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DOI: https://doi.org/10.48160/18517072re53.167
Plataformas. Una introducción: la cosa, el caos,
humanos y flujos
+
Mariano Zukerfeld
*
Guillermina Yansen
**
Resumen
El presente trabajo se enfoca en las plataformas de Internet, en el contexto del
capitalismo informacional. Frente a las limitaciones de las caracterizaciones y
tipologías previas se proponen tres objetivos. Primero, definir a las plataformas y
sistematizar sus rasgos principales. Segundo, ofrecer una tipología de plataformas,
atendiendo principalmente a dos variables complementarias (su carácter con o sin
fines de lucro y el principal bien o servicio que intermedian: bienes, vínculos o
trabajo). Tercero, caracterizar específicamente a las plataformas capitalistas
+
El presente trabajo se basa en y profundiza sobre una clase audiovisual para la Maestría CTS de la
UNQ de 2020 (Zukerfeld,2020a).
*
Equipo de estudios sobre Tecnología, Capitalismo y Sociedad (e-TCS), Centro de Ciencia,
Tecnología y Sociedad (CCTS), Universidad Maimónides (UMAI). Conicet. Correo electrónico:
marianozukerfeld@e-tcs.org
**
Equipo de estudios sobre Tecnología, Capitalismo y Sociedad (e-TCS), Centro de Ciencia,
Tecnología y Sociedad (CCTS), Universidad Maimónides (UMAI). Conicet. Correo electrónico:
guillerminayansen@e-tcs.org
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Revista Redes 53 ISSN 1851-7072
identificando sus modelos de negocio, los tipos de actores humanos y flujos que
circulan en ellas. Metodológicamente, el artículo se apoya en la revisión crítica de
literatura especializada y en la introducción de categorías propias.
Palabras clave
PLATAFORMAS, TIPOLOGÍA, HUMANOS, FLUJOS, CAPITALISMO DE PLATAFORMAS,
CAPITALISMO INFORMACIONAL, CAPITALISMO COGNITIVO, PLATAFORMAS DE TRABAJO
Introducción
En los últimos años, en la vida en general y en los estudios del campo de las
tecnologías digitales en particular, hemos ido dejando paulatinamente de lado las
nociones de “sitio”, “página web”, “aplicación”, “red social” a secas y otras
expresiones varias para hacer referencia a estas tecnologías digitales que nos
rodean, estructuran gran parte de nuestra vida y merecen nuestra atención. Casi sin
notarlo, nos hemos acostumbrado a hablar de esta nueva cosa que llamamos
“plataforma” (Scholz, 2016; Srnicek, 2017, Langley & Leyshon, 2017; Schmidt, 2017;
OCDE, 2019) e incluso para algunos autores esa noción define la dinámica actual
del capitalismo (Srnicek, 2017). Sin embargo, las cuestiones de qué son las
plataformas de Internet, cuáles son sus rasgos y qué variedades presentan están
lejos de haber sido resueltas. Hay, así, cierto caos conceptual en torno de las
plataformas, que resulta en las limitaciones para definir y comparar estudios
empíricos. Más allá de la caracterización y clasificación, otros desafíos conceptuales
surgen, por un lado, de que en las plataformas interactúan humanos en roles que no
se dejan reducir a las categorías dicotómicas de la sociedad industrial; por otro, en la
crecientemente evidente necesidad de analizar flujos no humanos que circulan a
través de las plataformas.
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Frente a ello, este artículo se propone i. definir a las plataformas y sistematizar
sus rasgos principales; ii. proponer una tipología de plataformas, atendiendo
principalmente a dos variables complementarias (su carácter con o sin fines de lucro
y el principal bien o servicio que intermedian: bienes, vínculos y trabajo); iii.
caracterizar plataformas capitalistas identificando sus modelos de negocio, los tipos
de actores humanos y flujos que circulan en ellas.
Esos objetivos deben comprenderse en relación a un marco teórico sobre el
devenir del capitalismo que concibe su historicidad en tres etapas: Capitalismo
Mercantil (siglos XV-XVII), Capitalismo industrial (siglos XVIII- a fines del XX) y
Capitalismo informacional (fines del siglo XX a la actualidad) (Castells; 1996;
Boutang, 2011; Vercellone, 2007; Fuchs, 2010; Yansen y Zukerfeld, 2013, Zukerfeld,
2017). Entendemos que el capitalismo informacional, a su vez, presenta dos fases:
de las redes (mediados de la década de 1970 a 2005), y de las plataformas (2005 al
presente) (Zukerfeld,2020b). Así, lejos de entender a la centralidad de las
plataformas como un fenómeno epidérmico, consideramos que se trata de un rasgo
definitorio de la dinámica de la totalidad capitalista de la presente fase.
Esta introducción constituye la primera sección. La segunda se dedica a
caracterizar los rasgos distintivos de las plataformas de Internet. La tercera sección
introduce una propuesta de tipología atendiendo principalmente al tipo de vínculo
que tienen con el capitalismo y el tipo de ente respecto del cual la plataforma
intermedia. La cuarta está dedicada a la presentación específica de las plataformas
capitalistas, incluyendo modelos de negocios y ejemplos de cada tipo. Finalmente, la
quinta sección describe los actores y flujos que participan en ellas.
