Para ello, la autora analiza cómo los gobiernos de Estados Unidos, Inglaterra y
Alemania establecieron criterios y límites para el desarrollo de investigaciones con,
por ejemplo, embriones humanos. En esa postura institucionalizada de la vida,
Jasanoff nos muestra sus sesgos ideológicos y los intereses políticos detrás del ideal
del “progreso humano” a través de la biotecnología. Fiel a su enfoque dentro de los
estudios sociales de la ciencia, Jasanoff plantea sus reflexiones con base en las
interacciones de los diversos actores individuales e institucionales involucrados: los
gobiernos, las comisiones creadas para el escrutinio de la labor científica en relación
con los microorganismos, los institutos públicos de investigación, los laboratorios y
empresas científicas y algunos intelectuales involucrados en el debate sobre la
investigación biomédica y sobre la bioética. El análisis es puesto sobre los juicios, los
discursos y las acciones de cada actor desentrañando las controversias y las luchas
generadas a lo largo de décadas, específicamente desde 1975 con el congreso
llevado a cabo en el Asilomar Conference Center en California, Estados Unidos. En
dicho explica –dice Jasanoff– se sentaron las bases de la reivindicación de la
soberanía biológica.
El recorrido de Jasanoff, sin embargo, queda incompleto por dos razones:
primero, porque se centra en las discusiones e intervenciones de los actores en los
tres países mencionados (Alemania, Estados Unidos e Inglaterra) dejando de lado a
actores de otros países del mundo, pertenecientes a la ciencia central o periférica en
investigación biomédica y biotecnológica. Aparece, entonces, un panorama
lamentablemente reducido de lo que los científicos y científicas del resto del mundo
han hecho, pensado y actuado respecto a la vida. Segundo, porque no se exploran
las redes, interacciones y circuitos de conocimiento de los científicos más allá de las
fronteras nacionales. Es como si los investigadores se cerraran a las demarcaciones
nacionales para tratar de imponer su autoridad y exponer sus argumentos, lo cual en