1
DOI: https://doi.org/10.48160/18517072re57.345
Transición a la agroecología con productores
lecheros del Uruguay: análisis de un proceso de
co-producción de conocimiento+
Javier Taks*
Santiago Alzugaray**
Victoria Evia***
Florencia Sosa****
Inti Clavijo*****
+ Este documento es parte de una publicación conjunta realizada entre Revista Redes. Revista
de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología y la RedTISA en el marco del Congreso
PRAXIS 2022. El documento forma parte del libro Juarez, P. et al (eds) (2024) Praxis: Innova-
ción para la transformación socioambiental desde el Sur Global, Bernal, UNQ, ISBN: 978-987-
558-943-8.
* Departamento de Antropología Social, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación,
Universidad de la República, Uruguay. Correo electrónico: javier.taks@gmail.com
** Unidad Académica de la Comisión Sectorial de Investigación Científica, Universidad de la Re-
pública, Uruguay. Correo electrónico: santi.alzu@gmail.com
*** Departamento de Antropología Social, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación,
Universidad de la República, Uruguay. Correo electrónico: vicevia@gmail.com
**** Departamento de Antropología Social, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educa-
ción, Universidad de la República, Uruguay. Correo electrónico: flor.sosad@gmail.com
***** Departamento de Antropología Social, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educa-
ción, Universidad de la República, Uruguay. Correo electrónico: inticlavijo@gmail.com
2
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Resumen
El capítulo analiza un proceso de co-innovación para la transición a la
agroecología en lechería entendiéndolo como proceso de co-producción de
conocimiento. Participaron del proceso, financiado por la Agencia Nacional de
Desarrollo de Uruguay, seis familias productoras lecheras, una organización de
la sociedad civil dedicada a la promoción de la agroecología, e investigadores
del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y de la Universidad de la
República. El equipo antropológico que escribe este trabajo participó del equipo
técnico del proyecto de co-innovación y a su vez desarrolló un abordaje
etnográfico del proceso buscando comprender al dispositivo generado en tanto
tecnología de nicho con potencial transformador del régimen sociotécnico
imperante en la producción agropecuaria uruguaya, degradante del ambiente, la
vida y las relaciones humanas. El capítulo presenta el caso y sus actores, analiza
el funcionamiento de la tecnología con especial atención a las dinámicas de co-
producción de conocimiento, repone algunos de los efectos del proceso de
transición a la agroecología y cierra con reflexiones finales.
Palabras Clave
TRANSICIONES A LA AGROECOLOGÍA, PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS, TECNOLOGÍA DE
NICHO, CO-PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO.
3
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Introducción
El Uruguay agropecuario se piensa a mismo, en este inicio de la tercera
década del siglo XXI, como escenario de cambios significativos. La forestación
industrial desde mediados de los 80 del siglo pasado y la agricultura cerealera
ya en el siglo XXI, expandieron sus fronteras, tensionando las producciones
rurales más tradicionales del siglo XX en aspectos territoriales y sociales, con un
desplazamiento de la ganadería extensiva familiar y una intensificación de la
producción lechera, entre otras. Una de las dimensiones que emerge con
creciente fuerza en estos procesos de cambio en el uso del suelo y los sistemas
productivos, es la cuestión ambiental. Conflictos que durante el siglo XX se
expresaba como desigualdad social en el acceso al suelo rural productivo y al
capital productivo (la cuestión agraria), en este siglo XXI se apropian del lenguaje
de la ecología de los movimientos ambientales y de las organizaciones en
defensa de la vida, para denunciar los efectos tóxicos de la intensificación de la
producción en todos los rubros y en particular de la expansión agrícola y silvícola
(la cuestión ambiental).
Este artículo aborda la descripción y análisis de un proceso de transición
a la agroecología, junto con productores de leche, que manifestaron su intención
de modificar sus prácticas productivas hacia un mayor cuidado de los
componentes ambientales y una organización del trabajo más placentera;
además de los productores, están involucrados integrantes de una organización
de la sociedad civil local que promueve la agroecología y profesionales de
distintas disciplinas vinculados a la institucionalidad de ciencia y tecnología
uruguaya. Quienes escribimos este artículo, un equipo de antropólogos y
antropólogas de la Universidad de la República en Uruguay, participamos de este
4
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
proceso desde una doble inserción, acompañando, investigando e interviniendo,
lo que nos permitió una mirada cercana y a la vez reflexiva sobre nuestra
implicación en el mismo (Althabe y Hernández, 2005).
Desde el siglo XVII Uruguay desarrolla una economía de base agraria,
orientada a la exportación. La introducción del ganado vacuno con fechas
anteriores a las primeras fundaciones de centros poblados y la ausencia de
recursos minerales signó la economía del territorio durante la época colonial. El
proceso de concesión de la propiedad de la tierra (grandes extensiones cedidas
por la corona española en pago de servicios) y el temprano alambramiento de
los campos, dieron marca de origen al modelo ganadero extensivo y latifundista
de producción agropecuaria (Barrán y Nahum, 1990). Corrientes inmigratorias
posteriores, de origen europeo, ya hacia fines del siglo XIX introdujeron prácticas
agrícolas extensivas y la lechería. Distintos procesos de incorporación de
tecnologías y paquetes tecnológicos fueron marcando mojones a lo largo del
siglo XX. Por ejemplo, introducción de nuevas razas bovinas y ovinas, diversos
métodos de manejo de ganado y/o incorporación de la agricultura cerealera. En
2022, los cuatro primeros rubros de exportación del país han sido la carne
bovina, seguido por soja, pasta de celulosa y productos lácteos, representando
en conjunto el 54% de las exportaciones de ese año (Uruguay XXI, 2023).
Desde mediados de 1980 en la lechería uruguaya se está observando un
aumento de su productividad medida en litros de leche, pero una disminución del
área destinada a su producción y del número de productores lecheros. Para el
período 1985-2016 la producción pasó de 597 a 2083 millones de litros, pero el
área destinada a su producción disminuyó un 36% y el número de productores
lecheros cayó un 45% (Fariña y Chilibroste, 2019). Según la Oficina de
5
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Estadísticas Agropecuarias del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca
(DIEA, 2021) durante los últimos 20 años la producción de leche aumentó su
volumen en un 52%, mientras que el número de unidades productivas disminuyó
en un 31%, lo cual indica un proceso acelerado de concentración de los sistemas
de producción. Esto viene acompañado de la intensificación del uso de recursos
naturales y humanos, lesionando en muchos casos la calidad de vida de las
personas que trabajan en los tambos (Ramos, 2015).
El territorio lechero más tradicional del país se ubica, desde principios del
siglo XX, en la cuenca del Río Santa Lucía, éste es la principal fuente de agua
bruta para potabilización, abasteciendo más de la mitad de la población del país,
concentrada en el área metropolitana de Montevideo. Los predios lecheros de la
cuenca han sido señalados como el principal origen de contaminación puntual
(efluentes de tambo) y en menor medida de contaminación difusa (por tareas
agrícolas y pastoriles) que impactan en la calidad de las aguas, provocando una
externalidad negativa que puede terminar afectando la propia producción de
leche, gran demandante de agua (Sistema Nacional Ambiental, 2018). En otras
zonas tamberas del país, como la región suroeste donde se ubican los
productores con que hemos trabajado, también se han identificado riesgos de
contaminación de suelos y aguas, no obstante, el control estatal es menor que
en la cuenca del Santa Lucía que de por sí es limitado y escaso.
