cambio kuhniano y que, por extensión, alcanza a los paradigmas
tecnológicos de Dosi.
Asimismo, Bunge objeta con igual intensidad la tesis que sostiene que una
“revolución epistémica arrolla con los logros anteriores, produciendo el «colapso» de
teorías y métodos anteriores, los que son «derrocados» por los rivales victoriosos”
(1983:5). Si se consideran las lógicas y dinámicas de acumulación
intraparadigmática inherentes a un paradigma, el filósofo argentino rechaza esa idea
de cambio revolucionario que desecha todo lo relacionado al paradigma saliente:
“todo cambio epistémico es parcial antes que total” (Bunge, 1983:6).
De acuerdo con esta visión, ante el eventual agotamiento y cambio de
paradigma, los conocimientos y las habilidades adquiridas para la resolución de
problemas otrora dominantes quedarían sin efecto, siendo, en su gran mayoría,
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reestructurados, desplazados y/o marginados por el nuevo paradigma. Entre otros
inconvenientes, esta lógica de cambio paradigmático supone una desvinculación
explícita entre pasado y presente, lo que puede obstaculizar el posible desarrollo y
crecimiento tecnológicos de una firma, precisamente, por el carácter disruptivo que
envuelve a la noción kuhniana de cambio científico. De esta forma, se estaría en
presencia de alteraciones sustantivas y radicales en la visión de mundo y en los
compromisos ontológicos, metodológicos y epistemológicos asumidos por el
paradigma victorioso.
Sin embargo, según Cupani (2006), las revoluciones tecnológicas distan de
comportar esa radicalidad enunciada por Kuhn:
A diferencia de las revoluciones científicas en el modelo de Kuhn, que son a la vez innovadoras
y eliminatorias, las revoluciones tecnológicas no necesitan implicar una elección radical, no
suponen forzosamente una nueva comunidad y son compatibles con la continuidad de
tecnología “normal” (Cupani, 2006: 364).
En coherencia con lo abordado en estas páginas, a lo que se apunta con estas
referencias es a mostrar rupturas parciales, el carácter continuo, gradual y evolutivo
del desarrollo y progreso técnico y los saltos en los procesos de cambio tecnológico
en un contexto de potencial convivencia y diálogo interparadigmáticos. En definitiva,
se puede afirmar que las revoluciones tecnológicas no comparten las mismas
características ni propiedades de una revolución científica, al menos, de acuerdo a lo
establecido por Kuhn.
Para superar algunas de las dificultades que comporta el uso de la teoría de
Kuhn para el abordaje del cambio tecnológico, se estima más conveniente partir de
una propuesta que asuma la posibilidad de diálogo y convivencia paradigmáticas
como supuesto metodológico y epistemológico rector. Esta afirmación encuentra su
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razón en que las pautas actuales del desarrollo tecnológico parecen más próximas a
la coexistencia de paradigmas y a debates permanentes de orden práctico y
conceptual (García Farjat y Salguero, 2020) que a la existencia de un eje único y
exclusivo de pensamiento y acción, tal como propone Kuhn:
No hay coexistencia de paradigmas, salvo en el breve tiempo de una revolución tecnológica…
pero esa regla no parece seguirse en la tecnología, donde lo normal es la coexistencia de
diversas tecnologías, aunque haya transformaciones de más alcance que otras (Broncano,
2000:207-208).
En este contexto de discusiones se presenta válido apelar al concepto de tradición
de investigación impulsado por L. Laudan. Si bien comparte ciertas cualidades con
los paradigmas de Kuhn y los programas de investigación de Lakatos, su propuesta
epistemológica puede ser considerada como una guía útil para esta discusión.