La cosa: ¿Qué es una plataforma?
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Revista Redes 53 ISSN 1851-7072
Si bien no se cuenta con una idea precisa y que goce de algún grado de consenso
sobre qué es una plataforma, existen antecedentes relevantes que ofrecen
diferentes acercamientos a su definición. Algunos la ubican con claridad dentro del
marco del devenir del capitalismo (OCDE, 2019; Srnicek, 2017, Schmidt, 2017;
Langley y Leishon, 2017; Scholz, 2016, entre otros).
En este escrito partimos de una definición sencilla. Las plataformas son una
combinación de software y tecnologías digitales, usualmente presentadas como
páginas web o apps, que intermedian a través de Internet entre dos o más clases de
actores humanos (cfr. Srnicek, 2017; OCDE, 2019). Así, algunos sitios web y apps,
redes sociales, incluso sistemas operativos, son plataformas en la medida en que
intermedien la interacción que se produce en línea entre al menos dos actores
humanos vía Internet. En otras palabras, no toda página web o aplicación es una
plataforma en el sentido que aquí le damos
1
.
A partir de esta definición podemos delinear los rasgos más relevantes de las
plataformas, varios de los cuales han sido advertidos por la literatura. Por supuesto,
aunque son rasgos frecuentes en la mayoría de las plataformas, pueden estar
1
Esta definición permite realizar al menos dos exclusiones precisas. En primer lugar, excluye todo
aquello que, requiriendo necesariamente su descarga, es utilizado sin conexión a Internet, es decir,
que se utiliza offline. Este es por ejemplo el caso de un software de reproducción de música, como el
Windows Media Player. Excluye, en segundo lugar, todo aquello que aunque requiere del uso en
línea por parte de un usuario o un grupo de usuarios, su utilización no lo/s conecta con otro grupo de
actores humanos que excedan a la aplicación o software en sí mismo y el producto o ente que circula
es propio de lxs titulares de la plataforma. Este es el caso, por ejemplo, de las aplicaciones de los
bancos, cuyo vínculo online es unidireccional entre el Banco y el usuario o de cualquier sitio web de
indumentaria que comercialice sus productos de manera online. Los dos casos son, entonces,
ejemplos de aplicaciones pero no de plataformas. El tercero es un ejemplo de sitio web pero no de
plataforma.
5
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ausentes en algunas de ellas o, también, ser decisivos en unas y meramente
accesorios en otras
2
.
Un primer conjunto de cuatro rasgos se vincula, sin mayores mediaciones, con
la definición ofrecida hace un momento. Ubicadas como intermediarias de las
interacciones online de distintos grupos de usuarixs, en primer lugar, las plataformas
se encuentran en una posicn privilegiada para (i) generar y aprovechar datos
surgidos de la actividad de lxs usuarixs (Srnicek, 2017). Derivado en gran parte del
procesamiento de tales datos (aunque no únicamente a partir de ello), la segunda
característica de las plataformas es su capacidad para (ii) gestionar la atención de
lxs usuarixs. Dirigiendo su mirada, su comportamiento, hacia determinadas zonas de
la plataforma, incentivando, inhibiendo y jerarquizando el accionar de estos usuarixs,
las plataformas se disputan y gestionan, así, el principal recurso escaso de un
capitalismo informacional caracterizado por la sobreabundancia de información
(Goldhaber, 1997). El direccionamiento más saliente de la atención es, claro, hacia
la publicidad. Sin embargo, las plataformas direccionan la atención en varios
sentidos adicionales a través de una diversidad de notificaciones. Así, por ejemplo,
notificando algún evento (como el posteo reciente de un amigx, la transmisión en
vivo de una banda, etc.), la plataforma puede llamar la atención del usuarix para que
ingrese a la plataforma y simplemente la utilice, “pasee” por ella, consuma la
plataforma, con el doble fin de generar mayor dependencia de la misma y mayor
cúmulo de datos contextuales derivados de tal navegación o consumo. También lo
2
La principal distinción radica en que algunos de estos rasgos son característicos de las plataformas
capitalistas mientras que otros no lo son. La gestión de la atención, la pretensión global o el carácter
oligopólico/monopólico, la tendencia a elevar los costos para los usuarios, la utilización de subsidios
cruzados, el carácter perfomativo y la inoculación del deseo son rasgos decisivos en las plataformas
capitalistas.