La región suroeste del país tiene, en términos relativos con el resto del
país, un uso altamente intensivo del suelo y animales, y una baja concentración
de la propiedad de la tierra (Riella y Mascheroni, 2011). Se caracteriza por una
mayor presencia de productores familiares en medianos y pequeños predios,
dedicados principalmente a los rubros horti–frutícolas, de granja y de producción
6
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
lechera. Asimismo, ha avanzado la agricultura extensiva, principalmente de
granos y oleaginosas (DIEA, 2014).
Hacia mediados de 2020, el Centro Emmanuel -organización social de
base territorial con amplia trayectoria eco-teológica que promueve la
agroecología y el cuidado de la vida- presentó con éxito un proyecto de
investigación aplicada a un llamado de la Agencia Nacional de Desarrollo de
Uruguay.1 El “Proyecto ANDE”, como fue nombrado desde entonces, duró 18
meses y tenía como objetivo validar la herramienta de co-innovación para la
transición hacia la agroecología en predios lecheros, contribuyendo a la
sostenibilidad de los mismos en el tiempo. Este proyecto se llevó adelante con
participación de productores/as del suroeste del país que remiten a plantas de
procesamiento y un equipo técnico de acompañamiento y asesoramiento. Este
último se integró con técnicos extensionistas del Centro Emmanuel,
investigadores/as de la Universidad de la República (Udelar) -incluyendo nuestro
equipo de cinco antropólogos/as - y del Instituto Nacional de Investigación
Agropecuaria (INIA). Asimismo, el equipo antropológico abordó al proceso de
transición hacia la lechería agroecológica que se fue dinamizando gracias al
Proyecto ANDE, como caso de estudio en un proyecto de I+D universitario
acerca de tecnologías de nicho en las transiciones agropecuarias a la
sustentabilidad, con apoyo de la Comisión Sectorial de Investigación Científica
de la Universidad de la República (Proyecto CSIC).
1 El Proyecto ANDE tuvo como eje central el cambio en el modelo de producción lechera
convencional hacia sistemas agroecológicos y contó con financiamiento parcial del Programa Bienes
Públicos Sectoriales para la Competitividad de la ANDE.
7
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Los sistemas lecheros que formaron parte del proceso que aquí se
describe y analiza se localizan en los departamentos de Soriano, Colonia y San
José tal como lo indica la figura 1. La mayor parte de las actividades llevadas a
cabo en el marco del Proyecto ANDE fueron desarrolladas en los distintos
predios familiares. No obstante, algunas instancias de encuentros del equipo
técnico y jornadas para difusión de resultados se realizaron en el Centro
Emmanuel. Otras actividades, por ejemplo, de capacitación, fueron llevadas a
cabo en distintos centros regionales del INIA, uno ubicado en el departamento
de Colonia, Centro Regional La Estanzuela, y otro localizado en el departamento
de Canelones, Centro Regional Las Brujas.
Fig. 1: Mapa de localización de los establecimientos familiares y Centro
Emmanuel.
Fuente: Elaboración propia en base a Google Maps
8
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
La “transición a la agroecología” es el objetivo que une, entonces, a una media
docena de productores lecheros del litoral uruguayo, con actores de la sociedad
civil y del sistema de ciencia y tecnología nacional. Si bien es un proceso
colectivo reciente, entendemos que ya ha dado muestras de cierto carácter
original para el contexto nacional y por lo tanto lo podríamos concebir como un
dispositivo de vocación transformadora desde el Sur Global. En este trabajo
buscamos reponer la singularidad del proceso mencionado, la diversidad de
actores implicados y las diferentes etapas y desafíos del mismo.
El concepto de co-innovación (Rossing et al., 2010; Dogliotti et al., 2014)
guio la metodología de trabajo del Proyecto ANDE. Este marco referencial fue
propuesto debido a que existían antecedentes previos exitosos por parte del
equipo técnico proponente vinculado a Facultad de Agronomía (UdelaR) e INIA.
Se trata de un enfoque que combina la teoría de sistemas complejos, el
aprendizaje social y el seguimiento y evaluación dinámicos de proyectos, para
estimular la reorientación estratégica de los sistemas agrícolas familiares
(Dogliotti et al., 2014). La metodología de co-innovación se organizó en una serie
de pasos y etapas (caracterización, diagnóstico, rediseño, y a futuro,
implementación) que guiaron el trabajo entre los diferentes actores involucrados
a lo largo del proceso (Proyecto ANDE, 2022).
Desde el equipo antropológico proponemos que las posturas de
productores y técnicos que se dieron a lo largo de ese trabajo son resultado de
un diálogo abierto y honesto, que ha estado orientado a la co-producción de
conocimientos, entre personas de distinta formación, de distintos orígenes
étnico-religiosos, de distintas identidades de género y fuertemente contrapuesto
en sus intenciones a las tendencias económico-financieras dominantes del Norte
9
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Global tal cual se expresan en un país capitalista periférico como es Uruguay.
Por ello, este artículo busca describir el proceso de co-innovación y analizarlo en
tanto proceso de co-producción de conocimientos (Fernandez Alvarez y
Carenzo, 2014; Hernández y Fossa, 2019; Hernández et al, 2022) por entender
que este concepto es más amplio que la idea de co-innovación, y permite captar
aspectos que quedarían fuera en caso de restringir a la co-innovación.
Retomamos el concepto de co-producción de conocimiento desde un
enfoque no instrumental (Hernández et al, 2022). Siguiendo a Hernández y
Fossa (2019), entendemos la co-producción de conocimientos como la
promoción de un espacio común de entendimiento entre personas o colectivos,
para que emerjan en la interacción colectiva preguntas de investigación,
interpretaciones y explicaciones sobre la realidad social y ambiental. Esta co-
producción parte del, y sólo es posible gracias al reconocimiento por parte de
todos los actores implicados de, la diversidad y distancias existentes entre los
horizontes de sentido del mundo vivido que se movilizan en el encuentro entre
actores ante un problema o desafío que se construye como común, lo que se
llama saberes heterogéneos. Por otro lado, es imprescindible reconcer que la
interacción colectiva, es decir el propio proceso de co-producción de
conocimiento, ocurre en un campo de poder que afecta a todas las partes,
igualando en este sentido a la ciencia con otras formas de saber en cuanto a su
no neutralidad valorativa en términos ideológicos. En un proceso de co-
producción no hay a priori una forma de saber epistemológicamente superior. En
términos metodológicos, desde el equipo antropológico buscamos que nuestra
participación en las diferentes instancias del proyecto fuera, a la vez, un espacio
de registro y elaboración de datos, así como de reflexión colectiva y construcción
10
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
de problemas (Fernández y Carenzo, 2014).
Enfocamos la reflexión desde una perspectiva de la teoría de las
transiciones sociotécnicas (Geels, 2005), analizando el espacio de co-innovación
y co-producción de conocimientos como tecnología de nicho (Schot y Geels,
2007; Kemp, Schot, y Hoogma, 1998; Smith, 2006) con potencial transformador
del régimen sociotécnico dominante en la producción agropecuaria nacional.
Entendemos, que la transición hacia una producción de alimentos sostenible a
través de los principios de la agroecología requiere “de varias transiciones
simultáneas, a diferentes escalas, niveles y dimensiones.” (Tittonell 2019: 232).
Estos comprenden desde nuevas prácticas productivas y rediseños de los
sistemas a nivel predial, como cambios institucionales (organizaciones, políticas
públicas, finanzas, comercialización) a escala regional. Muchos de estos
elementos de cambio se condensan en la tecnología analizada en este capítulo.