A diferencia de Kuhn, para quien el cambio científico supone rupturas entre los
distintos periodos de ciencia normal marcados por los límites de las revoluciones
científicas (Pesa y Ostermann, 2002:92), Laudan (1986) propone un imperativo
epistemológico y metodológico diferente para su estudio: la coexistencia de
tradiciones de investigación. Según su teoría, dicha coexistencia se basa en el
cuestionamiento permanente de sus fundamentos y la exploración de marcos
alternativos como rasgos comunes de la actividad intelectual y práctica en un marco
evolutivo y continuo de la ciencia y la tecnología. Este enfoque permite, por
consiguiente, desafiar el elevado grado de quietismo propio de los períodos de
normalidad kuhnianos, ofreciendo en paralelo la posibilidad de avanzar por sobre el
carácter monoparadigmático presente en la interpretación evolucionista del cambio
tecnológico formulada por Dosi.
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Entre la falta de criterios supraparadigmáticos y la omisión
de los conceptos de anomalía y crisis
En continuidad con las críticas vertidas en el apartado precedente, la falta de
justificación kuhniana acerca de por qué un paradigma es considerado mejor que
otro (García Giménez, 2008) está lejos de ser un problema secundario en esta
discusión. Esto se debe, principalmente, a que la teoría de Kuhn no ofrece criterios
racionales e intersubjetivos para resolver esta cuestión en tiempos de crisis
paradigmática, es decir, no existe un criterio superior al cual referirse (Kreimer, 1999:
100).
Este cuestionamiento se replica de manera clara en los trabajos de Dosi.
Según Bruun y Hukkinen (2008), uno de los puntos débiles de las explicaciones
evolucionistas radica, justamente, en la escasa argumentación sobre las razones
que explican por qué una tecnología cambia. En modo interrogativo, cabe
cuestionarse lo siguiente: ¿Por qué una solución técnica deviene más paradigmática
que otra? (Bruun y Hukkinen, 2008:194). O, siguiendo a Kreimer (1999:100): ¿Cómo
procede un científico para hacer una elección en la situación de decidirse por una
teoría y no por otra? Esta última inquietud, extrapolable fácilmente al ámbito
tecnológico, cuando un ingeniero o inventor debe optar entre distintas soluciones,
esquemas y procedimientos técnicos en contextos de crisis o cambio.
En esta estela de discusiones se desprende de inmediato un asunto de
marcada importancia: determinar cómo se conforma ese acto de conversión
kuhniano, es decir, el modo en que se alcanza el consenso necesario para la
aceptación y el triunfo de un paradigma por sobre los demás. En el caso de Dosi no
parece haber una explicación suficientemente precisa sobre las razones que
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permiten a un paradigma tecnológico imponerse, ni sobre las bases y fundamentos
que posibilitan la formación del consenso en sentido kuhniano.
En otras palabras, y por más que Dosi (1982, 1984, 1992) intente responder a
estas cuestiones (como se señaló oportunamente en el subapartado anterior), sus
apreciaciones no agotan las exigencias de una explicación de esta naturaleza en
términos epistemológicos y sociales. En este sentido, Bruun y Hukkinen (2008)
advierten que la propuesta paradigmática de Dosi adolece de precisión conceptual
para determinar las causas que dan lugar a un cambio de paradigma tecnológico,
esto, cómo ocurre y bajo qué condiciones se produce. En un tono similar, Bramuglia
(2000:6) sostiene que la teoría paradigmática de Dosi “carece de una explicación del
mecanismo interno para explicar el pasaje de un paradigma a otro”.
Algunas de estas dificultades se explican por la escasa atención que reciben
los conceptos de crisis y anomalía en las producciones de Dosi, nociones
fundamentales en la matriz teórica kuhniana. Es bien sabido que en Kuhn las crisis
no son fenómenos espontáneos y azarosos: un paradigma no invisibiliza los errores
y problemas, sino que, al igual que los éxitos y aciertos, los acumula. Cuando las
dificultades que el paradigma no puede explicar son tantos que comienza a
incomodar a los científicos, se produce una crisis en él y con ello, la posibilidad de
sustitución paradigmática. Como indica Kuhn: “el significado de las crisis es que
ofrecen un indicio de que ha llegado el momento de cambiar de herramientas”
(2004:71).