6
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hace con notificaciones de “sugerencias” de visita a determinados contenidos afines
a los consumos previos del usuarix, como sucede en plataformas como Netflix o
Spotify, o advirtiendo que un cupón de descuento puede ser utilizado por un plazo
finito de tiempo, como sucede en plataformas como Pedidos Ya y similares. Una
tercera característica de las plataformas es su capacidad para (iii) utilizar y copiar
contenidos generados por lxs usuarixs (fotos, videos, etc.). En efecto, diversas
plataformas gestionan los contenidos (sobre los que los autores ceden derechos),
como en el caso de YouTube. Es decir, no se trata sólo de la utilización impaga de
los datos, sino también de los contenidos. Por otro lado, las reglas de
funcionamiento para la interacción de lxs usuarixs presentan un rasgo crucial: (iv) su
comando está en buena medida en manos de algoritmos. Las plataformas
establecen, en gran parte y cada vez más, una gestión algorítmica (Lee et al, 2015;
Schmidt, 2017) o “gubernamentalidad algorítmica”- Rodríguez, 2018) de las
mismas.
Un segundo conjunto de ocho rasgos es de índole económica. La quinta
característica de las plataformas es (v) su dependencia de las externalidades de
redes (Srnicek, 2017; OCDE, 2019). Conocida en alusión a la Ley de Mecalfe, esta
característica refiere, de modo simple, que el valor de las plataformas descansa
sobre la cantidad de usuarios y que, más precisamente, el valor de cualquier red
aumenta exponencialmente a medida que aumenta el número de usuarixs
conectados en ella. Así, la necesidad de grandes cantidades de usuarixs colabora
con el (vi) carácter oligopólico o monopólico. Las plataformas ganadoras tienden a
quedarse con todo (“winner-takes-all”) y las pequeñas tienden a desaparecer. A su
vez, les resulta poco costoso incorporar usuarixs adicionales. Una vez construido el
software y montada la infraestructura tecnológica, (vii) los costos marginales de
intermediar entre una mayor cantidad de usuarixs son relativamente bajos (OCDE,
7
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2019). De allí que (viii) las plataformas aspiran a tener un alcance global (OCDE,
2019). La novena característica es su (ix) tendencia a elevar los costos del cambio
de plataforma para lxs usuarixs apelando a estrategias diversas. Desde la
perspectiva de la plataforma, para lxs usuarixs debe ser muy sencillo ingresar y muy
costoso salir. En ese sentido surge una décima característica: las plataformas
apelan a diversas estrategias para generar (x) ecosistemas de interacción entre
usuarixs, combinando diversas plataformas. Por ejemplo, se recurre frecuentemente
a los llamados subsidios cruzados, lo que sintéticamente implica ofrecer
gratuitamente algunos productos o servicios de una plataforma -o plataformas
conexas- y obtener un rédito monetario por otros. Este es el caso, por ejemplo, de
WhastApp y Facebook, que forman parte de un mismo ecosistema. Otra
característica, tal vez menos conocida, refiere al origen de las plataformas y pone en
cuestión la idea de que las plataformas tienen un carácter innovador ex nihilo. Como
señala Scholz (2016), (xi) las plataformas suelen ser creadas a partir de una copia y
adaptación de plataformas previas. AirBnb y Fairbnb, Freelancer y Workana, Baidu y
Google son solo algunos ejemplos. La última característica económica refiere a (xii)
la novedad organizacional que representan las plataformas, respecto de la
tradicional distinción entre mercados y empresas. En efecto, para algunos autores
(véase por ejemplo Coase, 1937), tradicionalmente la empresa o la firma es un
espacio que justamente se constituye a partir de su separación del mercado. Más
específicamente, la empresa se crea internalizando funciones propias del mercado,
al efecto de reducir los costos de transacción
3
. De este modo, durante el capitalismo
industrial y los inicios del informacional- la empresa y el mercado se constituyeron
3
Aquellos costos relativos al intercambio de bienes o servicios en el mercado, tales como los de
investigación sobre la demanda, los términos contractuales, el transporte y la logística, etc.
8
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como esferas complementarias pero claramente separadas. Mientras que la
empresa tiene mecanismos de gobernanza definidos y centralizados que planifican y
regulan las actividades de actores coordinados, los mercados funcionan sin
planificación, en base a decisiones individuales de actores independientes en
competencia con el sistema de precios como elemento coordinador. Las plataformas
suponen un modelo distinto (Schmidt, 2017): las empresas internalizan mercados
enteros. Dentro de las plataformas (empresas), los actores compiten (mercado). Más
allá de los obvios mercados de bienes que gobiernan Amazon o Mercado Libre,
tenemos los mercados de trabajo bajo Rappi o Glovo y mercados del deseo, a través
de Tinder o Happn. La plataforma emerge entonces como una modalidad
organizacional que no puede reducirse a la distinción binaria entre empresa y
mercado.
En términos ideológicos, (xiii) las plataformas se presentan como neutrales,
como meras herramientas para el uso (Srnicek, 2017), cuando contrariamente (y
como toda tecnología) tienen un carácter performativo. En esta línea, no se trata
únicamente de que las plataformas conozcan nuestros valores, nuestros hábitos,
nuestros deseos, los orienten, premien algunos de ellos e inhiban otros, en fin, que
gestionen nuestra atención. Adicionalmente, (xiv) cada vez más las plataformas
aspiran a -y son diseñadas para- inocular deseos y operar sobre las emociones
(Zuboff, 2019; Illouz, 2017; Harari, 2016) y, eventualmente, mercantilizarlos. De este
modo, aquello que es vivenciado como una experiencia íntima, particular, propia de
cada sujeto, es cada vez más en el capitalismo informacional, una experiencia
construida intencionalmente por plataformas digitales.