Los participantes en tránsito
El Centro Emmanuel es una asociación civil sin fines de lucro, anclada en el
territorio de Colonia Valdense, que promueve la agroecología desde 1987 con
una cosmovisión evangélica valdense. Cuenta con una granja demostrativa,
donde realiza jornadas teórico prácticas, cursos, seminarios, para productores,
técnicos y consumidores, acompañamiento a productores/as, “con el objetivo de
que permanezcan en el campo a través de una vida digna y sana, generando
productos saludables disponibles para consumidores en general” (Centro
Emmanuel, 2020) Con mayor experiencia en agroecología en huerta y
agricultura para la alimentación humana directa, lleva adelante no obstante un
11
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
pequeño tambo para la producción artesanal de quesos y dulce de leche. El área
de influencia del Centro (centro y este del departamento de Colonia) se
caracteriza por una fuerte presencia de migración de población perteneciente a
la Iglesia Valdense, llegada al país desde Europa a fines del siglo XIX y principios
del siglo XX, vinculados a políticas de colonización del Estado uruguayo que
fomentaban la producción granjera y el poblamiento del campo (Geymonat,
2004) .
Eduardo Cerdá es un ingeniero agrónomo argentino, reconocido
investigador, educador y promotor de la agroecología como sistema productivo.
Una serie de charlas a su cargo en 2019 en la zona de Colonia Valdense, invitado
por el Centro Emmanuel, se mencionan como catalizadoras del interés inicial de
un par de productores para acercarse al Centro y solicitar su asesoramiento para
introducir prácticas “agroecológicas” en la crianza de ganado lechero y la
producción de leche. Técnicos y directivos, tomaron el desafío de pensar la
aplicación de principios y técnicas alternativas en predios considerados de
escala media para el contexto nacional, no sólo por las extensiones de sus
establecimientos y el número de animales en ordeñe sino por la cantidad de
trabajadores asalariados ocupados en relación a la mano de obra familiar (Centro
Emmanuel, 2020). Al poco tiempo de comenzar las reuniones con este núcleo
inicial, surgió la oportunidad para el Centro de presentarse, a mediados de 2020
y en plena pandemia por COVID 19, a un llamado estatal de la Agencia Nacional
de Desarrollo (ANDE) para financiar proyectos en su Programa Bienes Públicos
Sectoriales para la Competitividad. Para su postulación logra el apoyo del
Programa Nacional de Investigación en Producción de Leche del INIA, que
brindará asesoramiento técnico y capacidad de investigación agropecuaria.
12
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Investigadores de la Facultad de Agronomía, de su Departamento de Producción
Vegetal perteneciente a la Unidad de Sistemas de Producción, con experiencia
en co-innovación se pliegan. Asimismo, uno de los responsables del equipo de
antropología que venía realizando una consultoría para el INIA acerca de la
percepción de futuros entre productores de leche en la zona de Cardal, en el
corazón de la cuenca del río Santa Lucía, fue invitado a participar como asesor
en las dimensiones sociales y culturales para los diagnósticos prediales. Junto a
los primeros tres predios lecheros pioneros, el Centro Emmanuel invitó a otros
tres establecimientos tamberos a ser parte, a partir de referencias sobre sus
experiencias de disminución en el uso de agroquímicos. La postulación tuvo éxito
y esto permitió contar desde marzo 2021 con recursos económicos para, entre
otros, financiar el salario de una técnica agrónoma, realizar muestreos y análisis
de suelos y agua, sostener los traslados del equipo técnico y realizar actividades
de difusión.2
La tabla 1 muestra los datos básicos de las seis empresas lecheras que
llevaron adelante el proyecto ANDE. Si consideramos que a nivel nacional, en
los tambos predomina el trabajo familiar, en promedio tienen 150 vacas en
ordeñe y 250 hectáreas en las cuales se producen 18 litros de leche por vaca
por día (DIEA, 2021), el grupo muestra diversidad, pero en general están por
encima de los promedios, destacando el hecho de que son productores que se
han capitalizado.
2 El Proyecto ANDE tuvo un presupuesto global de unos 104.000 dólares americanos, y el Centro
Emmanuel contribuyó con un 20%. El INIA y Udelar hicieron aportes en especie (sueldos, vehículos, etc.),
mientras que los productores conformaron un fondo rotatorio con miras a solventar algunos gastos
básicos, una vez culminado el proyecto.
13
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Tabla 1. Datos básicos de seis empresas lecheras en transición
Establecimiento A B C D E F
Superficie (Has) 746 603 289 280 170 77
Vaca Masa 415 514 179 137 98 165
Mano de Obra Familiar
(N° personas)
3 4 1 3 3 1
Mano de Obra
Asalariada (N°
personas)
15 13 3 4 2 3
Tenencia (%
arrendado*)
34 56 100 71 37 100
Fuente: Presentación colectiva en Jornada de Difusión de resultados, 27.9.22
Como se expresó anteriormente, la mayoría de los productores involucrados
tenían vinculaciones con el Centro Emmanuel previas al proyecto ANDE, ya sea
por haber participado de otras actividades técnico-productivas, sociales,
deportivas y/o religiosas en la región, o por vínculos de amistades personales
con las técnicas referentes. A su vez, en todos los casos tenían intereses y
experiencias previas de ensayos y/o micro innovaciones a nivel predial que
buscaban mejorar alguna dimensión de la sustentabilidad en su producción
lechera y/o en manejos agroecológicos de huertos para autoconsumo. Estos
vínculos previos y de conocimiento mutuo colaboran en la construcción de un
marco común en el que, aunque la “agroecología” no era entendida de manera
homogénea a la interna del colectivo, se compartía la noción de que consiste en
un horizonte que trasciende las relaciones técnicas e incluye una dimensión
espiritual y del cuidado de la calidad de vida comunitaria
En los materiales elaborados en los últimos meses de desarrollo del
14
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
proyecto ANDE orientados a la difusión a otros productores, técnicos y personas
interesadas, quedó plasmada una definición de agroecología como “un enfoque
holístico que usa conocimientos de las ciencias de la naturaleza, ciencias
sociales, y además los saberes de los/las agricultoras/es y de las culturas
nativas, para diseñar y manejar agroecosistemas que sean sostenibles,
diversificados y resilientes; con un fuerte componente ético para el cuidado de la
vida.” (Proyecto ANDE, 2022), siendo sus cuatro principios rectores el manejo
sostenible de los recursos, la búsqueda de igualdad y justicia social, trabajar con
un enfoque de sistemas y promover la viabilidad económica de los predios.
Asimismo, los seis casos provienen de familias que se han dedicado a la
producción agropecuaria por varias generaciones, y las tierras donde realizan la
producción son heredadas y/o compartidas con parientes cercanos, lo cual alivia
temporalmente el costo de la renta del suelo, incluso en aquellas unidades
productivas que formalmente arriendan el 100% de sus tierras. Existen arreglos
intergeneracionales que habilitan a flexibilidades en el pago de renta por la tierra,
prórrogas, postergaciones e incluso condenaciones en años difíciles, todo lo que
se integra indirectamente al capital de la unidad productiva y marca un diferencial
con respecto a aquellas que deben arrendar en el mercado. Esto supone un
fuerte peso de los legados materiales e inmateriales de sus respectivas familias,
tanto en cuanto a las tecnologías de producción como en los valores asociados
a las mismas, lo cual por momentos puede facilitar u obstaculizar intenciones de
transición a prácticas más sustentables o el ensayo de tecnologías alternativas
(Evia, Taks, y Alzugaray, 2023).
Más allá de los y las productores/as lecheros/as directamente
participantes, han estado involucrados también sus trabajadores asalariados (en
15
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
menor medida) y técnicos asesores prediales. En todos los predios hay personal
contratado, puede ser de forma permanente para tareas diarias en el predio o
contratos puntuales de asesoramiento agronómico y/o veterinario. Como se
expresa en la tabla 1, el rango varía de tres a diecisiete adultos contratados. La
mayoría son hombres, pero también hay mujeres. En este último caso no sólo
como “esposas de” algún trabajador varón (en la lechería suele ser una práctica
común contratar una “familia ordeñadora”) sino también como empleadas
independientes. En un sólo caso, los trabajadores asalariados se vincularon
directamente con alguna de las actividades principales del proceso. No obstante,
como equipo de antropología tuvimos encuentros informales con al menos una
media docena de asalariados, quienes se mostraron afines y comprometidos con
los cambios introducidos en el manejo de ganado o en las prácticas agrícolas.