Aun cuando Dosi distinga los periodos por los que transita el desarrollo
tecnológico- progreso normal, acumulativo, incremental y extraordinario-, su teoría
no logra explicar con la debida profundidad los factores conducentes a una crisis en
función de lo planteado por Kuhn. En efecto como advierte Antonelli:
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“Las crisis paradigmáticas surgen como factores de discontinuidad. Se generan nuevas
trayectorias y las viejas entran en declive. El origen de tales cambios y la emergencia de
nuevos paradigmas tecnológicos, sin embargo, siguen siendo poco claros excepto por la
referencia implícita a la noción de oportunidades tecnológicas y su agotamiento final” (2006:85).
En los trabajos del pensador italiano también se observa la ausencia de un análisis
que explore la aparición de anomalías capaces de desafiar las expectativas o la
capacidad resolutiva de un paradigma. Tampoco desarrolla como esos hechos
inesperados podrían ser asimilados o incorporados a la estructura imperante. Para
Peine, estas cuestiones representan solo una parte de los elementos que aún deben
integrarse en cualquier teoría de la innovación que pretenda hacer uso del aparato
teórico de Kuhn como marco de análisis:
By applying the whole Kuhnian framework of paradigms, crises and revolutions to the process
of technological change as a whole, much of the descriptive power that is provided with the idea
of a paradigm itself and the special kind of progress it establishes remained unexplored (Peine,
2006:7).
Entre las diversas discusiones posibles sobre el tema, resulta especialmente
fecundo plantear un debate acerca del carácter racional o (no) en términos de
cambio paradigmático, del abandono y aceptación de una teoría frente a otra.
Aunque este asunto excede ampliamente los propósitos de este artículo- su profusa
difusión y discusión justifica en parte su omisión en estas páginas- se presenta
valioso esbozar una respuesta al respecto.
Es de notar que la propuesta paradigmática kuhniana, sin ser irracional como a
menudo se la presenta, intenta distanciarse sistemáticamente de toda pretensión
universalista que busque establecer normas y criterios generales para la elección y
aceptación de teorías. En otras palabras, Kuhn impugna la posibilidad de un
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algoritmo neutral que permita decidir entre opciones paradigmáticas. No existiría un
lenguaje universal o neutral para discutir sobre cuál paradigma adoptar, ya que cada
uno define sus propias reglas y su intersubjetividad se ciñe a la comunidad que lo
sostiene. Como advierte Cortassa (2013), en los planteamientos kuhnianos
prevalece la necesidad de rastrear las motivaciones de los investigadores en las
circunstancias personales, comunitarias o contextuales que inciden en la evaluación
de las alternativas y de sus resultados.
Estas consideraciones permiten valorar las formulaciones de Dosi a partir del
carácter restrictivo que envuelve a un paradigma tecnológico, con sus normas y
criterios internos, los cuales limitan la introducción de parámetros intersubjetivos
capaces de determinar que paradigma tecnológico resulta más adecuado o cómo
elegir entre distintas opciones en periodos de crisis y de preciencia.
Desde una perspectiva epistemológica, resulta pertinente acudir nuevamente a
los trabajos de Laudan (1986) para tratar esta cuestión. En particular, su noción de
progreso entendida en términos de la efectividad de una tradición investigativa-
planteada como unidad de evaluación del progreso científico- para resolver
problemas de distinto tipo. Para Laudan, “podemos decir que es siempre racional
seguir cualquier tradición que tenga una tasa de progreso más elevada que la de sus
rivales” (1986:150).
Así, lo que aquí nos ofrece el filósofo estadounidense es, concretamente,
analizar comparativamente las ganancias y pérdidas de los paradigmas en cuestión
ponderando la utilidad y la viabilidad de teorías, técnicas, procedimientos, rutinas y
prácticas del paradigma saliente. Este enfoque permite particularmente rescatar los
problemas efectivamente resueltos por un paradigma (García Farjat y Salguero,
2020) frente al recomienzo de todo tipo de actividades que supone el cambio en
Kuhn. En este sentido, la propuesta de Laudan pone a disposición una alternativa
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conceptual y explicativa- aunque no la única- que contribuye a superar algunas
limitaciones que la teoría kuhniana impone a los planteamientos de Dosi en su
análisis del cambio tecnológico.