Hemos ofrecido hasta aquí una definición y una serie de rasgos de las
plataformas y, aunque en algunos casos nos hemos detenido en ejemplos
9
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mercantiles, cabe subrayar que estos aplican en distinto grado a toda plataforma. A
continuación nos concentramos en la propuesta de una tipoloa de plataformas.
El caos: ¿Qué tipos de plataformas hay?
Existen en la literatura algunas tipologías de plataformas que destacan algunos
criterios por sobre otros en función de la finalidad para la que son desarrolladas y el
marco teórico que las contiene. Entre ellas podemos mencionar aquellas en las que
su interés está puesto en aspectos económicos de las plataformas (Srnicek, 2017;
Schmidt, 2017; OCDE, 2019) y que de alguna forma contribuyen al enfoque que aquí
se adopta. Sin embargo, estas tipologías presentan algunas limitaciones que
conviene puntualizar. En el caso de Srnicek
4
, no contempla a las plataformas sin
fines de lucro (ej. Wikipedia). Por su parte, Schmidt (2017) contempla la distinción
entre plataformas con y sin fines de lucro y realiza aportes muy valiosos en esa
dirección. Sin embargo, estos aportes se circunscriben a un tipo particular de
plataformas, las que llama digital labour platforms” (Schmidt, 2017). Por su parte, la
tipología de carácter descriptivo de la OCDE ofrece una veintena de categorías
5
. No
4
El autor identifica cinco tipos de plataformas: publicitarias, de la nube, industriales, de productos y
austeras (Srnicek, 2017). Sin embargo, las variables que utiliza para clasificarlas no están definidas
con claridad. Las plataformas se distinguen en ocasiones por la estrategia que aplican para generar
ganancias, en otras por la finalidad que le dan a la extracción de datos, en otras por la importancia
cuantitativa de los “activos físicos” de las plataformas.
5
OCDE (2019) sostiene que es necesario combinar múltiples tipologías. Repasa algunas dicotómicas
y tricotómicas, como por ejemplo la que distingue “Matchmaking platforms y “Advertising platforms”,
que separa a plataformas que conectan actores de plataformas cuyo negocio descansa en la venta
de publicidad; la que diferencia “Transactional platforms e “Innovation platforms”, a partir del carácter
prexistente o innovador de los bienes que circulan en ellas; o aquella que distingue entre
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obstante, gran parte de las categorías no son mutuamente excluyentes y los criterios
de clasificación apelan a múltiples variables.
La propuesta que aquí ofrecemos intenta superar estas limitaciones y se apoya
en dos variables complementarias
6
: el carácter con o sin fines de lucro de la
plataforma y los bienes y servicios sobre los que intermedia. La primera distinción
refiere a si el principio estructurante del proceso productivo es o no la búsqueda de
ganancia capitalista: plataformas capitalistas y no capitalistas
7
. La segunda variable
Superplatforms”,Platform constellations yStand-alone platforms”, de acuerdo el nivel de
agregación y cantidad de plataformas integrantes de un mismo ecosistema. Sin embargo, recomienda
aquellas que llama “funcionales” y que como mencionamos no poseen menos de 15 categorías, toda
vez que incorporan múltiples variables (véase por ejemplo, OCDE, 2019, p. 65-66).
6
Mientras que ya hemos hecho referencia a la primera de estas variables en trabajos previos
(Zukerfeld, 2010; Lund y Zukerfeld, 2020; Yansen, 2015, Yansen y Dolcemáscolo, 2015;
Dolcemáscolo, 2016); la segunda se introduce textualmente en el presente trabajo, y surge de la
perspectiva del materialismo cognitivo (Zukerfeld, 2017; Liaudat, 2021).
7
Esto no debería confundirse con otras variables que a veces se consideran automáticamente
asociadas, fundamentalmente su carácter comercial o no comercial, el carácter abierto o cerrado de
su código de programación y el carácter pago o gratuito de su acceso. En primer lugar, el carácter
comercial o no comercial de la plataforma implica la existencia o no de un intercambio comercial, de
mercado, y que puede darse incluso en plataformas sin fines de lucro, como es el caso de las
plataformas cooperativas. Esto es plataformas cuyo acceso a determinado bien o servicio no es
gratuito, pero cuyo objeto no es el lucro capitalista. En segundo lugar, su carácter abierto o cerrado,
alude a la disponibilidad del código de programación de las plataformas, sus posibilidades de
manipulación y modificación. Aunque resulta una situación común el que lucro y el código cerrado
vayan de la mano, existe un sinfín de plataformas con fines de lucro y cuyos software son SL/CA. En
tercer lugar, el carácter gratuito o pago de acceso a la plataforma. El que una plataforma sea de
acceso gratuito no quiere decir necesariamente, y cada vez menos en el contexto actual, que no
tenga fines de lucro. Tal es el caso, por ejemplo, de YouTube. Más aun, casos como el de Jitsi
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refiere al bien o servicio al que estas plataformas confieren acceso: plataformas que
ofrecen acceso a bienes (de distintos tipos), aquellas que ofrecen acceso a vínculos
(contactos y comunicaciones) y, finalmente, las que ofrecen acceso a trabajo. Así, la
tipología queda conformada por seis categorías.