El equipo técnico asesor se conformó con un núcleo principal de unos
siete profesionales (en su mayoría ingenieras agrónomas y referentes del equipo
antropológico), acompañado de otros investigadores/as y extensionistas que se
involucraron circunstancialmente (principalmente del INIA). Por el Centro
Emmanuel participaron al menos cuatro ingenieros/as agrónomos y un médico
veterinario, así como dos funcionarias administrativas; también se contrató
comunicadores sociales para generar material de divulgación. Por parte del INIA
participaron una decena de investigadores/as de al menos tres programas
nacionales: Producción de Leche, Producción y Sustentabilidad Ambiental y
Producción Familiar. Por la Facultad de Agronomía de la Udelar participaron dos
ingenieros agrónomos, uno con especialidad en agroecología fruti-hortícola y el
otro especialista en balance de tiempo de trabajo; mientras que la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación aportó el trabajo de cuatro
16
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
antropólogos/as, siendo un quinto de la Unidad Académica de la Comisión
Sectorial de Investigación Científica de la Udelar. El equipo técnico se reunía
mensualmente, aunque hubo etapas de mayor interacción. Los distintos técnicos
llevaron adelante sus tareas por especialización y fueron a las dos visitas
colectivas a cada predio en las etapas de diagnóstico y rediseño, que reunieron
a la gran mayoría de los investigadores y asesores.
El funcionamiento e interacción productores/as
técnicos/as
El proceso de co-innovación para la transición a la agroecología en los seis
predios lecheros, analizado aquí como proceso de co-producción de
conocimientos, se desarrolló en cuatro etapas, que describimos a continuación.
1. Caracterización. Se evaluó el estado inicial de cada sistema productivo con
indicadores económico-productivos, sociales y ambientales. Cada disciplina
llevó adelante los procedimientos y técnicas necesarias para la evaluación de
distintos índices que permitieron conocer de forma integral los sistemas
productivos: estado del suelo, índice de ecotoxicidad, índice de integridad
ecosistémica, calidad de cursos de agua, salud y bienestar animal, resultados
económicos-productivos, dimensión sociocultural. El equipo de antropología,
para la caracterización, realizó seis entrevistas por Zoom, una por familia
participante, pues aún estaban vigentes las medidas de distanciamiento por
Covid19. Esta etapa fue fundamental, no sólo para la construcción de datos,
sino para generar confianza entre todos los participantes del proyecto.
2. Diagnóstico: A partir de la etapa anterior y la puesta en diálogo de los
17
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
resultados obtenidos, se detectaron los puntos críticos del sistema y se
definieron los objetivos familiares para construir y acordar para cada caso un
“árbol de problemas”. El árbol no sólo incluyó aspectos técnico productivos
sino que integró factores vinculados a las dinámicas familiares, objetivos
personales y colectivos, y aspectos económico-financieros del
establecimiento. Se realizaron en el periodo cinco visitas prediales colectivas,
en las que se compartió el diagnóstico, se realizaron recorridas por los
predios para analizar en terreno los problemas identificados, y en dinámica
de trabajo en subgrupos y plenaria, se sugirieron opciones de cambios y
rediseño del sistema productivo por parte de productores y técnicos. Una vez
compartidas las sugerencias, la familia anfitriona proseguía a comentar y
discutir las observaciones y recomendaciones. Es importante destacar que,
en muchos casos, se tocaron aspectos sensibles de las dinámicas familiares
y económicas, mientras que en otros casos existieron silencios significativos
sobre problemas no enunciados, un aspecto que retomamos en el siguiente
apartado y, especialmente, en las conclusiones. Llamó la atención general,
en comparación con la experiencia de los productores con grupos CREA o
similares3, la gran apertura para analizar estos aspectos “delicados” de la
3Los grupos CREA refieren a Centros Regionales de Experimentación Agropecuaria, una idea y
metodología francesa con presencia en Uruguay desde mediados de los años 60 del siglo pasado. Los
Grupos CREA, según su web oficial, tienen como propósito principal ayudar a los productores a mejorar
sustancialmente los resultados económicos y financieros de sus empresas, a partir de los recursos
disponibles en sus establecimientos. Trabajan en grupos pequeños de intercambio (con visitas prediales
y comunicación electrónica), con técnicos asesores que actúan como facilitadores de ese intercambio.
Ver: http://fucrea.org/#carousel-slide-main.
18
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
cotidianidad de los predios, como las relaciones de parentesco, de género,
las relaciones laborales o mostrar prácticas reñidas o en tensión con los
principios de la agroecología, incluyendo las dudas sobre el propio término
de agroecología como el “norte” para los cambios deseables. Se aprovechó
alguna de estas visitas colectivas para invitar a técnicos del INIA a realizar
exposiciones focalizadas en tema de aforestación y restauración ecológica;
calidad de agua superficial y ecotoxicidad a nivel predial. Al finalizar se
evaluaba la jornada y se compartía un almuerzo para el que cada participante
contribuía con algún alimento.
3. Re-diseño: Se elaboró y acordó un plan de cambios a llevar adelante a nivel
de campo, en cinco de los seis predios y se avanzó en el restante, en el que
se trabajó una vez concluida la ejecución del proyecto financiado.
Obviamente cada re-diseño es particular. No obstante, los aspectos centrales
en la mayoría de los re-diseños giraron en torno a algunos nudos críticos: la
planificación del uso del suelo para la producción de alimento para las vacas,
las combinaciones en la implantación de praderas para la prevención de
malezas, el manejo del ganado y la sanidad animal, la plantación de árboles
nativos con miras a mejorar el bienestar animal y la reproducción de la
biodiversidad y las relaciones laborales con asalariados.
4. Implementación: se comenzó a implementar cambios en el terreno, de
acuerdo a ritmos particulares de cada predio, empresa y productor/es. Es una
ingeniería agrónoma del Centro Emmanuel, la “Técnica de campo”, quien ha
seguido y registrado estos cambios, aún sin mucha sistematización ni
análisis.
19
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Cabe mencionar que la Técnica de campo ha cumplido un papel fundamental de
mediación. Esta mediación fue entre los productores y con el equipo técnico,
haciendo circular información, manteniendo una agenda de visitas a los predios,
asesorando in situ de forma autónoma, registrando y analizando la información
no sólo como parte de su actividad profesional, sino también volcando la
experiencia en sus estudios de posgrado a nivel de maestría en estudios agrarios
(Udelar). Su lugar en el proceso tiene que ver, además, con su origen familiar.
Es hija de trabajadores de tambo, creció en la zona y en particular en uno de los
establecimientos que es parte del proceso. Su rol fue mucho más alde los
aspectos técnico-agronómicos, por momentos oficiando de confesora,
intercediendo entre partes, amalgamando y articulando entre los distintos
participantes del proyecto.
Para la etapa de caracterización y diagnóstico se propusieron
“indicadores” desde las distintas disciplinas involucradas y en diálogo con los
productores. Los indicadores están orientados a pensar la transición
agroecológica en sus principales dimensiones, con énfasis en las problemáticas
ambientales derivadas de la producción lechera. La tabla 2 los resume:
20
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Tabla 2. Indicadores multidimensionales para diagnósticos prediales,
orientados a la transición agroecológica
Dimensión
Indicadores
Estado del suelo Análisis químico: se analizó el
porcentaje de materia orgánica / PH/
macronutrientes / micronutrientes.