Ahora bien, una revisión atenta de los trabajos del economista italiano nos lleva
a plantear otro cuestionamiento de relevancia: el modelo de Kuhn es trasladado sin
alteraciones sustantivas para explicar fenómenos y lógicas de distinto orden, aunque
estrechamente vinculados, como la ciencia y la tecnología:
La analogía conceptual entre el paradigma kuhniano sobre el desarrollo de la ciencia y el
paradigma tecnológico no es adecuada, ya que el tipo de fenómeno que explica no es
analíticamente comparable. T. Kuhn analiza el desarrollo de la ciencia en la comunidad
científica, y G. Dosi se refiere a un fenómeno como la innovación tecnológica que involucra una
visión sobre el desarrollo económico de la sociedad, sin la debida profundidad analítica
(Bramuglia, 2000: 22).
Conviene destacar que Kuhn emplea el concepto de paradigma tomando en cuenta
a los científicos y su lógica interna, así como los mecanismos de autoridad que
persisten a lo largo de amplios periodos históricos. Dosi, en cambio, extrapola ese
marco al incorporar factores y fuerzas económicas, sociales e institucionales al
caracterizar a los paradigmas tecnológicos:
Em Kuhn, a vitória de um paradigma diz respeito à adesão de colegas, em Dosi diz respeito
desde critérios científicos, sociais, até critérios puramente econômicos, ligados, neste último
caso, às condições de demanda, por exemplo. Em síntese, o critério de seleção kuhniano é
centrífugo (dinâmica voltada para dentro), ao passo que o de Dosi é centrípeto (dinâmica
voltada para fora) (Neves e Filho, 2012:28).
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A partir de lo anterior, la construcción paradigmática de Dosi no es solidaria de una
lógica específica y unitaria que sí presume el concepto kuhniano de comunidad
científica. Tal es el caso de la selección de un paradigma: mientras que, en la noción
de Kuhn, esto recae sobre los científicos que forman parte de la comunidad
científica, la selección de un paradigma tecnológico se realiza en ámbitos científicos,
económicos, políticos e institucionales. En consecuencia, sería difícil hacer extensión
del concepto de comunidad de Kuhn a otras áreas a raíz de la presentación
conceptual realizada por el autor sobre este concepto (Broncano, 2000).
En resumidas cuentas, y sin intención de querer demeritar los valiosos aportes
de Dosi para el estudio del cambio tecnológico a nivel de firmas, su propuesta, al
intentar extrapolar un cuerpo de conocimiento de distinta naturaleza -las dinámicas
científicas y tecnológicas suponen categorías y dimensiones de análisis
diferenciadas, más allá de sus vínculos y atravesamientos-, se expone a la posible
pérdida de rigor analítico y un uso excesivo de lo que Hempel (1965) denomino
“disponibilidad semántica de un concepto”. Y esto se debe, quizás, entre otros
posibles factores, a la falta de consideración de los riesgos implicados en el uso de
la analogía como estrategia heurística. En este caso, aplicada para el tratamiento del
desarrollo tecnológico y económico desde una visión paradigmática.
Conclusión
La discusión teórica desarrollada a lo largo de estas páginas reveló y discutió la
influencia y la relevancia de las ideas de Kuhn en la matriz teórica de Dosi. En este
sentido, la presente propuesta representó un esfuerzo intelectual de cariz
epistemológico orientado a identificar algunos de los méritos y debilidades de su
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interpretación evolucionista del cambio tecnológico a partir del paralelismo que
establece el autor entre los paradigmas científicos y los tecnológicos.
Si bien aquí se coincide con Kupfer (1996) en la importancia del concepto de
paradigma para teorizar sobre las dinámicas que envuelven a los procesos de
innovación, el análisis de la analogía propuesta por Dosi impuso una tarea
congruente con lo señalado por Bourdieu, Chamboredon y Passeron (2002): someter
a escrutinio las condiciones de validez de dicha analogía y evitar el uso automático
de categorías teóricas como herramientas analíticas para explicar fenómenos
diversos, por más atractivo o profuso que resulten, como ocurre con la noción de
paradigma científico.