Tabla 1. Tipología de plataformas y ejemplos
Tipos de plataformas
Capitalistas
No capitalistas
Bienes
1. Amazon
4. Correo Compras
Vínculos
2. Facebook
5. Loomio
Trabajo
3. Uber
6. Pájara Ciclomensajería
Fuente: Elaboración propia
En las siguientes secciones nos concentramos en la caracterización de las tres
clases de plataformas capitalistas, dejando para futuros trabajos la caracterización
de las plataformas no capitalistas. Comenzamos mostrando sus modelos de negocio
y, luego, sintetizamos los actores y flujos que involucran.
Las plataformas capitalistas
Luego de distinguir los tipos de bienes y servicios a los que brindan acceso las
plataformas capitalistas, éstas pueden caracterizarse de modo más preciso en base
a sus modelos de negocios.
muestran a las claras cómo una plataforma gratuita, de código abierto es, a la vez, comercial y con
fines de lucro, toda vez que se origina en el ánimo de ganancia de una empresa capitalista.
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Plataformas capitalistas que intermedian el acceso a bienes.
El primer tipo de plataformas capitalistas intermedia en el acceso bienes, es decir, a
entes que perduran en el tiempo y sobre los que se asignan derechos de propiedad.
Sin embargo, distinguimos dos clases de bienes: por un lado, bienes
informacionales, esto es, hechos de pura información digital, replicables con costos
tendientes a cero. Así, lejos de la errónea “inmaterialidad” que algunxs autores les
imputaban, es su peculiar materialidad la que les confiere propiedades económicas y
los coloca bajo la órbita de los derechos de autor. Por otro lado, bienes industriales y
otros, es decir, aquellos que usualmente son referidos con términos como “bienes
físicos” o “tangibles”. Son bienes intensivos en materia y energía, cuyos costos de
producción son comparativamente elevados. A la vez, ambos tipos de bienes
pueden ser tanto objeto de la cesión gratuita, como de la venta o el alquiler.
Tabla 2. Plataformas capitalistas de intermediación de bienes, según tipo de
bien intermediado y modelo de negocios
Plataformas
de bienes
Bienes
informacionales
Pago por
acceso
Acceso
libre y
publicidad
“Freemium
Venta del
bien
Bienes
industriales y
otros
Venta
Alquiler
Fuente: Elaboración propia.
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En cuanto a las plataformas que intermedian bienes informacionales, sus modelos
de negocios son cuatro, aunque muchas veces se combinan. i. Pago por acceso (o
cobro por intermediación): vía la plataforma se obtiene acceso a un bien por tiempo
limitado a modo de servicio- a cambio de un pago, como por ejemplo Netflix; ii.
Acceso gratuito y publicidad: es la modalidad más masiva en la que se accede al
bien sin pagar y se ofrece publicidad en su consumo, como por ejemplo YouTube.
Mientras que en el modelo de negocios i las plataformas pagan por los
contenidos por cuyo acceso cobran, el modelo ii se basa principalmente en las
contribuciones impagas (Lund y Zukerfeld, 2020).
A su vez se dan combinaciones: Spotify es un ejemplo de articulación de estos
dos primeros modelos de negocio, con una versión gratuita y publicitaria y una paga
sin publicidad. iii. “Freemium”: acceso gratuito, venta de bienes y servicios
complementarios. Combinando las nociones de free y premium, se accede al bien de
forma gratuita y se ofrecen bienes y servicios complementarios por un pago.
Coursera, por ejemplo, ofrece los mismos bienes (cursos en este caso) en la
modalidad gratuita y paga, pero la segunda le permite al usuarix, además, acceder a
otro tipo de bienes distintos, como lo son las certificaciones por los cursos
accedidos. Roblox, una plataforma de juegos, ofrece al usuarix videojugar de
manera gratuita, pero dentro de algunos juegos ofrece alternativas pagas para
acceder a determinados avatares del juego y demás. iv. Venta del bien: se accede al
bien como tal, se adquiere el mismo con su titularidad sin limitaciones de tiempo.
Ejemplos de estas plataformas son Google Play o App Store, que habilitan la
descarga del bien informacional a cambio de un pago.
14
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Por su parte, las plataformas que intermedian bienes no informacionales
(industriales y otros)
8
pueden adoptar el modelo de venta de bienes, tal como lo
hacen Mercado Libre o Amazon, o de alquiler, tal como lo hace AirBnb.