Análisis biológico: respiración,
carbono lábil, proteína extraíble.
Análisis sico: resistencia a la
Índice de Ecotoxicidad
Indicador RIPEST (Sistema de
evaluación de riesgo ecotoxicológico
del uso de pesticidas en cultivos).
Índice de Integridad Ecosistémica
Estructura de la vegetación (altura) /
Especies: cantidad, distribución,
exóticas y/o nativas. / Suelo:
cobertura y grado de erosión / Zona
riparia: calidad de cursos de agua: P,
N, O2 disuelto, pH y otros.
Salud y bienestar animal
Evaluación a campo y en el ordeñe
sobre confort, alimentación, salud,
comportamiento de los animales y de
las personas, manejo, instalaciones,
indicadores reproductivos y
productivos, análisis coprológicos,
calidad de leche (mastitis).
Resultados económico-productivos
Ingreso de calidad / retorno del trabajo
/ rentabilidad / nivel de
endeudamiento / costo total/kg de
sólidos totales / relación insumo-
producto / productividad / carga.
Dimensión sociocultural Relaciones inter-generacionales /
relaciones de nero / relaciones
laborales / percepción ambiental /
percepción del riesgo / micro
innovaciones y saberes prácticos.
Fuente: Elaboración propia en base a Proyecto ANDE (2022)
Diálogo y amalgama de saberes
El dispositivo etnográfico, desarrollado como interés académico por parte del
equipo antropológico, fue utilizado a modo de reflexión sobre el propio proceso
21
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
del Proyecto ANDE. De esta forma, se realizó una revisión crítica de los sistemas
de conocimiento en juego, con miras a identificar posibles asimetrías entre éstos.
Por otro lado, esto nos permitió reflexionar acerca de los conceptos utilizados,
especialmente el de agroecología y la forma en la que éste es abordado y
entendido por cada conjunto de participantes.
Cabe destacar, entonces, la interacción de saberes que se entrelazan en
el proceso de co-producción estudiado.
Conocimiento ecoteológico: Como ya señalamos el área de influencia del
Centro Emmanuel se caracteriza por una fuerte presencia de población
perteneciente a la Iglesia Valdense. Si bien no todos los productores vinculados
al proyecto profesan esta religión, comparten una preocupación por el bien
común y el cuidado del ambiente que permite el sostenimiento de la vida. El
medio para alcanzar ese bien común y el cuidado de la creación es la búsqueda
de formas alternativas de mantener su medio y modo de vida, mediante la
modificación de prácticas productivas identificadas como lesionantes de ese bien
común. Las personas participantes del proceso han llegado al acuerdo de definir
a la agroecología como norte, aunque con diferentes formas de concebirla y
practicarla.
Saber tambero: Si bien existen escuelas técnicas donde se aprende
formalmente a producir leche, el oficio de tambero tiene un fuerte componente
práctico. Como ya se dijo, las seis familias se han dedicado a la producción
agropecuaria por varias generaciones y el tambo fue practicado desde su niñez.
El nivel educativo formal de las familias involucradas es heterogéneo. Hay
quienes sólo terminaron la educación primaria, y hay egresados universitarios en
ciencias agronómicas, también en sociología, técnicos en educación popular y
22
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
profesores de educación secundaria. El papel de cada productor ha sido, por un
lado, traer enseñanzas para los demás desde sus prácticas. Por otro, llevar a
sus predios las innovaciones que van emergiendo del proceso colectivo.
Algunos ejemplos surgidos del trabajo de campo: un productor comparte
sus métodos de registro y sistematización de información productiva (qué
sembró, cuándo, cuánto, con qué resultados); una productora aporta su
conocimiento y experiencia profesional en la resolución de conflictos laborales y
formas de comunicación con los trabajadores asalariados; un otro productor
brinda una mirada más política e ideologizada sobre la transición a la
agroecología; una productora brinda su visión crítica a los asesoramientos
técnicos unilaterales y la violencia de género; un productor brinda su experiencia
con la manipulación de microorganismos en agua y durante la aplicación de
glifosato y, finalmente, otro productor presenta sus fracasos en la
experimentación con rotaciones y rolados, como método de control de maleza
sin químicos. Para estos saberes tamberos, la agroecología es una etiqueta que
asumen circunstancialmente para hablar de sus intenciones de cambio. No todos
los productores y productoras usan el término, incluso han manifestado dudas
sobre auto adscribirse en el movimiento agroecológico a lo largo del proceso,
para llegar al acuerdo final de definir a la agroecología como objetivo último.
Dicho esto, durante las jornadas de divulgación y frente a otros productores y
gestores, la agroecología es su bandera.
Conocimientos científicos y humanísticos: El conocimiento científico
implicado se puede dividir en dos niveles. Por un lado, un nivel disciplinario,
donde la agronomía, la veterinaria y la antropología son dominantes. En lo
concreto, el papel principal del conocimiento científico-agronómico ha sido
23
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
traducir la realidad ambiental y económica en indicadores mediante mediciones
y análisis, sistematizando información cuantitativa. Por otro lado, está el nivel
teórico-metodológico asociado al enfoque de co-innovación, que ha sido
impulsado por docentes investigadores de la Facultad de Agronomía, Udelar,
para apoyar la transición agroecológica de sistemas de producción
agropecuarios, en sistemas hortícolas y hortícolas-ganaderos. Funcionarios de
INIA han adoptado dicho enfoque para sus trabajos de extensión y proyectos de
tesis de posgrados, y todo el equipo técnico contribuyó a su devenir concreto.
En lo que respecta a la práctica antropológica, en todas las etapas del
trabajo en/con los predios se puso en juego el dispositivo etnográfico a partir de
una etnografía colectiva. Cada integrante del equipo de antropólogos/as se
involucró en observación participante y entrevistas no directivas (Hammersley y
Atkinson, 2001). A lo largo del proceso de investigación-asesoramiento se fueron
registrando las observaciones y entrevistas de manera sistemática. Se realizaron
registros individuales y, siguiendo a Emerson, Fretz, y Shaw (2011) bitácoras o
memos de las discusiones del equipo de investigación, que dieron cuenta del
proceso de sistematización y análisis de la información relevada.
Posteriormente, el análisis de la información y los datos construidos en cada
instancia fueron puestos en diálogo con los resultados obtenidos a partir de las
otras disciplinas, a fin de cumplir y contribuir con los pilares fundamentales de la
herramienta de co-innovación. Ese diálogo interdisciplinario se expresó en
reuniones programadas del equipo técnico, en la elaboración de informes para
cada predio familiar, durante las dinámicas de taller en las visitas a los predios,
en la planificación de dos jornadas de difusión de resultados y en múltiples
conversaciones informales o no programadas entre técnicos y con productores.
24
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
En lo concreto, un papel que ha jugado el conocimiento humanístico
antropológico ha sido el hacer visible lo no dicho, o lo difícil de decir; tanto para
técnicos asesores como para productores, como por ejemplo dificultades en la
toma de decisiones inter-generacional a nivel predial o la cercanía afectiva con
los trabajadores asalariados que obstaculiza el dar y recibir órdenes, entre otros
silencios. También ha contribuido a facilitar instancias de interacción en grupos
de trabajo y plenarias, colaborando en la elaboración de síntesis escritas, a la
expresión de todas las voces, y mediante la generación de preguntas o
interrogantes no formulados por otros participantes del proceso.