Esta tarea fue necesaria, no solo para evaluar propositivamente la aplicabilidad
de las ideas de Kuhn para el abordaje del cambio tecnológico, sino también para
delimitar los límites de la analogía en cuestión con el objetivo de ofrecer una mirada
más amplia y abarcativa sobre la materia temática.
Como bien advierte Broncano (2000:206), la analogía entre innovación
tecnológica y dinámica de la ciencia resulta tan sugerente que se hace difícil su
rechazo. Ello obliga, sin embargo, a mantener una alerta epistémica frente al interés,
muchas veces inusitado, que despierta la utilización de ciertas analogías y
equiparaciones en las ciencias sociales. En este sentido, las principales
conclusiones al respecto revelan que el desarrollo tecnológico se halla lejos de los
extensos periodos de ciencia normal kuhnianos.
Tampoco pueden pasar desapercibidos ciertos problemas de su teoría que se
derivan de su estricta filiación con las ideas de Kuhn. La falta de criterios
intersubjetivos para elegir entre opciones y el carácter restrictivo del paradigma
durante sus etapas de innovación normal e incremental dejan al descubierto buena
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parte de los límites que el modelo de cambio científico de Kuhn impone al estudio del
cambio tecnológico.
Ante estas dificultades se propuso considerar el esquema de resolución de
Laudan (1986) como una posible alternativa epistemológica para disponer de algún
criterio racional válido- en términos de ganancias y pérdidas- que oriente la elección
de un paradigma. De todas maneras, esta teoría fue presentada preliminarmente.
Por lo tanto, su aplicación concreta deberá ser examinada con mayor detenimiento
para valorar su potencial en los términos planteados en este artículo.
Dicho esto, algo que nos permitió el análisis de la propuesta evolucionista de
Dosi fue ubicar nuevamente en el centro de los debates de economía y
tecnología una teoría que, con sus aciertos y limitaciones, conserva plena vigencia
para el tratamiento de la complejidad inherente al cambio tecnológico. Aun cuando
su formulación original data de más de cuarenta años, muchas de sus implicancias
aún no han sido exploradas con la profundidad que ameritan, especialmente, por
fuera del ámbito de la economía de la innovación.
En futuros trabajos, una estrategia a seguir podría vincularse a la preservación
de sus logros y acudir a distintos modelos o teorías que puedan actualizar,
complementar y/o superar sus limitaciones como opción teórica para abordar
desafíos y problemáticas del presente. Tal es el caso del concepto de ciencia
posnormal desarrollado por Funtowicz y Ravetz (2000) que puede servir como marco
teórico y contextual válido para abordar los nuevos y múltiples desafíos que
enfrentan la ciencia y la tecnología en la actualidad.
También puede resultar pertinente acudir a los estudios sociales de la
tecnología, en particular, para: a) profundizar en las razones que explican la
emergencia y selección de un paradigma y b) discutir y tensionar las regularidades,
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estabilidades y marcos interpretativos compartidos y homogéneos que sugiere la
noción de paradigma tecnológico.
Por otra parte, cabe destacar que las producciones de Dosi también se ven
influenciadas de otras perspectivas epistemológicas que todavía no han sido
exploradas en detalle. Nos referimos a I. Lakatos y su concepto de heurística y a K.
Popper, de quien Dosi recupera la idea de prueba y error para describir las etapas
iniciales de todo proceso de innovación tecnológica en las firmas. Esto remite, en
palabras de Broncano (2000:206), a aquella extraña mezcla de la posición de
Lakatos y Kuhn” que caracteriza al evolucionismo económico de Dosi.
Por último, el paralelismo trazado por el autor nos invita a analizar las
complejas e intrincadas relaciones, similitudes y peculiaridades entre el conocimiento
científico y el conocimiento tecnológico: dos modalidades cognoscitivas
fundamentales en sus explicaciones y que, por ello, merecen ser revisadas con
mayor atención en próximas investigaciones.
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Artículo recibido el 8 de abril de 2024
Aprobado para su publicación el 23 de diciembre de 2024