Plataformas capitalistas que intermedian el acceso a vínculos
Este tipo de plataformas ofrece el acceso a relaciones, vínculos, capital social
(Bourdieu, 1986), redes de contactos, etc. Dentro de estas plataformas, proponemos
distinguir aquellas cuyo acento está puesto en la comunicación (el mensaje, el
contenido comunicacional de vínculos prexistentes) y aquellas cuya prioridad es
puesta en la conexión (generación de nuevos vínculos o ampliación de ellos, por lo
general más débiles que los primeros).
Tabla 3. Plataformas capitalistas de intermediación de vínculos, según tipo de
vínculo y modelo de negocios
Plataformas
de
Vínculos
Comunicación
Acceso libre,
publicidad, datos y
atención
Venta de bienes y
servicios
Complementarios
(Freemium)
Conexión
Acceso libre,
publicidad, datos y
atención
Acceso libre, venta
de bienes y
servicios
Complementarios
(Freemium)
Fuente: Elaboración propia
8
Bienes intensivos en materia y energía, cuyos costos de producción son relativamente elevados.
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Los modelos de negocios son principalmente dos: i. Acceso gratuito y Publicidad y ii.
Freemium: venta de bienes y servicios complementarios.
Ejemplos de plataformas de comunicación que apelan al modelo de negocio de
acceso gratuito y publicidad son WhatsApp y Telegram. Zoom, Slack y Teams de
Microsoft son ejemplos del segundo modelo. Facebook, Twitter y Tik tok son
ejemplos del modelo de acceso libre y publicidad en el acceso a conexiones y,
finalmente, Tinder y Linkedin, ejemplos del modelo “freemium”. Aunque los fines de
la búsqueda de las conexiones por parte de lxs usuarixs pueden ser muy diversos, el
foco de la plataforma está puesto en recoger esas conexiones.
Plataformas capitalistas que intermedian el acceso a trabajo
Este tipo de plataformas ofrece acceso a trabajo remunerado aunque
generalmente precario y carente de derechos. Si bien son muy conocidas, no
necesariamente son masivas en comparacn con algunas de las mencionadas en
categorías anteriores.
Tabla 4. Plataformas capitalistas de intermediación de trabajo, según tipo de
trabajo intermediado
Plataformas
De
Trabajo
Trabajo
informacional
Trabajador
elegido
Trabajo
colectivo
“Crowdwork”
Microtareas
“Microtasking”
Pago por unidad
Basadas en competencia
“Contest-based”
Pago por premio
Transporte
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Trabajo en
servicios y
otros
Delivery
Hogar
(limpieza, reparaciones)
Fuente: Elaboración propia.
En este caso, conviene distinguir entre aquellas que intermedian trabajo
informacional (trabajadores que laboran principalmente con tecnologías digitales y
producen bienes informacionales) y aquellas que median trabajos en servicios
manuales y otros no informacionales.
Mientras que las primeras intermedian un tipo de trabajo deslocalizado, cuya
competencia es potencialmente global, heterogéneo en cuanto a los niveles de
calificación requeridos y de ingresos; las segundas median trabajo localizado,
generalmente manual y precario (Aloisi, 2016; De Stefano, 2016). En ambos tipos de
plataformas, sin embargo, el modelo de negocios suele ser el mismo: el cobro por la
intermediación entre la oferta y demanda de trabajo.
Dentro de las plataformas de intermediación de trabajo informacional se
pueden distinguir dos modalidades diferentes (Schmidt, 2017). De un lado,
plataformas que ofrecen acceso a la selección de un trabajadxr por parte del cliente.
Tal es el caso de Plataformas como Freelancer, Workana o LiveJasmin. De otro
lado, existen plataformas que ofrecen la resolución de tareas sin que el cliente elija
o interactúe con trabajadores individuales. Generalmente conocidas como
“crowdwork”, en alusión al trabajo de multitudes, algunas de estas plataformas
intermedian respecto de microtareas simples y fragmentarias, en las que remuneran
a lxs trabajadores por unidad (por ejemplo, Amazon Mechanical Turk); otras ofrecen
servicios de trabajos de mayor complejidad: varixs trabajadores compiten por un
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mismo trabajo o proyecto y solo es remunerado con el “premio” quien resulta
ganadxr de la competencia (por ejemplo, 99designs).
Dentro de las plataformas que intermedian acceso al trabajo en servicios y
afines, hallamos tres categorías típicas: transporte (Uber), delivery (Rappi, Glovo,
Uber eats, etc.) y servicios del hogar, de limpieza y reparación (Zolvers). Aquí
hallamos también dos modalidades de intermediación diferentes en relación a la
forma de selección de la persona trabajadora. Tanto en las plataformas de
transporte de pasajeros como en las de delivery, la persona que realiza el trabajo es
seleccionada de manera algorítmica en base a diversas variables que no son
accesibles para quien consume. Por el contrario, en las plataformas de servicios
domésticos, quien consume elige a la persona trabajadora a partir de los perfiles que
se le ofrecen (aunque los algoritmos son los que definen qué perfiles se muestran y
en qué orden).