Síntesis y entre-conocimientos: Todo este conocimiento es encarnado por
la Técnica de campo, quien como ya se mencionó jugó un papel de “bisagra”,
realizando una síntesis de conocimiento del territorio, de las familias y el tejido
social; conocimiento incorporado sobre la lechería, pues creció en un tambo, es
hija de trabajadores lecheros de la zona y se ha desempeñado como trabajadora
en Uruguay y Nueva Zelanda. Se ha formado en el conocimiento técnico
agronómico convencional y prosiguió su crítica desde el saber agroecológico.
Durante el proceso, ha sido además confidente de las familias, varias personas
la conocen desde niña, y es el principal puente entre productores y técnicos. En
este proceso hemos visto que no oficia de “traductora” lineal entre saberes, no
busca simplemente explicar o interpretar, sino que repone los discursos y busca
que la síntesis se produzca en el intercambio.
Cambios y transformaciones fruto del proceso
Se enumeran a continuación algunos de los cambios que ya se pueden
visualizar, algunos de los cuales simplemente se objetivaron durante el proceso
25
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
analizado, pues ya se venían generando en los predios en los que tuvieron
origen. Se ordenan no jerárquicamente en tres grupos: cambios técnico-
productivo, en cuanto a la gestión del conocimiento y de acuerdo a nuevas
actitudes o formas de entender y enfrentar las dificultades de las transiciones.
Cambios técnico-productivos
Reducción de utilización de agroinsumos químicos sintéticos. Si bien no hay
datos precisos, los productores mencionan un menor uso de fertilizantes,
insecticidas y fungicidas ya sea por sustitución con bioinsumos, o por haber
tomado la disminución de su utilización a partir de discutir con la técnica la
información disponible en los diagnósticos de su sistema (el ejemplo más
claro es la reducción de la fertilización química a partir de ver los resultados
de los análisis de suelo). Para los herbicidas no hay sustituto claro, algunos
productores han realizado ensayos poco sistemáticos con técnicas de cultivo
de cobertura y rolado, otros han mejorado sus métodos de pastoreo para
aumentar la vida útil de la pastura sembrada, lo que podría significar un
menor uso global de herbicidas de síntesis.
Mejoras en el manejo de suelos y aguas. El intercambio entre técnicos y
productores, y la observación de “otras realidades”, logró mejorar, en algunos
casos, la planificación de las pasturas, incorporación de nuevas especies
vegetales al sembrado o en intersiembra, incorporación de bioinsumos y
mejoras parciales en el tratamiento de efluentes del tambo.
Avances puntuales en la plantación de árboles autóctonos para generar
sombra y promover la restauración de márgenes de cursos de agua, así como
la reproducción de la biodiversidad.
26
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Cambios a nivel de conocimientos y su gestión
Nueva información sobre suelos y agua. Los análisis que se realizaron en los
predios ayudaron, en algunos casos, a actualizar o conocer mejor las
características y estado de los suelos y el agua. Es decir, conocer los suelos
desde sus composiciones químicas, biológicas, desde otros enfoques
científicos. Se establecieron neas de base para todos los predios, con
identificación de áreas y elementos críticos a mejorar con las modificaciones
en el manejo.
Revalorización de los saberes prácticos de los productores ante los
portadores del saber técnico y tomar en cuenta los afectos. La siguiente
transcripción de un enunciado por parte de una Ing. Agrónoma del Centro
Emmanuel en la jornada de cierre del proyecto ANDE, caracteriza este
cambio con claridad: “Es muy importante esto de escuchar lo que tienen para
decir los productores, re valorizar a los productores, lo que piensan, lo que
sienten [y] revalorizar los sentires de los técnicos”
La gradual consolidación de un grupo de productores para el auto-
aprendizaje, que intenta mantenerse más allá del financiamiento estatal. Una
vez finalizado el financiamiento del proyecto estatal, el conjunto de
productores ha decidido continuar el proceso, autofinanciándolo de momento,
con la participación de las seis familias productoras y de la técnica agrónoma.
Configuración de espacios de reflexión entre productores y técnicos
extensionistas, más plurales y horizontales que los existentes previamente (y
en los que han participado o siguen haciéndolo) focalizados en los aspectos
económico-productivos (grupos CREA, otros grupos de productores). Para
27
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
ello se experimenta con una particular forma de trabajo, que incorpora rutinas
ya conocidas (visitas a predios), pero las re-significa como momentos de co-
producción de conocimiento, reflexión y aprendizaje colectivo más que
lecciones para el anfitrión/a. A su vez, a partir de demandas provenientes de
la interna del grupo de técnicos/as y productores/as que fueron retomadas
por el equipo antropológico, se han incorporado jornadas de autoevaluación
y planificación grupal.
La mayor visibilidad de los conflictos micro-sociales como parte de
diagnósticos y, en menor medida, re-diseños. Las relaciones de parentesco,
de sucesión y legado, y las relaciones laborales se han establecido como
cuestiones clave para comprender potencialidades y dificultades en las
transiciones a modos más sustentables de vivir y producir. Esto se acompaña
de la integración de jóvenes y mujeres en las discusiones en torno al sistema
de producción, que en muchos casos no participaban previamente de este
tipo de instancias; una especie de reencuentro familiar reflexivo. Como
señalaba una productora: “eso nos ha dado un nivel de conversación familiar
y de discusión que para mí no tiene precio”.
Para los técnicos involucrados, una transformación en curso es salir del lugar
del que tiene que dar respuestas definitivas: acompañar más que asesorar.
Algunas frases que expresan este cambio son: “[A]compañar a los
productores, pero que también los productores nos acompañen a nosotros a
transitar juntos este proceso, tanto productores como técnicos”; “[Y]o me
saqué un mochilón cuando salí del lugar de que el técnico es el que sabe.
28
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
(...) Sacarme el miedo de decir: no pero te averiguo, e ir dando respuestas
más concretas y ajustadas en conjunto”
Un equipo multidisciplinario capaz de visualizar, desde el diagnóstico co-
construido, algunas trayectorias para superar “obstáculos” económicos y
ecológicos, y en menor medida socio-culturales.
Modificaciones en la comprensión y actitud frente al cambio
Un cambio ha sido la mayor posibilidad de imaginar y definir el futuro; el
proceso permitió habilitar la reflexión e incluir distintas dimensiones de la vida
a la más tradicional idea de cambio tecnológico-productivo y de transferencia
tecnológica. Los productores y técnicos están en mejor condición de imaginar
el futuro no exactamente igual al presente y no necesariamente ligado a un
paquete tecnológico, ya que han identificado su rol en el funcionamiento de
la tecnología (Bijker, Hughes, y Pinch, 1987; Thomas, Becerra, y Bidinost,
2019) y su capacidad de modificar trayectorias, innovar y desarrollar nuevas
tecnologías. Esto es motivante.
Conciencia de los tiempos y la reversibilidad en las transiciones. Los
productores de leche tienen varios ciclos temporales y ritmos de acción en
sus sistemas, y también distintos puntos de origen en los procesos de
transición; la co-producción permitió pensar al menos a cinco años (período
marcado por la duración ideal de una pastura sembrada y su posterior
rotación) para ver impactos, dar tiempo a los procesos y disminuir ansiedades
y frustraciones. También permitió saber / entender que puede ser necesario
“traicionar” circunstancialmente el ideal agroecológico, para mirar a mediano
y largo plazo, confiando que el daño es mitigable y superable. Por ejemplo,
29
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
la necesidad de “resetear una pradera con Glifosato” ante ausencia de
alternativas tecnológicas viables para el control de malezas en un cultivo
extensivo; de nada vale que una unidad productiva desaparezca por malos
rendimientos económicos en la búsqueda del horizonte agroecológico, por
falta de alternativas tecnológicas para la solución de problemas productivos.