Hasta aquí hemos repasado los modelos de negocio de las plataformas
capitalistas identificadas en la tipología, es decir, aquellas que intermedian bienes,
vínculos y trabajo. A continuación nos concentramos en lxs actores que participan y
los flujos que circulan en cada una de ellas. Naturalmente, el tipo de actores y flujos
intervinientes depende en gran medida del modelo de negocios de la plataforma
identificado hasta aquí.
Humanos y Flujos: ¿Qué actores sociales participan y qué
flujos circulan en las plataformas?
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Las categorías usualmente utilizadas para analizar los procesos productivos típicos
del capitalismo industrial resultan insuficientes para dar cuenta de los procesos más
importantes de la actualidad, lo que incluye naturalmente a los relativos a las
plataformas. En efecto, en términos de actores humanos, el capitalismo
informacional ha puesto en evidencia que las dicotomías tradicionales y
simplificadas que distinguen entre capitalistas y obreros, productores y
consumidores, tiempo de trabajo y de ocio no captan la relación con los procesos
productivos capitalistas de actores como los que producen contenidos para YouTube
o Wikipedia. En cuanto a los flujos, la importancia que adquieren lxs “seguidores”,
“los likes”, en suma, distintas formas objetivadas de atención, muestra que los flujos
de dinero y el trabajo son una parte, crucial pero parcial, de la totalidad de los
intercambios que ocurren mediante las plataformas.
En ese marco, nos dedicamos ahora a identificar lxs actores que participan en
las plataformas y los flujos que a través de ellas circulan
9
y la relación que tienen con
cada tipo de plataforma y los modelos de negocio más frecuentes que poseen-.
Respecto de lxs actores, de manera simplificada en la literatura pueden
rastrearse tres tipos: i. Productores u oferentes de los bienes, vínculos y trabajo
circulantes; ii. Consumidores o demandantes de tales bienes y servicios y iii.
Intermediarixs de la organización propietaria de la plataforma. En la siguiente tabla
mostramos esta clasificación, con ejemplos de actores para cada tipo de plataforma.
Tabla 5. Variedad de actores por tipo de plataforma capitalista
Bienes
Vínculos
Trabajo
9
Esta propuesta retoma categorías utilizadas en Yansen, 2015; Yansen y Dolcemáscolo, 2015;
Dolcemáscolo, 2016; Liaudat, 2018, 2020; Lund y Zukerfeld, 2020.
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Revista Redes 53 ISSN 1851-7072
Oferentes
Prosumidores
YouTubers, Anfitriones
de AirBnb, Compañías
de contenido
audiovisual
10
Prosumidores
Usuarixs de
Facebook,
WhatsApp,
LinkedIn, Happn
Trabajadores
Conductores de
Uber,
Trabajadores de
delivery (de
Glovo, Rappi,
etc.), freelancers
Intermediarios
Compañía propietaria
de la plataforma;
Compañías de
publicidad y
Anunciantes
Compañía
propietaria de la
plataforma;
Compañías de
publicidad y
Anunciantes
Compañía
propietaria de la
plataforma;
Compañías de
publicidad y
Anunciantes
Demandantes
Prosumidores
YouTubers, Usuarixs
de Youtube,
Clientes/Consumidores
de AirBnb y Netlix
Prosumidores
Usuarixs de
Facebook,
WhatsApp,
LinkedIn
Consumidores de
transporte o
delivery,
Workana,
Freelancer.com
Fuente: Elaboración propia.
En el nivel de lxs intermediarixs los actores se repiten en las distintas plataformas,
mientras que acerca de oferentes y demandantes conviene puntualizar algunas
distinciones. Respecto de los ejemplos de actores oferentes, en las plataformas de
bienes hallamos tres tipos de actores: i. aquellxs que como lxs YouTubers (también
algunxs usuarixs de Spotify) proveen bienes informacionales (contenidos en ese
caso) como parte de una actividad no remunerada y que simplificadamente
llamamos “Prosumidores”
11
; ii. aquellxs que los ofrecen como actividad remunerada,
10
En este casillero también se ubican vendedores de Amazon o Mercado libre. Así, lxs oferentes
pueden ser vendedores y/o productores, como es el caso de los Youtubers mostrado en la tabla pero
también de quienes graban cursos para Coursera.
11
Los “YouTubers”, “Spotifiers” y demás proveedores de contenidos suelen ser referidos como
“prosumidores” (el término se origina en Toffler, 1980), en tanto producen y consumen contenidos.
Sin embargo, la categoría presenta heterogeneidad. En un trabajo previo (Lund y Zukerfeld, 2020) se
precisan tres clases. Lxs “produsuarixs” elaboran obras de autoría, lo que los ubica como titulares de
derechos de autor. Lxs “contribusuarixs” comparten comentarios y otros aportes que no alcanzan el
umbral de la obra de autoría. Lxs “usuarixs”, finalmente, sólo aportan datos.