Se construyó el (re)conocimiento sobre la necesaria gradualidad de los
cambios, y la necesidad del desarrollo de nuevo conocimiento y tecnologías
para la superación de dificultades productivas. Asimismo, mediante este
reconocimiento, se evita el efecto demostración negativo individual, que
llevaría mecánicamente a la conclusión de que la agroecología no es un
horizonte viable porque las distintas iniciativas de transición fracasan ante las
mismas dificultades productivas.
Confianza para transitar el camino hacia la agroecología en conjunto con
otros productores/as y con el respaldo de un equipo cnico que acompaña
el proceso. La nueva información permite una menor dependencia de
insumos externos, más independencia a la hora de tomar decisiones y una
mayor circularidad interna de recursos en los predios.
Se estaría probando una “tecnología para el cambio”, demandada por los
productores, que no aparece tan innovadora o transformadora para el
mainstream, pero que aborda algunas dimensiones que hacen que, vista
desde fuera, pueda ser calificada como una tecnología singular en torno al
concepto de inclusión: inclusión de jóvenes, de mujeres, de formas de
conocimiento y saberes prácticos, de otras disciplinas no agronómicas, entre
otros.
30
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
A modo de cierre
Al momento de organizar la última jornada de difusión de resultados del Proyecto
ANDE en setiembre de 2022, se pensó en convocar al público interesado en uno
de los predios participantes, cercano geográficamente al Centro Emmanuel. La
respuesta de los potenciales anfitriones, una pareja y sus dos hijos estudiantes
universitarios, fue: “Nosotros no tenemos nada para mostrar; esto podría ser
contraproducente para nuestro interés como grupo, [en el sentido] de que lo que
hagamos en los predios sirva como demostración para otros productores”. Esto
generó una discusión entre productores y técnicos y hubo un acuerdo de que era
mejor no “abrir” los predios en la jornada de difusión, sino contar qué se estaba
haciendo de novedoso o que se está pensando hacer. La discusión permitió
identificar la entidad del cambio, responder a la pregunta de qué estaba
generando el proyecto de transición a la agroecología en los predios y las
familias. También se discutió sobre cómo “mostrar” aspectos del cambio que no
se ven, directamente, en el campo. El manejo de una pradera puede ser
prácticamente idéntico al del predio vecino que no está en transición a la
agroecología ¿qué es lo que diferencia el proceso; cómo mostrarlo? A partir de
esta viñeta cabe aclarar que el proceso descrito es joven y está en curso, por lo
cual podemos enunciar únicamente impactos preliminares a partir de la co-
innovación y la co-producción en agroecología, pero que no son fácilmente
visualizados por los mismos protagonistas.
En realidad, lo que el análisis del proceso nos permite es entender mejor
cuáles serían los impactos positivos de la transición a la agroecología a los ojos
de los productores lecheros. Lo ideal, como “impacto”, sería ver más vida en los
31
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
suelos y animales más sanos; cambiar el manejo del predio abandonando las
prácticas que consideran nocivas, principalmente el uso de agroquímicos y
agrotóxicos; producir leche a costos menores, que permitan mejorar la ecuación
insumo/producto y aumentar la ganancia de la empresa agropecuaria, lo cual
podría significar “decrecer” en términos productivistas; demostrar a otros
productores y técnicos, que es posible un otro camino de bienestar que no sea
la intensificación continua e infinita; y reconocer la importancia del proceso grupal
en mismo como impacto positivo junto y más allá de los resultados a nivel
predial. De acuerdo al proceso experimentado y analizado, la “agroecología” es,
principalmente, lo que sucede en los predios. No hubo intercambios públicos
sobre las disputas paradigmáticas y de políticas públicas en torno a este
movimiento académico-social.
Por otro lado, hemos identificado varios “silencios” al momento de pensar
el rediseño predial, que a mediano y largo plazo deberían ser abordados en la
discusión sobre transiciones agroecológicas. A modo de ilustración, en un caso,
no se pudo abordar una solución para los efluentes de una de las salas de
ordeñe, frente a la falta de capital para invertir en la infraestructura exigida por la
normativa vigente que el predio actualmente incumple. En otro caso, no se pudo
abordar como tema de discusión un posible embargo judicial sobre el predio. En
otro caso, tampoco se pudo integrar en el rediseño las intenciones de la familia
de compra de tierra aledaña al establecimiento, pues no se podía mencionar esa
intención bajo riesgo de que se filtrara la información y complicar las
negociaciones en marcha. En caso de concretarse el aumento del área, podría
haber cambiado toda la propuesta de modificación de prácticas productivas. En
un caso más, no hubo forma de incluir alguna recomendación grupal sobre cómo
32
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
llevar adelante una propuesta ideal de trasmisión de la empresa hacia los
actuales trabajadores asalariados, idea de sucesión que tenía el propietario
actual. Por otro lado, para otro emprendimiento, no se pudo abordar el
“disciplinamiento” de los asalariados de acuerdo a las necesidades emergentes
para el mejor bienestar animal. Las relaciones de género entre un matrimonio
fueron inicialmente dejadas de lado, así como en un predio no se pudo incluir en
el rediseño las relaciones paterno-filiales, que han sido un obstáculo para
cambiar los modos de producir ante resistencias de la generación mayor.
Después de dos años de proceso, existen dimensiones de la vida social de
productores y cnicos, vinculados a la experiencia de sustentabilidad y buen
vivir, que permanecen privadas para el colectivo, aunque con aperturas parciales
a nivel inter-personal cuando hay una escucha atenta. Por ejemplo, ciertas
prácticas de autocuidado vinculadas a la sanación y salud de mujeres, que
circulan en paralelo a las actividades formales del grupo.
La disposición al diálogo y el respeto por la diversidad de saberes y
conocimientos ha sido un presupuesto básico para la co-innovación y la co-
producción de conocimientos. La co-producción de conocimientos, en cierta
medida, estuvo marcada por el nivel educativo y socio-económico de los
productores. Por ejemplo, tenían tiempo para reuniones, entrevistas, lecturas y
lo disponían gustosammente para esos fines. Los intercambios se dieron en un
plano de horizontalidad muy significativo, destacado frecuentemente por quienes
participaron de esos espacios. Dicho esto, algunas prácticas locales no tienen
legitimidad científica, por ejemplo, el uso de dióxido de cloro para sanidad animal
y salud humana, muy extendido en uno de los predios, o el uso de
microorganismos eficientes, que no cuentan hasta ahora con validación técnico-
33
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
científica y no hay líneas de investigación que los aborden en relación directa
con la producción agropecuaria extensiva4. A pesar del diálogo y amalgama de
saberes descrito, se mantienen diferencias metodológicas entre las disciplinas
agronómicas y las humanísticas, principalmente en torno a la elaboración de
indicadores para una línea de base y evaluación de resultados. La contribución
del equipo de antropología se fue construyendo gradualmente y llevó un tiempo
definir su rol y un cierto reconocimiento de sus aportes.
Finalmente, una lección para las transiciones y transformaciones a la
sustentabilidad en el Sur Global, es tomar conciencia de y respetar la diversidad
de tiempos y temporalidades. En el contexto geográfico-cultural que trabajamos,
los cambios son graduales y habilitan la no demonización de tecnologías o
formas de hacer las cosas que, en principio, podrían ir en contra de la
agroecología u otras maneras de entender la mejor sustentabilidad
agropecuaria. Es decir, se debe “ir lento para llegar más lejos”, un pragmatismo
consciente que para algunos protagonistas de nuestro caso estaba desde el
comienzo de la conversación, pero para muchos -tanto productores como
técnicos- surgió en el proceso mismo. Esta propuesta de gradualismo, podría
ser interpretada como conservadora, amortizadora de conflictos productivos; sin
embargo, desde nuestro análisis de la co-producción de conocimiento preferimos
entender el gradualismo emergente como una respuesta a las relaciones de
poder que giran en torno al conocimiento y definición taxativa de los futuros
4Al momento de revisar el texto original, se recibió la noticia de que el equipo de antropólogas/os
ganaron un financiamiento para un proyecto universitario, para avanzar junto con microbiólogos en el
estudio de los efectos en la lechería del uso de bioinsumos de elaboración predial.