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Revista Redes 53 ISSN 1851-7072
como anfitriones de AirBnb o vendedores de Mercado Libre y iii. las compañías de
contenidos, que producen contenidos para la plataforma a través de trabajo
asalariado pero lo hacen de manera independiente a la plataforma propietaria por
ejemplo, una productora que ofrece sus contenidos a Netflix. En las plataformas de
vínculos, lxs prosumidores crean los mensajes que consumen aunque no se
alcance en esta producción el umbral de la obras de autoría-. En las de trabajo, en
cambio, se trata, sin más, de trabajadores, encuadradxs usualmente como
autónomos, precarizadxs y con sus derechos en muchos casos vulnerados.
Respecto de lxs intermediarios, identificamos tres tipos de actores: i. La
organización propietaria de la plataforma
12
, que produce contenidos y publicidad, y
obtiene atención, contenidos producidos por lxs oferentes y demandantes -
eventualmente cobros por servicios adicionales, como en el caso de los modelos
freemium-. En los modelos en que se cobra por la intermediación, típicamente los de
trabajo y venta de bienes, la plataforma también recibe dinero de lxs oferentes,
quienes abonan una comisión por cada transacción realizada. ii. La compañía
publicitaria
13
, que vende la atención y los datos que los bienes, servicios o
contenidos de las plataformas atraen, y que ubica y lleva las publicidades a las
audiencias específicas. iii. Anunciantes: refiere a las compañías que compran
atención y datos con el fin de vender sus productos.
Finalmente, entre lxs demandantes se distinguen dos clases de actores: i.
Prosumidores, que acceden a los bienes y servicios de las plataformas sin
12
Refiere a la corporación propietaria y sus trabajadores (in house o tercerizados), que se ocupan de
la producción de software, algoritmos y servicios relacionados, de la producción de algunos
contenidos, de tareas administrativas, del procesamiento de datos provistos por lxs otros actores o
incluso de tareas manuales, etc.
13
También incluye a los trabajadores de la compañía publicitaria.
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necesariamente pagar por ello en términos dinerarios, pero aportan datos, atención y
contenidos. ii. Por su parte, lxs consumidores acceden únicamente habiendo
realizado un pago en dinero, aunque no por ello dejan de ceder datos y, en
ocasiones, la atención a la publicidad. Mientras que las plataformas de trabajo solo
tienen consumidores, en las de bienes y vínculos predominan lxs prosumidores.
En síntesis, el esquema de actores involucra empresas (propietaria de la
plataforma pero también otras: empresas de publicidad, anunciantes y empresas de
contenidos), trabajadores remuneradxs (trabajadores autónomos de las plataformas
de trabajo, productores/vendedores de bienes de las plataformas de bienes,
trabajadores in house de las empresas de plataformas), trabajadores no
remunerados (prosumidores, en sus diversos roles y combinaciones variables de
producción y consumo) y consumidores (demandantes de trabajo).
A su vez, los intercambios entre esos actores se pueden sintetizar alrededor de
cinco tipos de flujos (Yansen, 2015; Dolcemascolo, 2016).
i. Atención: ofrecida por lxs prosumidores, usuarixs y trabajadores
remuneradxs a los contenidos y publicidades provistos por las plataformas.
ii. Datos: información personal de lxs actores, tales como nombre, localización,
número de tarjeta de crédito, dirección de Internet (IP), correo electrónico, edad,
sexo, etc. Estos datos son estructurados y procesados por las compañías y luego
aprovechados internamente o vendidos a otras empresas.
iii. Contenido: se trata de los bienes informacionales, tales como audiovisuales
y textos producidos por diferentes actores.
iv. Trabajo remunerado: generado por lxs trabajdores de las diversas
compañías enumeradas, que es intercambiado por una suma de dinero.
v. Dinero: refiere al pago monetario que diversos actores oblan para acceder a
bienes y servicios (trabajo remunerado, contenidos, atención).
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A modo de cierre
Este breve escrito ha intentado cumplir los objetivos propuestos mediante la
recuperación y sistematización de investigaciones previas, pero también ha
introducido propuestas originales. Éstas últimas incluyen: i. la enumeración de las
características de las plataformas de Internet ii. la presentación de una tipología de
seis clases de plataformas y, particularmente, la distinción entre plataformas de
bienes, vínculos y trabajo. En ambos casos, se analizan en conjunto fenómenos
usualmente escindidos como económicos, culturales, comunicativos, laborales,
como parte de una perspectiva en la que el capitalismo es entendido como una
totalidad.
Entre otras limitaciones dadas por la brevedad del presente, se cuentan
ausencia de una crítica de las plataformas capitalistas y el análisis de las
plataformas de bienes, nculos y trabajo no capitalistas existentes. Entendemos que
la primera cuestión habrá de abordarse al menos respecto de la privacidad, la
alienación, la explotación y la pérdida de soberanía. Asimismo, sería deseable dar
cuenta de posibles medidas de políticas pública para lidiar con ellas. La segunda
cuestión incluye debatir los horizontes de las plataformas estatales, cooperativas y
de la producción entre pares para cada uno de los tipos de ente objeto de
intermediación.
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Artículo recibido el 15 de junio de 2021
Aprobado para su publicación el 8 de julio de 2022