34
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
deseables, en este caso la “agroecología” como horizonte para la lechería.
Desde una definición cuasi de manual se transita a una definición en constante
construcción, que cuestiona productivamente la autoridad inicial del Centro
Emmanuel, como propulsor del Proyecto Ande, y avanza a una mayor simetría
con efectos de realidad que habilitan, al menos temporalmente, la inclusión en el
agrupamiento de la diversidad de experiencias de transición y los proyectos
personales y familiares que las orientan.
Referencias bibliográficas
Althabe, G. y Hernández, V. (2005), “Implicación y Reflexividad en
Antropología”, en Hernández, V., Hidalgo, C. y Stagnaro, A. (comp.),
Etnografías Globalizadas, Buenos Aires, Ediciones Sociedad Argentina
de Antropología, pp. 71-88.
Barrán, J. P., y Nahum, B. (1990), El Uruguay del novecientos, Montevideo,
Ediciones de la Banda Oriental.
Bijker, W. E., Hughes, T. y Pinch, T. (1987), The social construction of
technological systems: New directions in the sociology and history of
technology, Massachusetts, MIT press.
Centro Emmanuel, (2020), “Validación de la herramienta de co-innovación para
la transición hacia la agroecología en predios lecheros en el Uruguay”,
Proyecto programa de bienes públicos sectoriales para la competitividad
2020, ANDE.
DIEA, (2014), Censo Agropecuario 2011. Resultados definitivos, Montevideo,
35
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
MGAP.
DIEA, (2021), Anuario estadístico agropecuario 2021, Montevideo, MGAP.
Dogliotti, S., García, M. C., Peluffo, S., Dieste, J. P., Pedemonte, A. J.,
Bacigalupe, G. F., Scarlato, M., Alliaume, F., Alvarez, J., Chiappe, M. y
W.A.H. Rossing (2014). “Co-innovation of family farm systems: A
systems approach to sustainable agriculture”, Agricultural Systems, 126,
pp. 76-86. https://doi.org/10.1016/j.agsy.2013.02.009.
Emerson, R., Fretz, R. y L.L. Shaw (2011), Writing ethnographic fieldnotes,
Chicago, Chicago University Press.
Evia, V., Taks, J. y S. Alzugaray (2023), “Environmental and Embodied
Agritoxic Inheritance in Rural Uruguay: From Recognition to Transition to
Sustainability among Dairy Farmers”, en Smith, L. y B. Gonul (eds),
Toxic Heritage: Legacies, Futures, and Environmental Injustice, Londres,
Routledge.
Fernandez Alvarez, M. y S. Carenzo (2014), “Del “otro” como sujeto de
investigación al “otro” como productor de conocimiento: (re)pensando la
práctica de investigación etnográfica con organizaciones sociales”,
Encuentro de Saberes, 2, (4), pp. 25-34.
Geels, F. (2005), “The dynamics of transitions in socio-technical systems: A
multi-level analysis of the transition pathway from horse-drawn carriages
to automobiles (1860–1930)”, Technology Analysis & Strategic
Management, 17, (4), pp. 445-76.
https://doi.org/10.1080/09537320500357319.
Geymonat, R. (2004), “El elemento religioso como factor identitario. El caso de
los valdenses en Uruguay”, en Geymonat, R. (ed.), Las religiones en el
36
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
Uruguay. Algunas aproximaciones, pp. 244-51.
Hammersley, Martyn, y Paul Atkinson. 2001. Etnografía: métodos de
investigación. Paidós.
Hernández, V. y M. F. Fossa (2019), “El dispositivo etnográfico como
herramienta metacognitiva en el campo de los estudios sobre la cuestión
climática y la sustentabilidad global”, Etnografías Contemporáneas, 5,
(9).
Hernández, V., Fossa, F. y C. Vera (2022), Adressing climate service in
SouthAmerican Chaco region through a knowledge coproduction
process”, Global Environmental Change, 72, 102443.
https://doi.org/10.1016/j.glencvcha.2021.102443
Kemp, R., Schot, J. y R. Hoogma (1998), “Regime shifts to sustainability
through processes of niche formation: The approach of strategic niche
management”, Technology Analysis & Strategic Management, 10, (2),
pp. 175-98. https://doi.org/10.1080/09537329808524310.
Proyecto ANDE, (2022), Caminos diversos hacia la Agroecología en sistemas
lecheros. Centro Emmanuel. https://centroemmanuel.org/wp-
content/uploads/2022/09/Folleto-lecheria-agroecologia-Baja.pdf.
Ramos, J. M. (2015), “Integración de “Satisfactores” en sistemas de producción
de leche comerciales”, Engormix. https://www.engormix.com/ganaderia-
leche/articulos/integracion-satisfactores-sistemas-produccion-
t31269.htm.
Riella, A. y P. Mascheroni (2011), “Desigualdades sociales y territorios rurales
en Uruguay”, Pampa: Revista Interuniversitaria de Estudios Territoriales,
37
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
7, pp. 39-63.
Riella, A. y J. Romero (2014), “Continuidades y rupturas en la estructura agraria
en el Uruguay del siglo XXI”, Pampa: Revista Interuniversitaria de
Estudios Territoriales, 10, pp. 159-72.
Rossing, W., Dogliotti, S., Bacigalupe, G. F., Cittadini, E., Mundet, C., Mariscal
Aguayo, V., Douthwaite, B., Alvarez, S., Cordoba, D. y M. Lundy
(2010), “Project design and management based on a co-innovation
framework: towards more effective research intervention for sustainable
development of farming systems”, en Building sustainable rural futures:
the added value of systems approaches in times of change and
uncertainty. 9th European IFSA Symposium, Vienna, Austria, 4-7 julio de
2010.
Schot, J., y F. W. Geels (2007), “Niches in Evolutionary Theories of Technical
Change”, Journal of Evolutionary Economics, 17, (5), pp. 605-22.
https://doi.org/10.1007/s00191-007-0057-5.
Sistema Nacional Ambiental (2018), Plan de Acción Santa Lucía - Medidas de
segunda generación. https://www.gub.uy/ministerio-
ambiente/comunicacion/publicaciones/plan-accion-santa-lucia-medidas-
segunda-generacion.
Smith, A. (2006), “Green Niches in Sustainable Development: The Case of
Organic Food in the United Kingdom”, Environment and Planning C:
Government and Policy, 24, (3), pp. 439-58.
https://doi.org/10.1068/c0514j.
Thomas, H., Becerra, L. y A. Bidinost (2019), “¿Cómo funcionan las
tecnologías? Alianzas socio-técnicas y procesos de construcción de
38
Revista Redes 57 – ISSN 1851-7072
funcionamiento en el análisis histórico”, Pasado Abierto, 5, (10).
Tittonell, P. (2019), “Las transiciones agroecológicas: múltiples escalas, niveles
y desafíos”, Revista de la Facultad de Ciencias Agrarias UNCuyo, 51,
(1), pp. 231-46.
Uruguay XXI (2023), Informe Anual de Comercio Exterior de Uruguay - 2022
https://www.uruguayxxi.gub.uy/es/centro-informacion/articulo/informe-
anual-de-comercio-exterior-de-uruguay-2022/
Artículo recibido el 1 de marzo de 2023
Aprobado para su publicación el 30 de diciembre de 2023